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El truco que recomiendan los neurólogos para recordar siempre las cosas importantes

Un método sencillo y de cuatro pasos permite almacenar definitivamente la información que queremos fijar en nuestro cerebro

En una era donde la información abunda y las distracciones están a solo un clic de distancia, recordar detalles fundamentales puede convertirse en un desafío diario. Sin embargo, los neurólogos han desarrollado un truco infalible para recordar siempre las cosas importantes.

El neurólogo Andrew Budson y la neurocientífica Elizabeth Kensinger crearon “el método FOUR”, que contiene cuatro pasos específicos para codificar la información en nuestra memoria. De este modo, aseguran que seremos capaces de recordar perfectamente todo aquello que tengamos necesidad de almacenar.

El método no sólo debe su nombre a la cantidad de pasos del truco, sino que se trata de las iniciales de las palabras que definen esos cuatro pasos: focalizar, organizar, entender (en inglés, understand) y relacionar. “En primer lugar, uno debe enfocar la atención; en segundo, hay que organizar la información; luego, entenderla; y, finalmente, relacionarla a otra cosa que tu cerebro ya sepa”, señala Kensinger.

Primer paso del truco infalible: focalizar

En la actualidad, estamos constantemente expuestos a múltiples fuentes de distracción: redes sociales, correos electrónicos, notificaciones y un sinfín de estímulos que compiten por nuestra atención. La clave para recordar algo es prestar atención de manera consciente.

Cuando nos enfocamos en una tarea o en una información, nuestro cerebro se encuentra en una mejor posición para codificarla. Para entrenar el foco, los neurólogos recomiendan minimizar las distracciones mientras aprendemos o realizamos actividades importantes. Esto puede lograrse desconectando dispositivos electrónicos, creando un entorno de trabajo silencioso o estableciendo períodos de tiempo dedicados exclusivamente a una tarea.

Segundo paso del truco: organizar

Agrupar la información en bloques o categorías facilita su procesamiento y almacenamiento a largo plazo. Por ejemplo, si hay que memorizar una lista de compras extensa, será más fácil recordarla si se divide los productos por categorías (lácteos, frutas, limpieza…) que si se intenta memorizarlos todos en una lista larga y desordenada.

Además, la organización también implica jerarquizar la información según su importancia o relevancia. Esto es fundamental porque no todos los datos que recibimos tienen el mismo valor. Cuando priorizamos la información, nuestro cerebro entiende que ciertos detalles son más importantes que otros, lo que facilita su retención.

Entender, otra clave del truco de los neurólogos

Entender implica ir más allá de la memorización superficial y centrarnos en el significado de la información. Si, por ejemplo, necesitamos recordar un conjunto de datos o una teoría, es importante que no nos limitemos a repetirlos mecánicamente.

En lugar de recordarlos de memoria, hay que tomarse el tiempo de analizar la información, hacerse preguntas y procesarla correctamente. Al hacerlo, estamos fortaleciendo las conexiones neuronales, lo que facilita que esa información se almacene.

Relacionar la información para recordar las cosas importantes

El último pilar del método FOUR es relacionar, un paso esencial para consolidar los recuerdos a largo plazo. Este principio se basa en el hecho de que el cerebro funciona como una red interconectada. Cuantas más conexiones establezcamos entre la nueva información y lo que ya sabemos, más fácil será recordar esa información en el futuro.

Relacionar lo nuevo con lo conocido es clave para reforzar la memoria. Cuando aprendemos algo nuevo, el cerebro busca formas de integrar esa información con conocimientos previos. Este proceso de asociación crea rutas neuronales más fuertes y duraderas, lo que facilita la recuperación de la información en el futuro.

Imaginemos que queremos recordar un nuevo término médico. Si lo conectamos con otros términos ya conocidos, o incluso con ejemplos de la vida real, será más fácil que ese nuevo conocimiento quede fijo en la memoria. Por ejemplo, si estamos aprendiendo la palabra “neuroplasticidad” y ya conocemos la palabra “neurona”, podemos asociar ambos términos. Se puede pensar en cómo las neuronas cambian (plasticidad) para crear nuevas conexiones. Este tipo de relación refuerza ambos conceptos en la mente.

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