Por Revista Cítrica
“Acá luchó y ganó Alicia”. El mensaje está pegado en la computadora de Alicia María Gallizzi, una de las trabajadoras de Télam que puso el cuerpo por lxs 357 despedidxs el 26 de junio pasado. 116 días después, tras una larga lucha que incluyó un paro y una permanencia pacífica en los dos edificios de la agencia pública de noticias, la Justicia ordenó la reincorporación de 138 trabajadorxs gracias a una cautelar presentada por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA). Junto a otros fallos preexistentes, suman 260 reincorporaciones. Ellas, las compañeras, la mayoría jefas de hogar y activas militantes gremiales y feministas, tuvieron un rol fundamental en esta batalla histórica por los puestos de trabajo, pero también en defensa del derecho humano a la comunicación plural, diversa, democrática y federal.
Por eso estuvieron el 8 de agosto en el Congreso, durante el debate histórico por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito mostrando que faltaba Télam para contarlo. Por eso también participaron del Encuentro (Pluri) Nacional de Mujeres, Travestis y Trans en Trelew, difundiendo su conflicto y mostrando con su cuerpo cómo el ajuste y las políticas del FMI afectan diferencialmente a las compañeras. Por eso hicieron asambleas feministas como parte de las actividades de los casi cuatro meses de permanencia y difundieron sus coberturas con perspectiva de género, sus notas pioneras hablando de femicidios y de travesticidios cuando los diarios nacionales insistían con “crímenes pasionales”. No es casualidad que, en el país del Ni Una Menos, el Gobierno haya decidido avanzar sobre trabajadoras de prensa organizadas y formadas en comunicación feminista.
“El ajuste y vaciamiento también pueden ser leídos como una manera de disciplinar específicamente a las mujeres, que encuentra su primer antecedente en el 8M, el paro internacional de mujeres, lesbianas, travestis y trans de este año, cuando el directorio de la empresa nos sancionó a ocho compañeras que participamos de la protesta realizando un ‘ruidazo’ con bidones de agua vacíos en la puerta. Seis de ellas fueron despedidas”, denunciaron las compañeras durante el conflicto. Las otras dos, delegadas, se salvaron por sus fueron gremiales.
El ajuste y vaciamiento también pueden ser leídos como una manera de disciplinar específicamente a las mujeres
Y eso se ve también reflejado en el desguace: de los 357 despidos, 139 son mujeres, la mayoría de ellas jefas de hogar y el 64% sindicalizadas. Entre ellas están, además, casi todas las trabajadoras que cubrían temáticas de género, pero también las dos únicas que cubrían Deportes: una de ellas trabajaba en la cablera, la otra en la radio. Y avanzaron sobre compañeras fotógrafas, que lograron obtener reconocimiento de su trabajo casi a los codazos, en una sección donde también suele discriminarse a las mujeres.
“En junio, cuando tratábamos de analizar cuáles eran los patrones de los despidos, nos dimos cuenta de que lo primero que buscaron fue generar terror. Cualquiera podía caer. No importaba la trayectoria, los años en la agencia, nada. Pero luego vimos que en nuestra sección, Sociedad, hubo una decisión deliberada de despedir a las personas que cubríamos contenidos relacionados con grupos vulnerables: infancias, géneros, diversidad sexual, salud mental, personas mayores, personas en situación de calle, pueblos fumigados… Todas las despedidas de sociedad teníamos el mismo perfil”, relata a Cítrica Natalia Concina, una de las despedidas que lleva 13 años trabajando en la agencia. Y agrega: “En Audiovisual, además, despidieron a las dos compañeras pioneras en cubrir para esa sección temáticas de géneros (Carolina Balderrama y Graciela Stuchlik), quienes también son referentes del feminismo que viene teniendo un impulso muy fuerte en los últimos años”.
Ajuste
Alicia Alvado, también redactora despedida de Sociedad, añade: “No es que en la gestión anterior no tuviéramos ciertas resistencias en abordar estos temas, sobre todo los relacionados con aborto o embarazo adolescente, pero las resistencias fueron cada vez más fuertes desde que asumió el gobierno macrista. A diario teníamos que combatir internamente y explicar por qué era importante que estuvieran esas coberturas. Es claro que con los despidos, que fueron la primera medida de ajuste después del acuerdo con el FMI, buscaron sacarse de encima esas molestias”.
