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El videjuego ya creó 30 empresas en la provincia

Son jóvenes que lograron hacer de lo lúdico su herramienta de trabajo y triunfar con la imaginación.

Por: Agustín Aranda

No hay nada más satisfactorio que trabajar de lo que uno ama. Esto no es materia de discusión: quien puede hacerlo es afortunado. Eso le ocurrió a un grupo de jóvenes que transitaron su infancia y adolescencia narcotizados con la vieja pantalla del televisor inyectado con vaya a saber qué cantidad de bites, ondas, magia. Ellos permanecían absortos en el espacio exterior destruyendo naves y masas de fuego incandescentes (Asteroides), persiguiendo y siendo perseguidos dentro de un laberinto lleno de pastillas, frutas y fantasmas (Pacman) o bien siendo arquitectos rusos acomodando las piezas dependiendo de sus formas (Tetris), crecieron para cruzarse al otro lado. Siempre fanáticos, ya no son sólo consumidores, sino productores de videojuegos.

Atari, Comodor 64, Spectrum y mucho más tarde el desarrollo de la Family –todas consolas de videojuegos– marcan el pasado de muchos niños, hoy ya hombres pisando los 30 años. En la provincia de Santa Fe existen cerca de 30 estudios de desarrollo de videojuegos integrados por aquellos niños-hombres. Su labor es producir de forma parcial o integral los mecanismos lúdicos digitales que supieron y saben amar.

En su mayoría, los desarrolladores de videojuegos de Santa Fe se abocan a crear juegos casuales o pocket –de corta duración de consumo, fácil acceso y complejidad lúdica y técnica– para plataformas en redes sociales –como Facebook– o celulares, advertgames –juegos creados a pedido por distintas empresas para lanzar sus productos– y juegos educativos o de capacitación.

Sólo la empresa Aura Studio desarrolla para Xbox 360 y PC. Por mencionar un ejemplo, Killabunnies tiene el Bubbatime. “Es un juego de plataforma bajo la lógica del puzzle (rompecabezas). Hacemos lo que nos gusta y lo que mejor nos sale. Tuve la experiencia de trabajar para consola y la ventaja del flash es la posibilidad de expresar el 100 por ciento el juego con tiempo e inversión mucho menor”, remarcó Luciano Vairoli, gerente de Killabunnies de la capital santafesina. Al respecto, Andrés Rossi, de SismoGames –que funciona desde la localidad santafesina de Rafaela– explicó que en su momento su empresa realizó los prototipos para videojuegos de PC y al realizar la ecuación comercial pertinente descartó la posibilidad rápidamente. “Para poder crecer tuvimos que focalizar nuestra producción en lo que era más rentable en el período de tiempo que podíamos trabajar. Es decir, desarrollar un videojuego para una plataforma web toma entre 3 y 5 meses mientras que para una consola el tiempo es de casi un año”, detalló el empresario. “Nuestros productos son para web, PC y Mac más lo que es móvil (celulares Blackberry). No podemos desarrollar juegos para consolas –Playstation, Wii, etc– porque no tenemos acceso al kit de desarrollo. Hay pocas empresas, generalmente de Buenos Aires, que pueden hacerlo. No tiene sentido comprar el kit y pensar en hacer un videojuego para consola con la cultura de piratería de Argentina”, analizó por su parte Augusto Chesini de la empresa rosarina Cannes Brains (Cerebros enlatados). El kit señalado es una consola (Wii, Playstation o Xbox 360) a la que se puede subir el programa, armarlo y distribuirlo. Los principales productores están en Asia, Estados Unidos y Europa, en ese orden.

Sobre mercados y distribución

Además de las posibilidades técnicas que imposibilitan producir para consolas, un eje temático que se repite en los entrevistados es la cultura argentina de piratería. “Creo que no se pueden desarrollar productos propios para el mercado interno debido a la piratería. “Imaginate que hasta sucede con la música, que es un mercado sólido, lo que puede pasar con los videojuegos”, explicó Rossi. Según el empresario, el mercado interno del videojuego es menor en comparación con el exterior, pero está creciendo. “Creo que el cluster Codevisa y su relación con la Secretaría del Sistema de Empresas de Base Tecnológica del Ministerio de la Producción (ver aparte) ha promovido el trabajo en conjunto entre empresas para ingresar a los grandes mercados como Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, España y Holanda”, explicó.

Por estas razones, la mayor parte de la labor de los desarrolladores corresponde a los advertgames (juegos publicitarios) ya sea para Argentina o el exterior. “No tenemos un estilo definido de qué tipos de videojuegos hacemos. Por ejemplo: hicimos un juego de los Simpsons para Telecom- Personal que era de plataforma y acción. También tuvimos uno llamado Grito a la Mexicana para Facebook, donde el usuario tenía que gritar México al micrófono de la CPU y el juego medía el patriotismo”, narró Chesini.

“Para empresas argentinas no les hacemos precios internacionales. Hacemos la consideración porque buscamos que no sea restrictivo y se genere un mercado interno. En el caso de los juegos propios, el mercado es mundial, la web no tiene fronteras”, explicó Vairoli. Según apuntó Rossi, los productores santafesinos compiten de forma directa con los países de Europa del este, que hoy han generado un ruido similar al que hizo la Argentina cuando entró en los mercados. “Son muy trabajadores, tienen una buena educación y poseen gran precisión”, detalló Rossi.

Del placer al trabajo

“Yo estuve desde el principio, con la Comodor 64. Mi juego preferido es Fall Out, un juego de rol que salió en 2008. Es un buen espejo de lo que me gustaría hacer, desde la noción artística y su concepción de juego”, relató Augusto Chesini, integrante de Cannes Brains que se constituyó hace dos años y lleva producidos alrededor de 20 videojuegos de los que se destacan los de simulación. “Recuerdo que confeccionamos un simulador de medicina que esperamos poder ofrecerlo para la facultad de Medicina. Es como si fuera un consultorio en el que se analiza la labor del médico. Este tipo de videojuegos sirven para la capacitación, el entrenamiento o evaluación a los especialistas. También hicimos un videojuego de negociación de rehenes para el ejército de Colombia. De esa plataforma surgió el de negociación de marketing”, contó el empresario de Cannes Brains. Consultado por el juego preferido de su propia empresa, Chesini respondió: “Mi preferido es Depende de ti. Un videojuego para una ONG acerca de la corrupción. Trata sobre un empresario o político a quienes los van tentando”, explicó el joven de 29 años.

En el caso de Vairoli fue su juego propio e icono de Killabunnies, el Bubbatimes, un videojuego de plataforma protagonizado por Bubba, un simpático muñeco rosado que debe modificar mediante bloques los escenarios y sortear enemigos para pasar de pantalla. “Nos inspiramos en dos juegos: Braid y Solomon Key. El primero por el manejo del tiempo y el segundo por la construcción de los escenarios. Son desafíos muy cortos y muy precisos. Bubbatimes fue una especie de tributo a ambos”, confesó.

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