Una marea de rosarinos y rosarinas se movilizó este domingo hacia el Monumento Nacional a la Bandera para celebrar el campeonato mundial de Argentina en Qatar, tras una vigilia colectiva desde esta madrugada en la que muchos no durmieron.
Los rosarinos y rosarinas estuvieron en vela desde esta madrugada, a raíz de la expectativa que generó la previa de la final de la Copa del Mundo en Qatar.
Y este domingo, ni bien Argentina se consagró Campeón Mundial, una multitud de rosarinos y rosarinas se movilizó hacia el Monumento Nacional a la Bandera para celebrar la hazaña deportiva que desde anoche soñaban despiertos.
Miles de rosarinos y rosarinas con banderas argentinas salieron en forma espontánea desde lo distintos barrios a bordo de autos, camionetas, motos y bicicletas para manifestar esa inmensa alegría contenida durante todo el torneo.
Lo cierto es que en Rosario hubo una vigilia permanente desde este sábado tarde noche y que se extendió durante toda esta madrugada en la que la ansiedad, la expectativa y los nervios se apoderó de cada rosarino y rosarina, en la previa del partido final Argentina-Francia.
Esa agitación fue similar en todo el país, pero en Rosario se experimentó con mayor intensidad, por sus dos hijos pródigos nacidos en esta tierra, bañada por el río Paraná y en cuyas orillas sangran los ceibos en flor: Lionel Andrés Messi, el mejor jugador del mundo, y Ángel Di María, goleador y delantero desequilibrante.
Tal vez esa sea la razón de la euforia de los rosarinos y las rosarinas por este Mundial y porqué anoche en Rosario no durmió nadie: todos soñaban despiertos con la imagen de Messi, levantando la Copa del Mundo, tal como ocurrió hoy en el Estadio Lusail, de Doha.
Y si alguien intentó descansar anoche, le debe haber resultado difícil, por el bullicio de la gente reunida en bares, restaurantes, en las esquinas de cada barrio y paseos públicos de Rosario.
Anoche y esta madrugada, la algarabía de la gente parecía anticiparse a esta fiesta que se vive hoy en la ciudad y el país. Bombas de estruendo y fuegos artificiales, presagiaban el único resultado que se aguardaba en Qatar: Argentina Campeón del Mundo.
Este domingo, hasta bien entrada la tarde, una multitud de rosarinos y rosarinas seguía rodeando al Monumento Nacional a la Bandera, entonando cánticos, exhibiendo banderas, camisetas y gorros con los colores de Argentina.
A mucha gente se la vio emocionada, con lágrimas en sus ojos, sollozando de alegría, con la voz ronca de tanto gritar y alentar al equipo albiceleste, orientado por Lionel Scaloni.
La multitudinaria fiesta rosarina amenaza con prolongarse hacia la medianoche o madrugada. Hay mucho para festejar, porque después de 36 años, Argentina es otra vez Campeón Mundial.