El Servicio Público Provincial de la Defensa Penal (SPPDP) presentó denuncias ante el Ministerio Público de la Acusación (MPA) por «delitos de torturas, vejaciones y hurto agravado, contra internos de los pabellones 7, 8, y 23, de la Unidad Penitenciaria Nº11 de Piñero, y del pabellón 2 de la Unidad Penitenciaria Nº16 de Pérez», según se informó en un comunicado.
Según manifestaron los denunciantes, durante requisas realizadas en los sectores mencionados «fueron objeto de vejámenes y tratos crueles y degradantes». Además, varios de ellos «reportaron casos de sustracción y destrucción de elementos personales».
En estas presentaciones, el SPPDP ha solicitado la aplicación del protocolo de Estambul (conjunto de normas internacionales para documentar la tortura y sus consecuencias) y ha instado al MPA a que «tome medidas de prueba urgentes como convocar a las víctimas para recabar más información, identificar al personal penitenciario involucrado, entre otras». Cabe destacar que se acompañó material y documentación «respaldatoria a las denuncias presentadas».
Es importante ponderar que el Servicio Público Provincial de la Defensa Penal «aboga por el respeto irrestricto de los derechos humanos y el cumplimiento de la normativa provincial, nacional e internacional en materia de tratamiento de reclusos».
Por tanto, estas denuncias han sido presentadas en «consonancia con las responsabilidades legales y éticas del SPPDP, con la expectativa de que se esclarezcan pronto estos hechos que representan flagrantes actos de violencia institucional».
Lo que pasó
Las presentación se da luego de que El Ciudadano publicara en la jornada de ayer los sucedido en Piñero los primeros días de marzo. Submarino seco, submarino ruso, picanas, abusos de todo tipo, son algunos de los detalles de una requisa infernal que desató el Servicio Penitenciario después de que el 2 de marzo desconocidos balearan un colectivo que trasladaba guardiacárceles.
Los torturados no fueron todos presos de alto perfil. Son reclusos que comparten pabellón con las terceras líneas de las bandas, ya que los verdaderos internos de alto perfil se encuentran en otro sector de la prisión, afirmaron quienes conocen la vida intramuros.