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“El sistema está montado para la corrupción y la impunidad”

Alconada Mon es un prestigioso periodista de investigación que desde el diario La Nación le asestó los primeros golpes al discurso de transparencia que vende Cambiemos al develar las empresas offshore del presidente Mauricio Macri y las transferencias bancarias que recibió Gustavo Arribas.

“El sistema está montado para la corrupción y la impunidad, para que todo quede impune. Hablo del sistema judicial en un sentido amplio, donde los jueces no te juzgan, los fiscales no te investigan, los policías no reprimen el delito, los periodistas no informan y los organismos de control no controlan”, comenzó Hugo Alconada Mon, en una charla con El Ciudadano, previo a inaugurar en Rosario el seminario anual de periodismo judicial que organiza la Corte Suprema santafesina.

Alconada Mon es un prestigioso periodista de investigación que desde el diario La Nación le asestó los primeros golpes al discurso de transparencia que vende Cambiemos al develar las empresas offshore del presidente Mauricio Macri y las transferencias bancarias que recibió Gustavo Arribas (hoy titular de la AFI) como coimas o retornos de las constructoras Odebrecht y OAS por el soterramiento del ferrocarril Sarmiento. Además, divulgó las implicancias en el país del megacaso de corrupción brasileño conocido como Lava Jato en donde, por ejemplo, el ex número dos de Odebrecht para América Latina Luiz Antonio Mameri vincula al primo presidencial Angelo Calcaterra en el millonario pago de favores por obra pública o las coimas que canalizaba el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción para que la compañía brasileña pueda operar en el país.

Durante la extensa charla, Alconada Mon se encargó de aclaró en reiteradas ocasiones que la corrupción en la Argentina es sistémica y que apenas algunos casos puntuales nos permiten ver una parte de ese entramado global. Detalló que a pesar de los avances que los poderes judiciales de otros países puedan lograr al respecto, chocan contra la Justicia argentina: un “sistema montado” para garantizar impunidad.

“Muchas veces las investigaciones internacionales ayudan a exponer lo mal que está lo local. Para no ser injusto, hay muchos jueces y fiscales que son buenísimos. El Lava Jato muestra que en Brasil condenaron a un ex presidente y a Marcelo Odebrecht, uno de los empresarios más grandes de América Latina, que es entre 2 y 5 veces más grande que Paolo Rocca. En Perú cayó un presidente, detuvieron a otro ex presidente y está prófugo un tercer ex vicepresidente. En Ecuador cayó un ex vicepresidente. En Panamá detuvieron a un ex presidente. En Colombia se pelean (Álvaro) Uribe y (Juan Manuel) Santos sobre quién recibió más dinero de Odebrecht. En Chile la tenés a (Michelle) Bachelet dando explicaciones por los aportes de campaña. Por mencionar algunos casos y en Argentina todavía no recibieron los papeles. Argentina, Venezuela y Angola son los únicos tres países que no recibieron los papeles”, graficó el periodista en referencia a las pruebas recabadas en otros lares.

—¿La Justicia argentina no toma en cuenta testimonios que en otros países ayudaron a obtener condenas, como el caso del financista Leonardo Meirelles?

—Claro. Y vamos más allá porque en ese punto lo que te van a responder es que la legislación argentina y la brasileña no están alineadas. Por ejemplo Siemens, reconoció en Alemania que pagó coimas en Argentina (para quedarse con la confección de los DNI durante el menemismo), condenaron a gente en Alemania, en Estados Unidos se declararon culpables y pagaron multas. En Argentina no pasó nada. Tenés Skanska, empresa que se reconoció culpable de pagar coimas en la Argentina (durante el kirchnerismo) y la Cámara Federal porteña dice que no pagó coimas. Esa situación es de locos.

—Si no estuvieran implicados Arribas o Calcaterra, gente de Cambiemos, ¿hubiese avanzado más la investigación?