Marina Butron entró a Télam hace seis años y se convirtió en la única mujer en la sección Deportes que despachaba diariamente cables que se distribuían en todos los medios del país. Su trayectoria como especialista en la temática es intachable: trabajó previamente 11 años en el diario Olé, pasó por el diario Clarín y Fútbol para Todos. Y también fue despedida de Télam el 26 de junio pasado. “Deportes sigue siendo un ambiente machista, sobre todo en el fútbol, pero peleamos contra eso”, dice. Y rememora todas las actividades que se hicieron para visibilizar el conflicto en Télam: “No sólo denunciamos los despidos masivos, sino también que estaban despidiendo a mujeres organizadas en un momento de la Argentina en que el movimiento feminista tiene un fuerte empuje”.
De los 357 despidos, 139 son mujeres, la mayoría de ellas jefas de hogar y el 64% sindicalizadas
Sobre el largo conflicto, dice: “Fueron meses muy duros, lo vivimos a veces con más optimismo, a veces con menos, pero con la convicción de que los despidos son ilegales y a la espera de que la Justicia iba a fallar a favor. En el medio nos quedamos sin obra social, sin prepaga, sin aportes, completamente expulsados del sistema, tratando de sobrevivir y de seguir dando pelea”.
En Fotografía, una sección que siempre fue mayoritariamente masculina con sólo 7 mujeres, 3 de ellas fueron despedidas. “Hace 7 años y medio, cuando entré a la agencia, me recontra discriminaban por ser mujer: no me daban notas, no me mandaban a cubrir fútbol ni nada de deportes. Con los años fuimos logrando más equidad, y creo que fue fundamental la organización que logramos adentro, pero también la contundencia del movimiento feminista que viene produciendo una transformación social. Sin embargo, las políticas de ajuste pretenden romper con eso, disciplinarnos. A eso respondieron los despidos”, dice Florencia Downes, fotógrafa de 38 años que fue despedida al igual que su pareja, también trabajador de la agencia. Durante estos casi cuatro meses de conflicto tuvieron que salir a buscar changas para subsistir y pagar el crédito hipotecario que habían sacado, mientras mantenían la permanencia y la lucha en la agencia.
“Viví la lucha con cuerpo y alma. Télam se convirtió en un espacio abierto a la comunidad, con cientos de actividades y campañas para visibilizar lo que sucedía. Éramos compañeros de trabajo y terminamos todos amigos, compañeros de lucha, con un compromiso enorme, días sin dormir, cuidando nuestra agencia que también es de todos los argentinos”, cuenta Florencia y se ríe con los ojos lagrimosos.
Mayra Díaz tiene 30 años y es administrativa de ventas en el circuito de la pauta publicitaria que depende de Télam y que esta gestión quiere desmantelar desde que asumió. Hace dos años que es delegada gremial por SiPreBA y fue una de las más activas durante la permanencia en el edificio ubicado en Bolívar 531, donde funciona la parte administrativa de la agencia. Allí se quedó a dormir varias veces a la semana, cada vez que sus hijos de 5 y 3 años se quedaban con su papá. Y los días en los que se quedaban con ella, los llevaba a la permanencia. “Yo les decía que veníamos a la lucha, les explicaba lo que significaba, lo que es el compañerismo, de por qué estábamos peleando”, relata. Y dice que pese a su poca experiencia como delegada, este conflicto le enseñó a hacerse lugar en aquellos espacios que habitualmente son ocupados por compañeros varones, aún dentro de la militancia. “Fue un aprendizaje, difícil. No es fácil repartirse entre tantas responsabilidades. Sabíamos que teníamos que priorizar esta lucha, que teníamos que poner nuestros cuerpos, defender nuestros puestos de trabajo”, señala. Y destaca: “También fue un aprendizaje para las compañeras, para animarnos a posicionarnos más, a tomar la palabra. Para las mujeres siempre es más difícil ser escuchadas”.
El área donde trabaja Mayra es, precisamente, donde primero avanzó el desguace de la nueva gestión. Es allí donde se controlaba el circuito de la pauta publicitaria que fue trasladada a Jefatura de Gabinete para ser tercerizada. “Nuestro rol era una de las patas fundamentales de la agencia, donde nos venían sacando trabajo desde hace mucho tiempo. Por eso durante esta lucha también salimos a mostrar que estaban desarticulando el contralor de la pauta publicitaria pública, pero también desarmando campañas publicitarias importantes para el pueblo, como la de chicos extraviados”, explica.
