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Elecciones de la vergüenza en la ciudad de Buenos Aires: «Una impericia nunca antes vista»

Así describió la jueza federal Servini de Cubría el desbarajuste, en un informe a la Cámara Nacional Electoral. Además anticipó que hará una denuncia penal a la empresa contratada por el gobierno porteño. Insólitamente, Patricia Bullrich, intentó votar siete veces, y recién a la octava pudo hacerlo

“El personal de este Juzgado dedicado a realizar la labor de acondicionamiento de los locales de comicios se ha encontrado frente a las siguientes situaciones: en algunos locales las máquinas encuestión llegaron recién en horas de la noche. En otros locales las máquinas nunca llegaron o estaban ubicadas de manera incorrecta. En otros no habían sido conectadas ni probadas. En otros locales no estaban los kit de instalación. Algunas de ellas directamente no funcionaban. El cableado tendido por la empresa fue puesto sin fijar al suelo, con el consiguiente peligro que podría ocasionar a la integridad física de los votantes, que al momento de transitar por el lugar podrían tropezar o enredarse con los mismos. Se estima que, aproximadamente, un 30 por ciento de las máquinas estarían en esa situación”. Así describió la jueza federal con competencia electoral María Servini de Cubría al titular de la Cámara Nacional Electoral, Alberto Dalla Vía, la situación en las elecciones porteñas, en las que se estrenó un sistema mixto de boleta sábana en papel (Paso nacionales) y de voto electrónico (Paso locales) que resultó un tremendo fiasco. “La votación en la ciudad de Buenos Aires fue un desastre”, resumió nada menos que la precandidata presidencial Patricia Bullrich, rival en Juntos por el Cambio de jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Ella misma logró emitir el voto recién al octavo intento, en una segunda máquina, y con un técnico a lado. Y tardó 20 minutos para poder hacerlo.

Las largas colas en los centros de votación eran el dato saliente en las elecciones porteñas, donde incluso muchas escuelas abrieron tarde y extendieron el horario de votación hasta las 19.30, una hora y media más que el horario formal de cierre, y no fueron pocas las autoridades de mesa que pidieron a las y los electores que habían votado en las Paso nacionales, volver más tarde para sufragar en las del distrito, en la que se dirimían las candidaturas a jefe de gobierno y a legisladores porteños.

Pero pese a las quejas, descripciones (y los acostumbrados memes, que estallaron y llenaron las redes) el director del Instituto de Gestión Electoral porteño, Federico Fahey Duarte, admitió inconvenientes en “251 máquinas” de la llamada Boleta Única Electrónica, pero sostuvo que no fueron los problemas en los dispositivos lo que generó demoras. Y defendió la implementación de las elecciones de doble urna, contra opiniones y denuncias de ONG especializadas, como Vía Libre, que su mayoría rechazan por completo el voto electrónico en cualquiera de sus variantes.

“En el inicio de la jornada se registraron algunas demoras que fueron normalizándose con el correr de las horas”, afirmó el funcionario porteño a cargo de la organización de los comicios locales. Y marcó que los retrasos respondieron a que “en algunas mesas, no se dispuso la simultaneidad” en la votación que combinó el sistema tradicional en papel para los cargos nacionales con la boleta electrónica para las categorías locales.

Fahey Duarte detalló que “hubo algún tipo de inconvenientes en 251” máquinas de votación, y que “166 se repararon y 85 equipos fueron reemplazados” por otros “en menos de cinco minutos” y que se hizo en cada caso “de acuerdo con el protocolo”.

“Estamos convencidos de las elecciones concurrentes y la elección de la boleta única electrónica”, ratificó el funcionario tras el cierre de la jornada de votación en alusión a la decisión del jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, de convocar a los comicios locales en la misma fecha de los nacionales, con sistemas diferentes.

