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El socialista Pedro Sánchez vetó al líder de Podemos, Pablo Iglesias, como vice

Ganador de las legislativas del 28 de abril sin mayoría absoluta, el líder del Psoe negoció arduamente con su par de Podemos durante las últimas semanas. Sin embargo, las conversaciones saltaron por los aires con la pretensión de Iglesias de entrar como vicepresidente de un ejecutivo de coalición

El socialista Pedro Sánchez vetó este jueves a Pablo Iglesias, líder de la izquierda radical de Podemos, como vicepresidente de su futuro gobierno en España, pese a necesitar sus votos en el Parlamento para repetir como jefe del ejecutivo.

Ganador de las legislativas del 28 de abril sin mayoría absoluta, Sánchez estuvo negociando arduamente con Iglesias durante las últimas semanas.

Su objetivo: articular una mayoría con Podemos y otros partidos, para sacar adelante su investidura la semana próxima en el Parlamento.

Sin embargo, las conversaciones saltaron por los aires con la pretensión de Iglesias de entrar como vicepresidente de un ejecutivo de coalición, además de obtener para su partido carteras como Hacienda o Trabajo.

Una línea roja para Sánchez, que no esconde su desconfianza hacia su competidor en el flanco izquierdo, y que en su última oferta propuso la entrada de ministros de Podemos con un perfil más técnico que político.

«No se dan las condiciones para que el señor Iglesias sea miembro de ese gobierno», dijo Sánchez en una entrevista al canal privado La Sexta. Según él, la exigencia de Iglesias es «el principal escollo» para un acuerdo entre los socialistas y Podemos.

«Creo que ya prácticamente es muy difícil que se llegue a un acuerdo de cara a la investidura de julio»; «ojalá» en septiembre «se pueda conseguir», comentó la portavoz de Podemos, Noelia Vera.

 

Sin apoyos suficientes

 

Con sus 123 diputados socialistas en la cámara baja (de un total de 350), unidos a los de varios partidos regionales, Sánchez carece de momento de los suficientes apoyos para ser investido el martes, en primera votación, o el jueves, en segunda.

En esa segunda votación le bastarían más votos a favor que en contra, mientras que las abstenciones contarían a su favor.

Sánchez en cualquier caso prefiere no depender de los votos de los independentistas catalanes. Por ello pidió este jueves una improbable abstención al conservador Partido Popular y a los liberales de Ciudadanos, la segunda y la tercera fuerza parlamentaria.
«No podemos dejar la investidura del presidente del gobierno en fuerzas que no comparten un proyecto común», enfatizó.

En una consulta realizada por Podemos a sus bases para saber qué deben hacer sus 42 diputados la semana que viene, y cuyos resultados se conocieron este jueves, una gran mayoría (70%) apoyó un gobierno de coalición con los socialistas «sin vetos» a ningún miembro de la formación de izquierda radical, por encima de permitir que el partido de Sánchez gobierne en solitario (30%).

En caso de persistir el bloqueo hasta el límite fijado por la ley, el 23 de septiembre próximo, España se vería obligada a una repetición electoral el 10 de noviembre, en lo que serían las cuartas elecciones legislativas en 4 años.

«No podemos obligarles [a los españoles] a votar cuatro veces en cuatro años, porque sería tanto como deslegitimar el propio sentido de las elecciones», advirtió el ministro de Fomento saliente José Luis Ábalos.

Aunque según el analista Oriol Bartomeus, la posible repetición electoral «es más un espantajo que una idea real».

«Creo que al final no serán tan locos» de forzar esa repetición, porque «el riesgo de irse de vacaciones sin investidura es muy grande para todos los partidos», añadió Bartomeus, quien no descarta evoluciones de último minuto y una investidura de Sánchez el jueves 25 de julio.

 

Un historial de desconfianza

 

En su entrevista, el líder socialista argumentó que un gobierno con Iglesias dentro se vería «paralizado» por las «contradicciones internas» de Podemos, empezando por la cuestión catalana.

Máxime cuando en otoño se espera que el Tribunal Supremo dicte sentencia sobre 12 líderes independentistas procesados por su rol en el intento de secesión de 2017, y actualmente en prisión preventiva en el caso de nueve de ellos.

«Ellos defienden el derecho de autodeterminación, ellos defienden que hay presos políticos», criticó Sánchez. «Yo necesitaría un vicepresidente del gobierno que defienda la democracia española», insistió.

Los dos líderes izquierdistas arrastran un historial de desconfianza.

En 2016 Sánchez intentó infructuosamente formar gobierno con Iglesias, que ya le exigió ser vicepresidente de su gobierno, entre otras destacadas carteras. Poco después, el socialista lo intentaría con Ciudadanos, lo que se vio frustrado entre otros por el voto negativo de Podemos en el Parlamento.

La izquierda radical sí que dio su apoyo en la moción de censura de junio de 2018, que echó del poder al conservador Mariano Rajoy y catapultó al poder a Pedro Sánchez.

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