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El suegro de Lionel Messi, condenado por maltrato laboral

La mujer trabajó para la firma más de 20 años en el Supermercado de Lavalle al 2500. Ahora deberán pagarle alrededor de 2 millones de pesos

La Justicia del Trabajo de Rosario condenó al suegro del futbolista Lionel Messi por maltrato y acoso laboral a una empleada administrativa. Pascual José Roccuzzo, padre de Antonella, deberá pagarle alrededor de 2 millones de pesos.

La mujer trabajó para la firma más de 20 años en el Supermercado de Lavalle al 2500. El empleador modificó el horario corrido de su empleada y no precisó correctamente cuáles eran las nuevas tareas.

Según el fallo judicial esa situación “implicó una alteración esencial del contrato y causó un perjuicio moral a la trabajadora”. Se agrega que “tal circunstancia grave y elocuente autorizaba por sí sola a dar por extinguido el vínculo contractual con justa causa”.

Señala también la jueza laboral Susana Perkins que la empresa empleadora asumió “una posición reñida con la buena fe contractual y buen trato que se le debe a la trabajadora, relacionados con el cambio de lugar y condiciones de trabajo, modificación del horario y falta de asignación de tareas”. La magistrada considera que la trabajadora ha sido víctima de maltrato y hostigamiento.

El abogado Bernardo Larroux, que patrocinó a la empleada explicó que el empleador, suegro de Lionel Messi, «no obró de buena fe».

«El litigio comenzó en el año 2014 de una relación laboral de 2012 que surgió después de una serie de hechos que determinaron que la empleada se dé por despedida, con hechos desde la patronal tendientes a descalificarla con cambios de horarios y maltrato con la finalidad de forzarla a una renuncia», expresó en declaraciones al programa Zysman 830 de La Ocho.

«La salvedad es que este lugar tenía horario cortado de 8 a 12 y de 16 a 20, entonces a las 12 ella se tenía que ir y volver de 16 a 17 para cumplir su tiempo de trabajo. Además no le daban tareas, sólo se tendía desgastar el vínculo, a cansarla y a que ella se vaya sin tener que echarla», resumió.

El abogado manifestó que el fallo «es ejemplificador por la tarifación que además hizo lugar al daño moral y condenó a que se haga un resarcimiento moral a esta empleada», algo que ocurre cuando hay «circunstancias que psicológicamente afecten a la persona con una entidad tal que ameriten solicitarlo y probar que esa circunstancia ocurrió».

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