La jueza Servini había visto otra realidad: “Siendo las 2 de la madrugada del día domingo, el personal de este Juzgado permanece en los locales del comicio, esperando que los técnicos de la empresa proveedora de las máquinas arriben al lugar y soluciones los problemas mencionados”, escribió en su denuncia. Y se quejó de que “de acuerdo a la información recibida, la intención de la empresa es que los técnicos” hicieran reajustes desde las 6 de la mañana de este domingo, lo que la jueza Servini consideró “inadmisible”, ya que nada podía estar bajo el control de la Justicia Electoral.

Y concluyó: “Resulta preocupante el grado de improvisación con que se han manejado tanto la empresa contratada para la provisión e instalación de las máquinas de votación, como el propio Instituto de Gestión Electoral de la ciudad de Buenos Aires”, en lo sin tapujos describió como “una impericia nunca antes vista en la organización y ejecución de un proceso electoral”.

La jueza adelantó a demás que “en los próximos días” formalizará una denuncia penal por “las irregularidades de la empresa”, de las que dejó constancia en su nota a la Cámara Nacional Electoral.

Servini confirmó antes de hacer la denuncia esperará los informes de los delegados en cada escuela, que se prevé estarán listos «en unos diez o quince días”.

“La gente no pudo votar por cierta irresponsabilidad, pero es una elección, se siguió con todo lo que exige la ley. El comicio se hizo, se controló y, si hubo algunas máquinas donde no se pudo votar, fue problema de los técnicos”, argumentó la jueza federal.

Antes, pasado el mediodía, Servini había anticipado que la denuncia penal a la empresa sería “por no obedecer las órdenes del juez que tiene la jurisdicción en la ciudad de Buenos Aires”, en alusión a actas que labró requiriendo la presencia de técnicos, y al hecho de que “no debían haber coexistido en un cuarto oscuro dos votantes”, uno sufragando de manera manual para autoridades nacionales y el otro en forma electrónica para las elecciones porteñas, un intento de solución para remontar los tiempos de votación.

 

Candidatos en día de furia

 

La jornada de votación porteña arrancó desde el vamos con demoras y lentitud por el doble voto. Ya entonces en algunas mesas los votantes tuvieron que esperar más de una hora y en otros casos les pidieron que vuelvan más tarde.

Pero, con el correr de las horas, en muchos colegios la situación empeoró: “Hay problemas con el voto electrónico. La gente se queja y se pelea con el delegado de la Cámara Electoral”, publicó un diario porteño, que dio cuenta además que la situación se verificaba en escuelas que tienen elecciones cada dos años desde hace dos décadas, y en ninguna de ellas habían ocurrido dificultades de semejante magnitud como las de este domingo.

Ya temprano, el precandidato a jefe de gobierno porteño por Unión por la Patria (UxP), Leandro Santoro, reclamó a los funcionarios del Ejecutivo porteño que “resuelvan ya este tema” y pìdió “a la gente que no afloje y que vaya a votar”, a pesar de todo.

Por su parte, el ministro de Turismo de la Nación y precandidato a legislador porteño por UxP, Matías Lammens, también sumó críticas a la organización de los comicios locales al manifestar que “ya habrá tiempo de buscar responsables políticos de lo que pasó”.

Ramiro Marra, precandidato a jefe de gobierno porteño por La Libertad Avanza (LLA), el partido de Javier Milei, denunció: “Quisieron hacer trampa”.

“Fue muy grave. Cambiaron las reglas a último momento. Nosotros lo dijimos: quisieron beneficiar a un candidato en particular”, redobló la acusación.

Por su parte, el primer precandidato a diputado nacional por el Frente de Izquierda Patricio del Corro manifestó ya en el comienzo de la jornada que “en toda la ciudad” había “problemas”.

Los comicios se desarrollaron en 7.326 mesas distribuidas en 1.099 establecimientos en una jornada destinada a definir candidatos de los comicios generales de octubre para el Ejecutivo porteño pero también para la renovación de 30 bancas en la Legislatura y 105 lugares en las 15 comunas.

Además se votó candidato a presidente entre 19 fórmulas, y legisladores nacionales.