Al menos 15 allanamientos llevados a cabo por el personal de la Gendarmería Nacional pusieron sobre el tapete a una organización sospechada de blanquear dinero del circuito ilegal. El manejo de mesas de dinero, los préstamos a tasas usurarias, el apriete a morosos, la gerencia de chapas de taxis y el comercio de drogas, entre otras, son las actividades atribuidas a la estructura criminal. Entre los organizadores se encuentra Yalil “Turco” Azum, ya detenido la semana pasada por la Justicia provincial. Un directivo del club Echesortu, cuya sede fue allanada, quedó en la mira como pata financiera del grupo. Por la tarde, el juez Carlos Vera Barros aún no se había expedido sobre detenciones.
Una vez más, la banda Los Monos aparece como entidad supervisora de una organización criminal, esta vez de cuello blanco. Voceros de la investigación indicaron que varias denuncias presentadas a mediados de 2017 aseguraron que en la sede del Club Echesortu, de San Nicolás al 1300, funcionaba una mesa de dinero que blanqueaba plata de la venta de drogas de Los Monos y otorgaba préstamos a tasas usurarias. La denuncia agregó que esos mismos actores tenían la logística y la asistencia de un escribano para apoderarse de las propiedades de los morosos.
La investigación del Grupo de Investigaciones Patrimoniales y Financieras de la Sección Antidrogas Rosario de Gendarmería detectó una organización tripartita. En palabras de un detective: “Cada célula necesita de la participación de otra para lograr sus propósitos ilegales: el ingreso de dinero proveniente de distintos ilícitos al mercado legal”.
De acuerdo con fuentes relacionadas a la causa, una de ellas está encabezada por Omar F., un directivo del Club Echesortu que fue allanado este miércoles para la sorpresa de los habitués de la institución barrial. También aparece, en otro eslabón, el operador financiero Cristian P., con antecedentes por causas de lavado de activos en Paraná, provincia de Entre Ríos, y dedicado a concretar operaciones bancarias no autorizadas, compra y venta de bienes a nombre de terceros, e inversiones en empresas. E incluso en el extranjero, confiaron los voceros.
El otro actor relevante para los investigadores es el nombrado financista Turco Azum, enigmático personaje del hampa local. Azum ya saltó a la palestra en la Justicia provincial la semana pasada cuando quedó en prisión preventiva por el plazo de ley, imputado por delitos de usura, lavado de dinero y juego clandestino en el marco de una asociación ilícita. Al parecer, el Turco era investigado por ambos fueros y las pesquisas terminaron superpuestas. En la acusación de la Justicia provincial se dejó evidencia de que Azum también se involucraba en el armado de puntos de ventas de drogas y luego invertía el dinero de las «ganancias» en la compra venta de inmuebles y autos.
Los allanamientos en la causa federal se precipitaron la semana pasada, cuando Azum quedó detenido para ser acusado por los fiscales Viviana O’Connel y Alejandro Ferlazzo. Personal de Gendarmería allanó a la “pata del narcotráfico” ligada a Azum y detuvo a Mariano Gabriel G., Cristian Diego C., Mario A. y Carina F. No trascendió la cantidad, pero los investigadores secuestraron droga, dinero en efectivo, autos y documentación.
Los funcionarios del MPA describieron a Azum como un financista del narcotráfico y destacaron el flujo de dinero millonario que generaba. Los investigadores federales fueron en la misma línea: catalogaron de exorbitante el poderío económico de la organización. E ilustraron: “Cuenta con vehículos marca Maserati y otros de alta gama exhibidos en una de las concesionarias más importantes de la región”.
Investigadores explicaron que los préstamos a niveles de usura –a cancelar en dólares– eran afianzados con bienes registrables. Si no eran devueltos, la organización empleaba a matones para amedrentar o bien ejecutaba las garantías presentadas y se hacía de los bienes que titularizaba a nombre de testaferros.
Todo tenía apariencia de origen legal gracias a figuras jurídicas como fideicomisos y sociedades de responsabilidad limitada (SRL) que permitieron formar nuevos patrimonios diferenciándolos de la masa de bienes de los miembros de la organización.
El dirigente y un familiar directo están en la mira de los investigadores por utilizar las cuentas bancarias del club Echesortu y la mutual, además de las cuentas de un local de pinturería de Mendoza al 7800, también allanada, para el cobro de cheques. En el combo financiero aparece, además, la licencia de chapas de taxi para simular ingresos de fondos genuinos.
La Fiscalía Federal, a instancia del juez Vera Barros, libró este miércoles alrededor de 15 allanamientos. Gendarmería, junto con personal de Afip, Banco Central e Inaes se presentó en el club Echesortu y en el banco Francés de Eva Perón al 7400. Además, hubo operativos en 9 de julio al 4000 y al 3500, Zeballos al 4100, Colombres al 1100, Álvarez Condarco al 100, 3 de Febrero al 3600, Dorrego al 800 y Fuerza Aérea al 4200 (Funes). Al cierre de esta edición no se conocían detenidos.