“Mostrar las tetas es un acto político. Detrás de debate del topless las mujeres damos la discusión del lugar que queremos que nuestros cuerpos ocupen en la sociedad”. Así resumieron las organizadoras del Tetazo de Rosario la esencia de la movilización que convocó a multitud de mujeres y hombres al Monumento. Muchas llegaron en tetas, otras en corpiño y otras decidieron “no mostrar y apoyar”. Muchos varones hicieron lo mismo y otros tantos fueron a mirar. Lo cierto es que las asistentes coincidieron en que todo sumó al debate que se inició la semana pasada con el incidente de las chicas intimadas por la Policía en las playas de Necochea, porque “las costumbres se cambian así, mostrando que las cosas pueden ser de otra manera”.
El Monumento a la Bandera fue el escenario del Tetazo convocado a nivel nacional en apoyo a las mujeres que en Necochea fueron intimadas por la Policía por hacer topless. Allí, llegaron organizaciones sociales, mujeres solas, con otras mujeres, con amigos, con cámaras para registrar, pinturas y pañuelos de colores. Si bien ese fue el puntapié de la convocatoria, las mujeres llegaron al Tetazo con mucho más que la intención de hacer topless. Todas coincidieron en que desde que el debate explotó, la discusión entre mujeres no pudo hacer más que crecer. Fueron semanas de charlas de chicas, de plantearse por primera vez salir a la calle y “pelar”, de interpelación a los hombres que las rodean, de cansancio porque sean estos temas y no otros los que estén en agenda pero también de indignación porque indignen un par de tetas. Estar en tetas no era la cuestión, elegir estarlo sí. Muchas eligieron sacarse los corpiños, pintarse los pezones o mostrarlos “así, al natural”. Para algunas fue liberador, para otras algo normal. Pero lo cierto es que todas coincidieron en que el problema no era la teta. “Desde hace tiempo las mujeres estamos poniendo en discusión el patriarcado y eso es lo que molesta”, resumió una de las asistentes.
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Video: gentileza Gabriel Turín
Lucía y Bianca tienen 19 años y la primera vez que muestran las tetas en público. Decidieron pintarse flores de colores violetas y rosa y dicen que se siente “re bien”. “Al principio te late un cachito fuerte el corazón, pero después está bueno. Sentir el viento, el sol. Es lindo”, dice una de ellas y la otra la completa: “Va a haber mujeres que van a decir que no les gusta, que no las representa lo que hacemos. Pero esta es una lucha que a la larga nos representa a todas y que nos va a hacer más libres. Y los hombres van a tener que ir acostumbrándose. Las costumbres se cambian así, poniéndolas en discusión”.
Flavia tiene 26 años y un nene de cuatro. Ella eligió no hacer topless porque no le gusta pero dice que mucho menos le gusta que las mujeres que quieran hacerlo no puedan. “Si en la playa mi hijo me pregunta por una mujer que hace topless, le explico y listo. Es una teta, no puedo entender que haya gente que se haga tanto problema por eso habiendo tantos problemas todos los días. Tenemos que sacarle lo sexual a la teta y vivirlo mas libremente”.
Las chicas están en el playón del Monumento y al lo lejos, detrás de los muros, se forma una tribuna de hombres. “Vinimos a mirar y a apoyar a las mujeres, apoyarlas desde atrás”, dice uno de ellos que pasa los 60 años. Al lado, cómplice, otro agrega: “¿Cuándo pasan cosas así? Es obvio que vamos a venir a mirar”. Desde abajo las mujeres los invitan al playón, “a formar parte”. Otro de la tribuna les contesta: “Si bajamos hacemos desastres”.
Oscar piensa distinto. Tiene 65 años y dice que si quiere ver una teta no necesita ir al Monumento. Tuvo un hueco en el trabajo y llegó al Monumento a apoyar el reclamo porque “viene siguiendo el debate”. “Me parece que está muy bueno que se hagan estas movidas para cambiar una cultura que es machista. Las leyes las han hecho los hombres y es hora de que las mujeres den la discusión”, dice y agrega: “Hay muchos chicos jóvenes que vinieron a mirar pero eso también está bien, porque ven que hay un derecho que están reclamando las mujeres, se llevan un mensaje”.
Para las organizadoras del evento el Tetazo en Rosario fue ante todo un acto político “para abrir cabezas”. Una de ellas, Carla Saccani, dijo: “Las mujeres por fin nos animamos a mostrar las tetas y a decirle a la sociedad lo que pensamos sobre muchas cosas. Nos manifestamos contra la policía de los cuerpos, las mujeres queremos hacer con nuestros cuerpos lo que queramos y no lo que nos dice el patriarcado. Es una manifestación contra Macri, los femicidios y por la liberación de Milagro Sala que está presa por ejercer sus derechos políticos”.
Lala, otra de las organizadoras, sostuvo: “Nos dicen que somos obscenas, pero las obscenidades las hace este gato que tenemos gobernándonos. Con los tarifazos, con presos políticos, con políticas de vaciamiento”.
Caren Tep y Norma López, concejalas de Ciudad Futura y Frente Para la Victoria respectivamente, llegaron al Monumento para apoyar el acto político. Según la edil de Ciudad Futura, el suceso de Necochea abrió la posibilidad de dar una discusión sobre lo que son las buenas costumbres: “En eso está la clave de modificar los prejuicios, las discriminaciones. La discusión es qué no tolera la ciudad y hacia eso apuntamos. Este tipo de manifestaciones nos permite dar la discusión con la sociedad civil”.
Además agregó: “Es una más de las discusiones que las mujeres en distintos ámbitos de la vida social y política venimos dando por nuestros derechos. Simbólicamente es una manifestación que hace ruido y está bueno para avanzar y entender que no tiene que ver con derechos individuales, sino con un modelo de sociedad que nos impone determinadas reglas en las que el cuerpo aparece como una mercancía más”.
En tanto, Norma López agregó: “Esto pone en tensión cada uno de los derechos. Si cuestionan algo así, van a empezar a cuestionar que mujeres se abracen por la calle o que hombres se besen, cuando nuestras leyes han avanzado en otro sentido. Creemos que estas manifestaciones son importante porque ponen un freno a la vulneración de derechos que está llevando adelante el gobierno nacional”. La movilización fue para muchas la antesala del 8 de marzo. “Tenemos mucho entusiasmo porque estamos cambiando la perspectiva comercial de esa fecha. Desde hace rato las mujeres venimos diciendo que es otro el lugar que tenemos en la historia”, concluyó otra de las asistentes.