Un nuevo testigo en la causa por el homicidio de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell declaró que vio «claramente cuando le pegaban» a la víctima y que uno de los agresores lo golpeaba con patadas «en las costillas» cuando estaba en el piso y otro le dio «dos puntinazos en la cabeza», al tiempo que algunos de los integrantes del grupo le gritaban «negro de mierda», informaron este martes fuentes judiciales.
A su vez, en la cuarta y última ronda de reconocimientos que terminó este martes, los testigos señalaron a dos acusados que no habían sido identificados en las tres jornadas anteriores, por lo que ya suman nueve los imputados comprometidos por los testimonios en rueda.
Fuentes de la investigación detallaron a Télam que los nuevos reconocidos son Blas Cinalli (18) y Juan Pedro Guarino (19); por lo que de esta manera el único rugbier detenido no identificado en ninguna de las ruedas es Alejo Milanesi (20), dado que Máximo Thomsen (20), Luciano Pertossi (18), Ayrton Viollaz (20), Matías Benicelli (20), Enzo Comelli (19), Ciro Pertossi (19) y Lucas Pertossi (20) ya habían sido señalados.
Por su parte, un nuevo testigo declaró ayer ante la fiscal de la causa, Verónica Zamboni, y aseguró que vio a Baéz Sosa (19) «como arrodillado, tratando de defenderse con los brazos, él imposibilitado de pegar», y que el agresor que lo pateó en la cabeza le decía «dale, cagón, levantate».
Fernando Burlando, abogado de la familia de la víctima, dijo hoy que este testigo se trata de un joven que se encontraba en el boliche «Le Brique» de Villa Gesell la noche del crimen y que este martes refrendó su testimonio durante la última jornada de ruedas de reconocimiento en las que señaló a los principales acusados por la agresión.
«Lo más llamativo fue la memoria del testigo que calificaron como ‘clave’, describió a siete personas con una precisión realmente feroz», dijo el letrado.
Según las fuentes, este testigo aseguró ante la fiscal: «Vi claramente cuando le pegaban a Fernando. Lo primero que veo es a Fernando como arrodillado, tratando de defenderse con los brazos, él imposibilitado de pegar.»
Detalló que «las personas que le pegaban» en la calle habían sido expulsadas minutos antes de Le Brique, tras «una pelea» iniciada «en la pista», e identificó que uno de ellas «llevaba una camisa negra desprendida» y fue retirada del lugar «de manera violenta» por los patovicas.
«Este chico parecía líder del grupo, era el que iba al frente, el que más pegaba. Uno le pegaba patadas cuando estaba en el piso, precisamente en el sector de las costillas. Al mismo tiempo, el chico de la camisa negra queda al lado de la cabeza de Fernando, le pegó dos puntinazos en la cabeza, creo que del lado izquierdo», aseguró.
En ese sentido, otras fuentes de la investigación indicaron a Télam que esa persona de camisa negra quedó registrada en distintas imágenes de las cámaras de seguridad y se trata de Thomsen.
El testigo indicó que «esa misma persona flexiona sus rodillas y agarra a Fernando de los pelos, creo que con la mano izquierda, y le pega dos o tres patadas más, creo que con la pierna derecha», y que «luego de eso lo suelta y arengaba a seguir peleando y manifestaba ´Dale, cagón, levantate´».
«Cuando Fernando estaba en el piso, el único que vi que le pegó en la cabeza fue el chico de camisa negra. A todo esto había otros tres que le pegaban a un amigo de Fernando. Uno de ellos era el chico alto de buzo negro que vi en el interior de Le Brique, otro era de tez morena, con camisa de color clara. El tercero, recuerdo que tenía un rodete en el pelo», señaló.
Mientras que Julieta Rossi, la novia de Fernando, pidió esta tarde que se haga «justicia bien» sin venganza hacia los rugbiers detenidos e instó a la sociedad a que tome conciencia de que lo que le hicieron a la víctima fue «animal».
Por otra parte, los peritos de la Policía Federal Argentina (PFA) de la División de Operaciones Técnicas de la Agencia Regional de la ciudad de Mar del Plata analizaban esta tarde la información de seis teléfonos Iphone, dos Huawei, un Motorola y un Samsung que pertenecen a los imputados y el estudio podrían extenderse hasta el jueves, informaron este martes fuentes judiciales.
En tanto, los diez detenidos serán trasladados entre esta noche y mañana a la Unidad Penitenciaria número 6 de Dolores, donde quedarán presos cerca del pabellón evangelista a la espera de que se resuelvan sus situaciones procesales, pero no tendrán contacto con otros reclusos.
Mientras que el undécimo acusado, Pablo Ventura (21), quien fue liberado la semana pasada, regresó este martes a Zárate, donde reside junto a su familia, luego de no haber sido reconocido en las ruedas por ninguno de los testigos.
Más temprano, José María, su padre, le envió un mensaje al papá de la víctima en el cual le expresó sus «condolencias» y aseguró compartir el dolor por el asesinato de su hijo, cometido el 18 de enero último, frente al boliche «Le Brique», en avenida 3 y Paseo 102, del centro de Villa Gesell.