Las medidas restrictivas que obligó la pandemia para combatir al coronavirus afectó a la gran mayoría de los rubros de la actividad económica. Tal vez el más golpeado haya sido el sector hotelero, gastronómico y de servicios de turismo. Es por ello que la Cámara de Diputados provincial, a principios de julio y a instancias de un proyecto de Pablo Farías, le dio media sanción a un paquete de medidas que preveía exenciones impositivas, créditos blandos y fondos de ayuda. Pero la iniciativa se trabó en el Senado y nunca avanzó en estos dos meses. Recién ayer se incluyó al sector en un anuncio del gobierno provincial, en el marco del programa “Santa Fe de pie”. En el Frente Progresista consideran que el gobierno ejerció presión sobre el Senado, de mayoría oficialista, que impidió la salida de la norma.
Además, más allá de la compleja situación actual, el diputado Farías sostuvo que el Ejecutivo de Omar Perotti no está “a la altura de las circunstancias”, que hay “una falta de respuestas adecuadas” y que del financiamiento que le aprobó la Legislatura para enfrentar el covid-19, apenas se utilizó el 25%.
A casi 6 meses del inicio del aislamiento, el legislador socialista manifestó la necesidad de que el Estado auxilie a un sector que emplea de manera directa a 50 mil personas en toda la provincia.
Farías indició, en una conferencia virtual de la que participó El Ciudadano, que su intención no es cuestionar las restricciones que sufrió el rubro, pero que el decreto del gobierno provincial que marcó la limitación horaria de los locales gastronómicos fue “algo brusco” ya que merecía “conversarse con el sector porque le produce un daño inmediato y mínimamente tienen que tener algo de preparación”.
En ese marco, el ex ministro de Gobierno de Miguel Lifschitz indicó que los efectos de la pandemia no afectan por igual a los distintos sectores de la economía. “No impacta igual a un supermercadista que está en el mismo nivel de ventas que a los hoteleros que están en el otro extremo, cerrados desde hace meses”, dijo y amplió: “Lo lógico es que el Estado vaya en auxilio de ese sector puntualmente”.
“Nadie duda que estamos en un contexto de crisis, de ajuste económico empujado por la pandemia. Por eso es que todos los sectores reclaman más asistencia del Estado y mayor acompañamiento. Lo que a mí me llega es que hay una cierta disconformidad por la falta de diálogo o de respuestas adecuadas a la situación que se está viviendo, siempre entendiendo que el contexto es muy complejo. Lo que percibo es que no está a la altura de la circunstancia, que en la situación que se está viviendo hay una pretensión de mayor esfuerzo por parte del Estado que no se está viendo”, cuestionó.
Los dardos de Farías contra la administración Perotti apuntan directamente a la falta de diálogo en el ámbito legislativo y a las presiones sobre la Cámara alta que generan que se trunquen las iniciativas.
“No hay una agenda legislativa del gobierno que nos lleve a tener un diálogo permanente. Nunca ningún funcionario se acercó a la Cámara de Diputados a plantearnos qué es lo que querían hacer. Nos vamos enterando de las iniciativas a medida que las van enviado. Este proyecto al que le dimos media sanción en la Cámara baja hace dos meses no tendría razón de ser si el sector tuviera un diálogo con el gobierno y tuviera medianamente algún grado de contención. Cuando se expresa la bronca, más allá de la última medida de restricción, tiene que ver con la falta de diálogo del gobierno con el sector”, remarcó.
“La mayoría es del oficialismo provincial, del justicialismo, y han recibido algunas presiones por parte del gobierno que no les gusta algunos aspectos del proyecto, sobre todo la constitución de un fondo, la instrumentación de las ayudas donde siempre hubo alguna divergencia y nunca se terminó de saber realmente qué es lo que está dispuesto el gobierno a prever en estos casos”, agregó.
“Estamos hablando de iniciativas que al gobierno no le son indiferentes. Hoy la interferencia del gobierno haciendo planteos específicos respecto de determinadas iniciativas que vienen de la Cámara de Diputados, complican el tratamiento. Sigue habiendo buena voluntad en el Senado en general pero al mismo tiempo es una Cámara sensible a la posición y opinión del Ejecutivo”, concluyó.