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“El Susto”, una comedia bizarra llena de plantas de plástico, perlas falsas y muchos miedos

Con dramaturgia y dirección de Leandro Doti, asistencia de Aquiles Pelanda, y las actuaciones de María Caila, Paula Bertazzo y Gustavo Maffei, al frente de un gran equipo, la propuesta, con reminiscencias del under de los 80, se conocerá este fin de semana en La Sonrisa de Beckett

El ciclo Descarriadas, las artes escénicas expandidas que lleva adelante el Centro Cultural Parque de España (CCPE) va camino a convertirse en un atractivo germen para la producción teatral rosarina con una serie de propuestas estrenadas en los últimos dos o tres años. De la última cantera de ese proyecto, que estuvo vinculada a la dramaturgia y que se realizó el año pasado con el acompañamiento de la creadora porteña Mariela Asensio, surge ahora una nueva producción que se conocerá en la ciudad este fin de semana.

Se trata de El Susto, obra que resultó además una de las ganadoras del programa Espacio Santafesino 2024, con dramaturgia y dirección de Leandro Doti, asistencia de Aquiles Pelanda, y las actuaciones de María Caila, Paula Bertazzo y Gustavo Maffei, donde una mucama, la señora de la casa y su marido, “conviven en una comedia bizarra llena de plantas de plásticos, perlas falsas y muchos miedos”.

https://youtu.be/ZiUQK4F4Uj8

Claramente influenciado por la estética del teatro argentino de los años 80, en particular por las lógicas del under de aquellos años y por sus grandes referentes del Parakultural, entre otros, Batato Barea, Alejandro Urdapilleta, Humberto Tortonese, y luego de transitar en roles de actor y actor-codirector experiencias como Humo y una versión de La Moribunda (de Humberto Tortonese y Alejandro Urdapilleta, en homenaje a Batato Barea), Leandro Doti se lanzó a la escritura y luego a la dirección de un material que lo cuenta como un actor que escribe y también dirige.

Escribir, ordenar, producir

“La obra surge en principio del laboratorio y luego clínica del segundo ciclo organizado el CCPE, Descarriadas, las artes escénicas se expandidas, que en este caso, en su edición del año pasado, fue por el lado de la dramaturgia, donde luego de una primera instancia pasamos a la clínica un grupo de diez personas. Fueron tres o cuatro meses donde laburamos con el valioso acompañamiento de Mariela Asensio, quien nos orientó en ese proceso y nos aportó muchísimo. Fueron varios encuentros, con clases presenciales y virtuales, en un contexto muy enriquecedor”, contó Leandro Doti que previamente había pasado por uno de los talleres que dicta el dramaturgo y director teatral local Sebastián Villar Rojas y que ubica a la escritura entre uno de sus intereses vinculados a la producción escénica, pero siempre con el objetivo de montar una obra.

“El trabajo de escritura acompañado por Mariela en este proceso me sirvió para poder ordenar lo que tenía ganas de escribir y producir; cosas que tenía en la cabeza y que pude pasar al papel y luego a la escena. Lo más valioso para mí es que fue desde la práctica porque no me llevo bien con la teoría. Para mí el teatro es la experiencia en sí misma; trabajar y a partir de ahí ir aprendiendo, pienso un poco la escritura teatral desde ese lado”, destacó el ahora director.

En el mismo sentido, Doti se definió como un «actor que escribe», corriéndose incluso del lugar del dramaturgo y viendo ese proceso desde otro punto de vista: “Respeto mucho a los dramaturgos, a los autores que se dedican específicamente a ese trabajo que es muy complejo de abordar. Yo no me defino como un dramaturgo porque además es algo en lo que estoy empezando. Yo escribo desde la mirada del actor que soy; escribo desde ese lugar. Y sobre todo escribo para poder hacer teatro: tengo algunas ideas que me gustan, que me parece que pueden ser atractivas, útiles para el teatro que yo quiero gestar y que queremos hacer con Aquiles Pelanda (asistente de dirección). Pero el objetivo detrás de esa escritura siempre es generar una obra de teatro”.

Y respecto de ese proceso desarrollado en el CCPE, completó: “Desde el comienzo sabía que finalmente produciríamos la obra más allá de que no quedó seleccionada y que luego recibió el apoyo de Espacio Santafesino. Además es un desafío como director, porque si bien había transitado otros trabajos desde ese lugar, siempre fue desde la codirección como pasó con la versión de La Moribunda en la que además actuábamos (con Pelanda), y algunas propuestas de Microteatro Rosario. Con Aquiles encontramos un modo de transitar la dirección en el que nos potenciamos, somos amigos, nos conocemos y nos complementamos muy bien”.

