El teatro no es ajeno a los daños colaterales que deja por estos días la crisis por el avance del coronavirus y la imprescindible cuarentena. Y si bien la coyuntura marca un nuevo quiebre económico en el sector, la baja de público viene de la compleja situación económica en la que el macrismo dejó al país, sumado a la gasolera temporada teatral que tuvieron Mar del Plata, Carlos Paz y Buenos Aires, las principales plazas teatrales estivales de la Argentina.
La actividad teatral atravesó un fin de semana con restricciones y capacidad disminuida de sus espacios los pasados 13, 14 y 15 de marzo y luego ingresó en cuarentena total impuesta por cuestiones sanitarias.
Es así que los dueños de las salas teatrales que conforman la escena comercial ultiman un informe que elevarán al Poder Ejecutivo sobre la situación del sector con la mira puesta en que “este desastre” ocasionado por la pandemia del coronavirus “lo pague el sistema financiero”, según reflexionó el empresario Sebastián Blutrach.
El propietario de la histórica sala El Picadero opinó acerca del tema en una charla con la agencia de noticias Télam: “En el teatro, venimos de años duros así que nuestras espaldas están debilitadas, por lo que creemos que este desastre no lo tiene que pagar el sector productivo del que somos parte sino el sistema financiero”.
Blutrach, quien dejó su tercer mandato consecutivo al frente de la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (Aadet) al ser convocado como asesor en el Teatro Nacional Cervantes, sostuvo que el teatro comercial “vive horas dramáticas”, pero inmediatamente se corrigió y expresó: “Lo realmente dramático son las vidas que se van a perder por la pandemia”.
Aun tratando de suavizar los términos y ponerlos en contexto, Blutrach detalló: “Nos enfrentamos a un año prácticamente perdido y con muchos heridos en el camino”. Y fundamentó esa panorámica teatral en que “entendemos que así como fuimos los primeros en cerrar, seremos los últimos en abrir una vez que pase esta desgracia. Y no creo que eso ocurra antes de las vacaciones de invierno”.
Otro referente del sector como el empresario y productor Carlos Rottemberg dijo que entendía que el mensaje unificado “debe ser la lucha contra el enemigo invisible y también el desafío inesperado de no convertir a trabajadores o empresas en enemigos visibles”.
El dueño de 16 salas teatrales distribuidas entre las ciudades de Buenos Aires y Mar del Plata apuntó: “Todos debemos actuar con solidaridad tal como lo impone el momento. Que nadie crea que su idea personal o interés prima sobre la del otro”.
Si bien ninguno de los dos empresarios representativos de la actividad arriesgaron cifras en relación con las pérdidas padecidas a causa de la pandemia, el titular de los complejos Multiteatro y Multitabarís sostuvo que “es muy complicado de estimar ya que hoy todo es costo hundido para las empresas y una incógnita económica para el bolsillo hogareño de los trabajadores”.
Su colega, ahora repartido entre el circuito comercial y el oficial aportó: “Con teatros cerrados completamente y un staff de personal permanente al que hay que seguir manteniendo aún sin ingresos, nos enfrentamos a un panorama muy delicado”.
Ambos coincidieron también que la emergencia del teatro comercial (representado por Aadet, entidad ahora presidida por Roberto Bisogno uno de los responsables del Teatro La Comedia que cerró sus puertas a inicios de marzo), debe ser tratada de manera específica dentro de los sectores más golpeados por las consecuencias del coronavirus.
“Entiendo que debería encuadrarse dentro de las medidas generales que tome el Ejecutivo Nacional para Pymes y/o industrias culturales”, arriesgó Rottemberg quien utilizó la inmensa marquesina del Multiteatro para estampar la frase “Bajemos el telón para cuidarnos. Habrá tiempo para volver al teatro”.
En esa sintonía, Blutrach consideró que la problemática de la actividad teatral “debe estar englobada dentro de las pymes de otros rubros muy perjudicados como el turismo y la gastronomía”.
“Nosotros nos sentimos comprendidos y acompañados por el Estado ante el nivel de desastre que generó este virus y resulta admirable la decisión de Alberto Fernández para ir atendiendo el panorama de un país pobre”, graficó.
“Mientras ahora en España –ejemplificó– existe un seguro estatal que cubre el 70 por ciento de los salarios, acá hay que analizar qué hacer con los alquileres y las tarifas, y es necesario que existan créditos blandos con tiempos de gracia”.
No a la opción del streaming
Los referentes de la escena teatral comercial rechazaron de plano que ese circuito pueda atravesar la pandemia recurriendo a funciones por streaming como están probando con buen suceso algunos espacios del teatro independiente. “Lo del teatro online es una reacción y tiene su valor pero no se acerca ni a los tobillos al teatro en vivo”, sostuvo Blutrach.
El propietario de El Picadero consideró que “en el teatro privado, de ninguna manera utilizaríamos esa herramienta porque no podemos competir con la ficción de la misma manera que la ficción no puede competir con el vivo”.
Por su parte, Rottemberg detalló: “En esta contingencia todo vale pero más allá de esta situación de emergencia inusual, soy de los que gustan del cine en el cine y fundamentalmente creo que el teatro es en vivo”.