Un hombre fue emboscado y ejecutado a balazos en barrio Empalme Graneros a plena luz del día. El crimen ocurrió este mediodía, alrededor de las 11.30. Según las versiones preliminares, quien en vida fue José Luis Disassio, de 41 años, recibió dos disparos que lo dejaron tendido en la cortada G. Carrasco al 2100, casi en la intersección con Felipe Moré. Según trascendidos, las detonaciones partieron de un auto blanco. Un tiro en la cabeza resultó fatal, y además sufrió otro en un glúteo.
Vecinos dijeron desconocer los pormenores de la agresión. “Llegué a mi casa y me encontré con este disgusto”, dijo una mujer que vive frente al tapial donde quedó el cuerpo inerte del hombre asesinado, tapado por una manta blanca. Según contó a Canal 5 la madre del hombre, su hijo tenía antecedentes, había purgado condena en el penal de Piñero durante «mucho tiempo» y hacía tres años que estaba en libertad. Luego de tener un altercado con su pareja, el hombre había recalado en Empalme Graneros, ya que su familia vive a «unas 20 cuadras». Una versión indica que la bicicleta de la víctima quedó atada no muy lejos de la zona del ataque. Pasado el mediodía allegados y familiares de Disassio se encontraban conmocionados y quebrados.
Por lo bajo, vecinos de ese sector de Empalme ratificaron la hipótesis de asesinato planificado: «El tipo vivía acá a la vuelta. Ayer ya habían querido matarlo a tiros pero tuvieron mala puntería». Según pudo averiguar El Ciudadano, Disassio tenía antecedentes por tentativa de robo y lesiones.
Al lugar llegó la fiscal de Homicidios Georgina Pairola, mientras efectivos policiales y de Gendarmería vallaban la escena del crimen. Más tarde, los peritos de Policía de Investigaciones hicieron el trabajo de rigor sobre el terreno.
Fuentes policiales relacionadas a la pesquisa no descartaron que la ejecución de Disassio esté relacionada con alguna pelea por el control del territorio para la venta de estupefacientes entre un pupilo de Gustavo “Tuerto” Cárdenas y los lugartenientes que dejó, tras su ejecución en 2012, Roberto “Tuerto Boli” Del Valle Padilla, competidor directo y el dueño de la primera cocina de cocaína desbaratada en Rosario. Disassio vivía en la misma cuadra que el Tuerto Boli, e incluso fue apresado en 2010 por un robo calificado junto a un hijo de Padilla, por lo que no descartan que este último crimen tuviera como móvil la disputa del control de la zona para la venta de drogas.
El pupilo de Cárdenas es Leandro Burgos, un muchacho de 28 años, a quien desde principios de este mes la Justicia federal de Rosario lo sindicó como el líder de una banda de distribuidores de drogas al menudeo que tenía conexiones en diferentes zonas de la ciudad gracias al apoyo de la banda de Los Monos. Hace dos semanas y por esta causa, la Policía Federal le allanó a Burgos su celda en la Unidad Penal 6 (ex Alcaidía), donde estaba alojado desde un mes antes tras ser detenido en el final de una persecución policial a bordo de un Audi A 3, en el que llevaba 40 mil dólares, alhajas de oro y una pistola en avenida Provincias Unidas al 900 bis.