El jueves pasado, Lorena Riquel cumplió sus 39 años. El viernes a la noche fue a la casa de una amiga a festejar sin saber que ese iba a ser su último cumpleaños. En la madruga fue salvajemente asesinada en Rueda al 5500. El atacante la agredió, le sacó parte de su ropa y la golpeó con un bloque de cemento en la cabeza hasta matarla. Luego se fue caminando con las zapatillas de la víctima. Desde los inicios fue parte de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) Bella Vista y marchaba con esta columna en cada manifestación de la organización social y desde esa organización convocan a una marcha para este lunes a las 9 al Centro de Justicia Penal. Además, desde el gremio Ammar acompañan a la familia y piden justicia por el crimen.
Una amiga de Lorena contó a El Ciudadano que la mujer vivía desde hace años con un hombre de 80 años al que cuidaba. “Era un señor mayor, que se encariñó con ella hace años. No eran pareja, ni nada. Incluso el enviudó, y Lorena era quien lo cuidaba”, contó.
Tenía un hijo de 18, una hija de 15 y una más pequeña de 13. “Ella trabajaba en la Terminal de Ómnibus. Vendía pañuelitos con su hija más chica. En la zona la conocen todos”, aseguró.
Su amiga Silvana dice que no era trabajadora sexual, pero que solía estar en zonas donde habitualmente hay trabajadoras,
El femicidio
Según una versión que trascendió de fuentes allegados a la causa, la víctima discutía con un hombre, lo que llamó la atención de un testigo ocasional. El agresor insistía que le diera la plata, Lorena le decía que no tenía, que no estaba trabajando. Siempre de acuerdo con este testimonio, parecía que se conocían, que había algún tipo de vinculación entre ellos. En un momento la tiró al piso y la desnudó, le sacó los pantalones y la ropa interior. Luego la golpeó en la cabeza, Lorena se desvaneció y el agresor aprovechó para tomar un gran trozo de cemento que había en el lugar y golpearla de nuevo.
De acuerdo con un vocero policial, a través de un llamado al 911 se avisó que un hombre estaba golpeando a una mujer y que la agredía con una piedra en la cabeza. Eran cerca de las 3.46 al momento del llamado. Cuando los agentes policiales llegaron al lugar encontraron el cuerpo de Lorena sobre la vereda junto a un árbol. Tenía su cara tapada con un pañuelo y junto a su cabeza había dos bloques de cemento con manchas rojas. Sólo tenía puesta su campera y una remera. A unos metros del cuerpo encontraron un pantalón y su ropa interior.
Los primeros datos del caso dieron cuenta que un hombre delgado, de 1,70 metro de altura, que vestía buzo y pantalón gris y portaba un barbijo blanco pudo ser el agresor. El cuerpo de Lorena fue remitido al Instituto Médico Legal para la autopsia, allí fue identificada dactiloscópicamente y reconocida por familiares.
La fiscal Georgina Pairola, de la Unidad de Homicidios Dolosos en turno, se hizo cargo del caso. La funcionaria ordenó las primeras medidas, como relevamiento de cámaras en la zona, toma de testimonios, relevamiento de la escena y peritaje fotográfico y avanza en la determinación de la mecánica del hecho y la identificación del femicida.