Por: Guillermo Correa
“Declarar de interés público las tierras ferroviarias pertenecientes al Estado nacional y bajo la administración de la Adif constituye para nosotros un gol de media cancha”, confiesa, aliviado, Ángel Contestí, uno de los rostros más visibles de la organización no gubernamental Tren para Todos. En concreto se refería a las llamadas “Unidades de Gestión 3 y 7”, que bajo ese nombre comprende a valiosos terrenos del área colindante o inmediata al río Paraná que ahora se conoce como Puerto Norte. Allí es donde se construyen los mayores emprendimientos inmobiliarios de las últimas décadas en Rosario, y probablemente los más onerosos en toda la historia de la ciudad, como Forum, Ciudad Ribera y Dolfines Guaraní. Y el paso siguiente tras la transformación de lo que alguna vez fue la Refinería, los predios de Faca y AFA, los silos Genaro García eran, precisamente el conjunto de terrenos ferroviarios ubicados en las adyacencias que iban camino a la transformación. No podrá ser: de ahora en más, y tras una votación unánime en del Legislativo, las tierras nacionales quedarán a la espera de que alguna vez regrese el medio de transporte más eficiente y seguro que tuvo alguna vez el país, y que fue desmantelado hasta su casi extinción en la década de 1990.
“Lo más importante es que la votación fue por unanimidad. Y lo votado implica el congelamiento de todo trámite del uso de la tierra que no esté afectado al tema de recuperación del transporte ferroviario en la ciudad”, explica Contestí. Para los que trabajan por el regreso de los trenes “ha constituido una satisfacción enorme”, la ordenanza aprobada la semana pasada. “Todo salió por consenso. Lo que veníamos reclamando a (el intendente Miguel) Lifschitz hace ya dos años, hoy se convierte en una declaración de todo el Concejo, donde además se especifica que el proyecto original del Tren para Todos coincide con la determinación del cuerpo”, se entusiasmó el dirigente, recordando que “eso implica conservar los trazados ferroviarios, especialmente de las unidades 3 y 7 del Puerto Norte”.
Contestí recuerda que dos años atrás participó de una audiencia con el ingeniero José León Garibay, secretario general de la Municipalidad, donde representantes de la organización Tren para Todos le expusieron el proyecto de recuperación del sistema ferroviario local, con transporte urbano e interurbano. “A partir de esa entrevista y viendo que ellos estaban en la tesitura de mantener el criterio de Mirta Levin de ir «limpiando» de vías la zona norte, nos pusimos con los tapones de punta y salimos a defender las tierras públicas”, relata Contestí.
Es que para la organización –de la que participan también miembros del gobernante Partido Socialista y aún militantes identificados con el gobierno nacional, pese a que generalmente se relaciona Tren para Todos con el opositor Proyecto Sur– la secretaria de Planeamiento municipal ostenta “un total desconocimiento de lo que es el transporte ferroviario”.
“Todo lo que ella planteaba era mayor superficie dedicada a emprendimientos inmobiliarios. Y las explicaciones que a mí me dio Garibay me dejaron flotando la idea de que detrás de todos estos temas está el negocio inmobiliario”, jaquea Contestí.
El dirigente, él mismo un ex trabajador de Ferrocarriles Argentinos –fue parte de los expulsados a principios de la década de 1960 con el llamado “Plan Larkin”, que cerró decenas de ramales cuando el ministro de Economía era el extinto Álvaro Alsogaray– relató que junto a la organización Giros y a vecinos de Malvinas Argentinas comenzaron a juntar firmas para resguardar los terrenos ferroviarios, además del proyecto de Tren para Todos. Y su sensación es que por ello, en el Ejecutivo municipal “se molestaron bastante”. Pero a la par cita que cuando el propio gobernador Hermes Binner asistió a la proyección del documental “La próxima estación” de Fernando Pino Solanas, dijo que le gustaría “poder volver a viajar en tren por la provincia de Santa Fe”.
Contestí admite que no tiene “ni noticias” de que a nivel oficial, ni provincial ni nacional, se esté trabajando en un proyecto de recuperación del trazado ferroviario que alguna vez tuvieron Santa Fe y Rosario, cuyos últimos vestigios sobrevivieron hasta que la última dictadura militar acabó con la posibilidad, por ejemplo, de viajar en tren hasta Funes y Roldán, o desde el macrocentro hasta el barrio de Fisherton. Pero de igual modo conserva la esperanza y, mientras tanto, cita derechos vulnerados: “Las torres que se han hecho en avenida Francia y Costanera forman parte de un complejo pegado a la ribera, en donde se ha vulnerado hasta el camino de sirga, la franja de tierra que tiene que quedar libre frente a los lechos de ríos, arroyos o mares para la libre circulación de la población. Y allí, si alguien va por el camino de la Costa, no puede bajar al río. Salvo que haga clases muy rápidas de alpinismo, es imposible”.
Con todo, el ex trabajador del ferrocarril adelanta que seguirán realizando acciones para preservar las tierras ferroviarias, que hoy por hoy están pasando a ser las más apetecidas.