Los actores y directores Leandro Doti y Aquiles Pelanda.
Revisitar el under de los 80

El actor y director también habló acerca de los recorridos en su producción vinculados al teatro argentino del under de los años 80 cuya estética y lenguaje, roto, fragmentado, disparatado y corrido de cualquier posibilidad de realismo, también aparecen en El Susto: “Claramente, hay algo de la estética del under porteño de los años 80 que a nosotros nos atrae muchísimo como lenguaje; nos interesa ver en escena lo kitsch, lo desfachatado de los personajes, cierto despilfarro en la energía y en las formas. Nos atrae particularmente aquello que está por fuera de los cánones o de las estructuras más clásicas o tradicionales de una especie de formalidad que suele transitar el teatro. Creo que también tiene que ver un poco con esto de ponerme a escribir pensando en esa estética y en la necesidad, tras La Moribunda, de poder gestar una nueva obra: nos mueven esos colores, esos vestuarios y esos personajes. Y además a mí me moviliza la idea de poder tener un elenco como el de El Susto, una obra que está dentro de esa estética, con grandes actores, muy diversos y muy dispuestos al trabajo”.

“Y también es importante decir –agregó– que nosotros no estamos viendo modas o tendencias en el teatro, nada que ver con eso sino todo lo contrario. Confiamos en esto que es lo que nos interesa y pensamos poder seguir buscando por ahí, nos gusta la estética de los años 80, y tenemos muy claro de que no queremos renegar de eso. Quizás también transitemos algo vinculado con la repetición desde Humo a La Moribunda y ahora con El Susto, pero estamos felices de que eso pase. Nosotros no vivimos los años 80 pero sí los 90 y los dos, desde muy chicos, pudimos ver a Antonio Gasalla en la tele, cuando tenía a Urdapilleta y Tortonese en su staff, y algo de todo eso está en nosotros, en nuestros recuerdos y ahora en nuestro teatro”.

Pero además, como algo personal, no me interesa hablar de la realidad, no me gusta. Me interesa hablar de lo fantástico, de lo extrañado. De eso que se ve roto o fisurado, de algo que está más ligado con la fantasía, con otros mundos. De ese modo me gusta pensar el teatro. Nos parece que eso determina la risa pero también la emoción y que cada uno se pueda sentir movilizado por algo de lo que ve o se dice en la obra”, destacó Doti al frente de un equipo que completan, desde el diseño y asesoramiento de vestuario, Lorena Fenoglio, con diseño y construcción de escenografía de Agustín Pagliuca, fotografía de Ariel Micheletti, diseño de iluminación de Mafer Weber y diseño musical y sonoro de Santiago Lagar, con producción ejecutiva de Burda (Pelanda-Doti).

Finalmente, Doti habló del elenco de El Susto, que junta a tres actores de formaciones diferentes donde, en primer plano, aparece María Caila, una de las actrices más notables y versátiles que ha dado el teatro rosarino, precisamente desde los años 80 y su encuentro con Norberto Campos hasta un presente donde se convirtió, entre más, en una de las actrices fetiche del realizador de cine y teatro rosarino, radicado en Barcelona, Enzo Monzón.

“Desde el proceso de escritura, sabía que quería convocarlo a Gustavo Maffei, quería que sea él. Y Paula y María se sumaron al proyecto por sugerencias y por pensar quién podía aportarle algo diferente a esos personajes de la señora y la mucama, al tiempo que también fue un desafío que los actores se acerquen a la edad real de los personajes, algo poco frecuente en el teatro local. Y la verdad es que es un elenco impresionante, es hermoso tenerlos. Son tres actores que aportan cosas muy diferentes y que, sin embargo, encontraron el punto de diálogo con cada uno de los personajes”.

Y respecto de Caila, profundizó: “María es una actriz con un potencial enorme, muy atractiva para cualquier director, pero además tiene todo lo que nos gusta a nosotros, esto que digo de la estética de los 80, de esos lenguajes que se acercan al absurdo. Y los 80 son años que María y Gustavo vivieron y es como que tienen esos registros muy cercanos y de un modo muy natural, más allá de cosas que fuimos ordenando y tallando en cada uno de los personajes porque sabíamos para dónde queríamos ir con relación a los vínculos y al relato. Formamos entre todos un equipo de trabajo que va para el mismo lado y cada uno aporta cosas que son importantes en el resultado. Sentimos que eso es algo muy valioso e infrecuente en estos tiempos donde reina el individualismo”.

Para agendar

El Susto se conocerá este viernes 18 de octubre en la sala La Sonrisa de Beckett (Entre Ríos 1051), donde también se presentará el sábado 19, el sábado 26 y el domingo 27, siempre a las 21. La reserva anticipada de entradas se puede realizar a través del +54 9 3364 59-4923 (https://wa.link/60mtkg). IG @elsusto_obra.

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