Trabajadores de Electrolux que habían sido despedidos se concentrarán este miércoles a las 7 en la puerta de la fábrica, ubicada en Batlle y Ordóñez 3436, para exigir su reincorporación. Hace una semana la Justicia ordenó la reincorporación de los siete empleados y la empresa tenía cinco días corridos para cumplir con lo dispuesto por el juez. El fallo determinó que los despidos fueron hechos por fuera del Proceso Preventivo de Crisis (PPC). Además, debía respetarse el pago de haberes y las condiciones laborales.
“Pero este martes se venció el plazo para nuestra reincorporación y nada sucedió. Por eso nos presentaremos con un escribano y un abogado para dejar asentado legalmente que dentro de los cinco días que dispuso la justicia no nos dejaron entrar”, dijo Lucas Tondo, uno de los despedidos, a El Ciudadano.
Tondo contó que habían logrado una medida cautelar de un juez nacional que planteó que los siete trabajadores tenían que ser reincorporados hasta tanto se resuelva si los despidos son ilegales o no. Caso contrario se le aplicaría a la empresa una multa.
“En su resolución, el juez había dicho que es suspicaz que el mismo día que estaba pautada una audiencia en el Ministerio de Trabajo (29 de abril) despidieran a los trabajadores y armen un PPC”, remarcó Tondo.
Los trabajadores despedidos fueron Lucas Tondo, Víctor Del Real, Priscila Del Moro, Germán Caravaca, Gisela Álvarez, Elías Aukstakalnis y Leonardo. “La empresa actúa con impunidad a pesar de las medidas judiciales. Le exigimos al Ministerio de Trabajo de Santa Fe que tomen las medidas necesarias para volver a nuestros puestos laborales”, expresaron en conjunto en un comunicado.
Los trabajadores aseguraron que seguirán firmes. “Lamentablemente hay que presionar para que la empresa cumpla con la ley. Nuestros compañeros desde adentro de la fábrica nos apoyan en esta pelea, como así también las organizaciones sociales y de Derechos Humanos”, cerró Tondo.
El Conflicto
La crisis se inició a principios de mayo cuando Electrolux despidió a una veintena de trabajadores, argumentando la caída de ventas y de producción.
Luego, firmó con el gremio un acuerdo de «paz social». Pero los obreros echados no fueron reincorporados e iniciaron un bloqueo frente a la planta.
En ese marco, la jornada más trágica se dio cuando empleados que no habían sido despedidos, junto a delegados de la UOM, salieron a la calle para descargar un camión que no podía ingresar por el piquete.
En medio de esa tensión, el delegado de la UOM Edgardo Benedetti, que había concurrido a apoyar al gremio, se descompuso y murió de un infarto.
En el momento de mayor consternación, desde el gremio metalúrgico acusaron a quienes participaban del bloqueo de retrasar la llegada de la ambulancia. Pero los abogados y los propios manifestantes lo desmintieron.