—Es que esto es sistémico, por eso te daba otros ejemplos que van más allá de este gobierno. Esto excede a un gobierno o a sus beneficios particulares. Acá tenés una situación en la cual el sistema no quiere quilombo. Los políticos no quieren que se investigue, los empresarios no quieren. Imaginate que viniera a Argentina uno estos ejecutivos de Odebrecht que estoy revelando y dicen “yo arreglé con él, con él y con él”. Al presidente de la Cámara Argentina de la Construcción lo cocinaron, ¿qué tendría que hacer (Carlos) Wagner en esa situación? Acogerse al régimen del arrepentido. Llega a abrir la boca Wagner y ¿sabés lo puede ocurrir este país? Se cae a pedazos. Para empezar, el sistema de la obra pública, que está cartelizado desde hace 30 años. Es un efecto dominó en la que se pasa de una situación puntual a una sistémica.

 

¿Cómo operaba Odebrecht?

Alconada Mon describió los cuatro ejes a través de los cuales la constructora brasileña compraba favores en la Argentina. El periodista identifica, según le contaron fuentes de la misma empresa, el pago de coimas, compra de voluntades, aportes de campaña y sobres mensuales.

“Odebrecht dice que le plantearon las reglas de juego para hacer negocios. Ahí, entre otros, Wagner les dijo «van a formar consorcios, con las empresas que yo les diga, cuando yo les diga, en el proyecto que yo les diga, y vas a pagarle coimas a los que yo te diga como yo les diga». Lo que decían los brasileños es que les dejaron en claro que si no aceptaban esas reglas, se volvían a Brasil. A partir de ahí, en distintos negocios, había distintos interlocutores. Revelamos que uno era Javier Sánchez Caballero (de Iecsa) en el soterramiento del Sarmiento”, detalló.

“Odebrecht pagaba en cuatro rubros, esto contado por ellos. Por ejemplo si iban a construir un puente, el primer eje es la coima al ministro y al secretario. El segundo eje son los gestos de buena voluntad: pagar al gobernador y al intendente. ¿Era necesario ponerles a ellos? No, pero era para, por ejemplo, que después el intendente se encargara de que los piqueteros y los gremios no pidan algo más. Rubro tres: aporte de campañas. ¿A quiénes les pusieron? A todos, Lula, Dilma, Temer, Macri, Massa, Scioli, Carrió, Stolbizer. Y el cuarto rubro: sobres. Mil, cinco mil o diez mil dólares por mes en sobres color madera que le daban a políticos y periodistas”, explicó Alconada Mon.

“Y esto solamente Odebrecht, en el Lava Jato hay 14 o 15 empresas más. En Brasil, Odebrecht le puso a los 14 candidatos a presidente ¿Vos creés que eso no pasa en Argentina? Una campaña sale 100 millones de dólares, alguien la tiene que poner, ¿quién la pone? ¿A cambio de qué? Si vos hundís el cuchillo en el lugar correcto, podés pasar de dos brasileños hablando sobre las coimas en Argentina al presidente de la Cámara de la Construcción Argentina, y de ahí ¿hasta dónde? Si tuviéramos una verdadera ley del arrepentido, llega a hablar José López y se pudre todo. Tiene razón Lázaro Báez cuando dice «por qué me investigan a mí sólo y no a todos los de la obra pública»”, concluyó.

—¿Hay un intento real de este gobierno de reformar la Justicia?

—Yo creo que hay una tensión, hay algunos como (el ministro de Justicia Germán) Garavano que sí y hay otros que no. Y no necesariamente porque estén de acuerdo con la corrupción. No sé si realmente quieren protegerlo a Calcaterra, creo que la discusión viene por otro lado que es el económico. Porque fruto del Lava Jato la economía se enfrió y pasaron un par de años con serias turbulencias. Me lo dicen varios funcionarios de la Casa Rosada: no quieren quilombo, no por protección a algunos, sino que están viendo que en el cálculo de costo-beneficio les conviene que no haya olas.

 

Hugo Alconada Mon es abogado, periodista del diario La Nación y colabora con el New York Times. Además, es miembro del Icij, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación que develó, por ejemplo, el entramado de empresas offshore conocido como Panamá Papers. Escribió cuatro libros: Los secretos de la valija, sobre el intento de Antonini Wilson de ingresar al país con dólares sin declarar; Las coimas del gigante alemán”, sobre el caso de corrupción para quedarse con la confección de los DNI de la empresa Siemens; Boudou-Ciccone y la máquina de hacer billetes en torno a la quiebra de la calcográfica; y La Piñata, sobre los casos de corrupción durante el kirchnerismo. A lo largo de su carrera recibió numerosos premios académicos y periodísticos.

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