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El trabajo no va sobre rieles

Unos 200 puestos vinculados al ferrocarril se están perdiendo o ya se perdieron. Se trata de unos 80 obreros de la construcción que cumplían tareas en el tendido de las vías y de 130 metalúrgicos de los talleres de Pérez a quienes les ofrecieron retiros.

“Estamos en estado de alerta ante una situación preocupante de despidos. Esto tiene que ver con la situación de tarifazos, inflación,  y todo lo que estamos sufriendo: cortan por lo más débil y empezaron con la empresa privada”, advirtió el titular de la Unión Ferroviaria de Rosario, Ariel López. El dirigente sindical se refirió así a la caída de más de 200 puestos de trabajo sólo en las tres últimas semanas en la región, la totalidad de ellos vinculados al sistema ferroviario.

Las cesantías se dan, por una parte, entre trabajadores de la construcción que vienen haciendo obras de renovación, reparación y mantenimiento de vías, concedidas a empresas tercerizadas. Van concluyendo los trabajos pero no reciben nuevos encargos: el titular de la Uocra Rosario, Sixto Irrazábal, confirmó a este diario al menos 80 puestos de trabajo menos. La mayoría de estos trabajadores no son de la región, pero las obras sí: fueron concluyendo  en Rufino –donde en febrero del año pasado, después de 22 años, regresó el tren de pasajeros desde Buenos Aires–, en Santa Teresa y en Fighiera, entre otras.

Una de las principales tareas consiste en el recambio de durmientes de madera por estructuras de hormigón. A lo largo de kilómetros y kilómetros, a los costados de vías férreas de la región se pueden ver desde hace tiempo los nuevos durmientes, literalmente en reposo, sin que nadie los coloque.

Al problema de la Uocra se suma otro casi similar que impacta en el ámbito metalúrgico.

Más de un centenar de trabajadores de los talleres ferroviarios de Pérez, que sí son de la región y que están atravesando por la misma circunstancia: se terminaron los contratos y no hay nuevos encargos. “Hace tres meses que están parados. Desde que arrancó el nuevo gobierno no les mandaron más trabajo”, explicó el titular de la seccional Rosario de la Unión Obrera Metalúrgica.

Los históricos talleres habían pasado a manos de Rioro SA una firma del Grupo Roggio.

Las enormes estructuras pueden elevar vagones y locomotoras, algo que apenas unos pocos talleres en el país tienen la capacidad de hacer. Así habían reiniciado trabajos a toda máquina a mediados de 2014, con encargos de reparación integral de 10 vagones portacontenedores y 28 vagones de carga cubiertos para el Belgrano Cargas. Por entonces la recuperación de los talleres ferroviarios se extendió también a María Juana y a Laguna Paiva, que con la estatización del ramal de carga y la recuperación de servicios de pasajeros se aseguraba su mejor panorama desde los cierres de ramales en la década del 90.

No fue así. Ahora, según le dijo el titular de la UOM a este diario, solamente estaban fabricando unas pocas grandes boyas para la señalización en el río.

Sin plan de trabajos concreto la firma ofreció retiros voluntarios a sus 130 trabajadores, y según el dirigente de la UOM cerca de medio centenar habían aceptado: “Les ofrecieron la indemnización completa en un solo pago, más un 20 por ciento por las próximas paritarias del gremio”, explicó.

Las cuentas, igual, indican que la mayoría quiere seguir trabajando. “Pero no hay ninguna certeza”, lamentó el titular del gremio metalúrgico.

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