Elon Musk ha interpuesto una demanda contra OpenAI pidiendo la cabeza de Sam Altman por, según el multimillonario sudafricano, no velar por los intereses del público y buscar sólo su propio beneficio. La información llega desde el sitio especializado MSPowerUser y la verdad es que resulta sorprendente ver a alguien que hace lo mismo acusando a una empresa privada (y a su máximo responsable) de enriquecerse a través de la búsqueda de beneficios.
Cuál es el problema de Elon con OpenAI
Vale la pena recordar que Elon Musk es uno de los fundadores de OpenAI. De hecho, su beef con Sam Altman es ampliamente conocida: el CEO de OpenAI no le perdona que se marchase de la empresa al poco de fundarla, cuando era un gran inversor de la misma. Musk, por su parte, tiene su propia alternativa en marcha, xAI, y considera que OpenAI está totalmente plegada a los deseos de Microsoft.
La demanda vendría motivada precisamente por eso último. El magnate, principal responsable de arruinar Twitter y muy fan de dar lecciones que no está en posición de ofrecer, dice que el hecho de que Microsoft sea el principal inversor de OpenAI ha tenido un efecto negativo en los valores de la empresa.
¿Qué efecto sería este? Pues centrarse en conseguir la inteligencia artificial plena (AGI, por sus siglas en inglés) para beneficio de Microsoft exclusivamente, en lugar de favorecer una investigación de código abierto que permita que la humanidad entera se beneficie. Resulta difícil ver cómo puede beneficiar a la humanidad una tecnología que, por ahora, no está siendo bien usada y está causando más daño que otra cosa, pero si Elon lo dice…
En la demanda Musk alega distintas faltas en las que habría incurrido OpenAI:
*OpenAI ha roto su acuerdo de fundación, que estipulaba un compromiso con un desarrollo abierto de la IA.
*La directiva de la empresa no ha conseguido cumplir con su deber de buscar siempre los mejores intereses de la organización y mantenerse fiel a su misión original.
*La asociación con Microsoft da a la empresa de Redmond una ventaja injusta en la guerra de las IA que todas las tecnológicas parecen estar manteniendo a día de hoy.
Al mismo tiempo, el sudafricano dice que existen varios remedios para, por un lado, evitar la demanda y, por otro, reconducir a la empresa. Estos remedios pasan por volver a la idea original de crear inteligencia artificial usando código abierto, que ni Sam Altman (ni Microsoft) puedan beneficiarse de tecnología derivada del mal uso de los recursos de OpenAI y que Sam Altman sea despedido fulminantemente de la empresa, así como que se reinstaure a la junta directiva que fue la encargada de despedirlo antes de la novela que lo terminó devolviendo a su puesto.
Sin respuesta pública
OpenAI todavía no ha respondido a la demanda públicamente. Esta batalla legal, por mucho que se quiera vestir de otra cosa, a todos los niveles parece una pelea de multimillonarios para ver quién la tiene más grande (la representación legal, claro está).
No obstante, es fácil imaginar que la comunidad creada en torno al desarrollo de inteligencias artificiales tendrán mucho de lo que hablar viendo los puntos principales de la demanda interpuesta por Elon Musk.