La rosca política generada en AFA desde hace varios meses para dejar sin efecto la Superliga tuvo su día de gracia y a partir de ahora la entidad de calla Viamonte, encabezada por Chiqui Tapia, vuelve a tener el control del torneo local, y de la caja.
Y Newell’s desde hace un tiempo entendió que debía acercarse a Tapia, y fue dando señales que el propio presidente de AFA acompañó.
Juanjo Concina recibiendo a Chiqui Tapia tras el Mundial de Rusia fue un primer aviso del acercamiento. También estuvo el amistoso al que fue invitado Newell’s para jugar en Ezeiza con la selección argentina antes de la Copa América. E incluso AFA acompañó con un escrito a la Lepra en el reclamo en el TAS por los dos puntos que le había quitado el Tribunal de Disciplina de la propia entidad.
También hubo reuniones de Cristian D’Amico con el propio Chiqui Tapia, algunas incluso reflejadas con fotos por la propia entidad madre del fútbol argentino. Y en una de esas tantas se habló incluso de la posibilidad de “asociarse” en la búsqueda de presentar condiciones favorables para la posibilidad de tener a Lionel Messi jugando en Newell’s, con los beneficios lógicos que esa situación podría traerle a todo el fútbol argentino.
Por eso no sorprendió que Newell’s votara por no reanudar el torneo a fines de enero –tal como pedía Tapia-, y la semana pasada el propio mandamás afista viralizó una imagen con el sillón firmado pro Maradona que Newell’s donó al museo de AFA.
Y ese nuevo vínculo tuvo su fruto. En la nueva estructura de AFA, donde se suman tres vicepresidencias y dos vocales, Cristian D’Amico será integrante del Comité Ejecutivo justamente como vocal, volviendo Newell’s a tener presencia en AFA después de muchos años, cuando Guillermo Lorente presidia el Departamento de Legales.
Obviamente Newell’s entendió a tiempo que debía encolumnarse detrás de Tapia, quien será reelegido como presidente de AFA y estará en el cargo cuatro años más.
Desde allí, junto a Central incluso, podrá pelear mejor la distribución del dinero de la TV, que vuelve a manos de AFA. Y además estará cerca del poder, que en el nuevo formato del fútbol argentino será más parecido a las épocas de Julio Grondona.
Estar en AFA no garantiza ganar partidos. Ni tampoco ayudas arbitrales como muchos suponen. Pero permite estar cerca del poder, del lugar donde se define el andar del fútbol argentino. Y Newell’s vuelve a tener un lugar allí.