Despidieron a mujeres organizadas en un momento de la Argentina en que el movimiento feminista tiene un fuerte empuje
“Si gana Télam, ganamos todxs”
Junto a “Somos Télam”, fue uno de los slogans más fuertes de la lucha. “En el contexto de ajuste, despidos y mayor precarización, nosotros y nosotras sabemos que esta lucha no es sólo una bisagra para la agencia pública, sino para el todo el movimiento obrero”, afirma Carla Gaudensi, de 36 años, delegada desde hace seis en Télam e integrante de la comisión directiva del SiPreBA. “No solamente estamos defendiendo los puestos de trabajo, porque con los despidos se había reducido el 40% de la planta, sino que además estamos defendiendo un medio público y el derecho de la gente a estar informada en cada rincón del país”, agrega. Y cuenta que, en este contexto en que se perdieron alrededor de 3 mil puestos de trabajo en los medios de comunicación desde que asumió el gobierno macrista, la lucha de la agencia Télam, y la que vienen llevando adelante en la TV Pública, “es central para todo el gremio de prensa y para el SiPreBA porque eran los únicos lugares de prensa escrita y televisada donde se respetaban los convenios y el estatuto del periodista” profesional. “Si dejamos pasar esta, es la puerta abierta a la flexibilización en los pocos lugares donde se respetan”.
Fueron casi 4 meses de permanencia, de unidad entre despedidxs y no despedidxs. De llantos, de risas, de marchas, de reclamos, de movilizaciones y campañas de visibilización. Y fueron, sobre todo, una forma de conocerse entre todxs. “Se armaron lazos impresionantes, no sólo entre los compañeros que por ahí no se conocían más que de haberse visto en las asambleas o de compartir alguna nota en la calle. Ni hablar con los corresponsales del interior, que logramos que vinieran a formar parte de dos de las movilizaciones más importantes que hicimos con el gremio de prensa”, relata Gaudensi, quien fue la oradora que cerró una de esas grandes marchas y se convirtió así en la primera dirigenta mujer en la historia del gremio de prensa en hacerlo.
Sobre la organización de las mujeres trabajadoras en la agencia, señala: “La agencia tiene una historia de compañeras que vienen trabajando sistemáticamente dentro de las secciones y dando discusiones para incluir contenidos con perspectiva de género de forma transversal, para lo cual se creó una guía de estilo. Pero eso no es todo, también nos hemos organizado para recuperar el jardín materno paternal que funcionó hasta 2007, cuando fue cerrado por las autoridades e impulsamos un protocolo de prevención y asistencia a víctimas de violencia de género dentro de la empresa”. Y destaca, incluso, que muchas de sus trabajadoras fueron parte del movimiento Ni Una Menos desde sus orígenes y cubrieron cada Encuentro Nacional de Mujeres, a excepción de los dos últimos: el de Chaco, porque no contó con la autorización de los directivos para que las periodistas pudieran viajar, y el recientemente realizado en Trelew, a raíz de los despidos.
Sin embargo, hasta allí fueron algunas compañeras para compartir la lucha que vienen llevando adelante. “Fuimos con despedidas a difundir el conflicto y fue emocionante recorrer comisiones, charlas en la plaza, en la marcha, ver cómo nuestro conflicto está instalado, la solidaridad que había, lo que genera compartir la experiencia de trabajadoras organizadas y despedidas”, cuenta Gaudensi. Y agrega: “Las mujeres somos recontra protagonistas de este conflicto y de esta conquista y a veces queda tamizado en medio de la lucha gremial. Por eso fue muy importante que haya estado presente en el Encuentro, porque eso pone de manifiesto que nosotras habíamos tenido un rol fundamental”.
Si dejamos pasar esta, es la puerta abierta a la flexibilización
Mientras cerramos esta nota, lxs trabajadorxs reincorporadxs por la Justicia firmaban su reinstalación transitoria con la empresa hasta tanto se obtenga la sentencia definitiva. La lucha sigue, porque la única que se pierde es la que se abandona.