“Soy un artista que disfruta de hacer canciones que podrían ser parte del cliché y a la vez jugar a que no lo sean”, reflexionó Emmanuel Horvilleur en un extenso diálogo con El Ciudadano en el marco de una visita a la ciudad, previa a la presentación que brindará este viernes en La Sala de las Artes.
En ese encuentro, el músico, miembro de Illya Kuryaki & The Valderramas (IKV), habló del que será su próximo disco a editarse a fin de año material del que ya se conocen dos temas: “El hit”, y “Somos nosotros”. La nueva producción sucederá al exitoso Amor en polvo que, hace siete años, mostró en la ciudad con un show en el Teatro Broadway que aún hoy recuerdan sus fans.
“Sigo hablando de las cosas que me mueven a mí”, refirió en la charla, un encuentro que sirvió para conocer la actualidad, expectativas, búsquedas artísticas y motivaciones de un músico sensual, desafiante y carismático, pero además, inquieto por dar a luz emociones con las que hace más de dos décadas recorre los escenarios ofreciendo dosis vitales de aire fresco. Efervescencia bailable y fiebre romántica para todas y todos.
—Hace tiempo no venís a Rosario como solista…
—Sí, hace mucho. No me acuerdo cuándo fue la última vez, pero sí tengo en la memoria grandes noches como cuando tocamos con René de Calle 13. En 2011 seguro vine a presentar Amor en polvo.
—Un año más tarde ya estabas de vuelta con IKV…
—Eso fue de lleno; no me permitió hacer otra cosa. Tampoco era la idea porque somos de tomarnos las etapas muy de lleno en cada proyecto. Tal vez en un futuro puedan convivir algunas cosas pero ahora siento que debe ser así. Cuando entro en una frecuencia es difícil pasarme a otra.
—¿Te demandó mucho esfuerzo el grupo?
—Hubo que refundar la banda.
—Dante y vos eran otros, tanto cuando comenzaron con IKV como al distanciarse y volver…
—Siempre vamos siendo otros y a la vez somos los mismos pero la vida va cambiando. Para llevar al lugar que llevamos a IKV en esta nueva etapa, era necesaria la cohesión, la unión y el poner toda la cabeza y el corazón ahí, en ese proyecto. Yo creo que estuvo bien. Llevamos a la banda a un próximo nivel muy importante con giras por el exterior, premios, con los discos que hicimos, con el Luna Park e incluso con Rosario donde logramos un crecimiento muy grande. Rosario no era una ciudad tan Kuryaki y sin embargo los últimos shows fueron increíbles. Para mí fue un antes y un después.
—¿Con qué nuevas búsquedas o miradas retomas tu camino solista y cómo es empezar un disco después de siete años?
—Ya el hecho de hacerlo es una motivación. Me pasó en esta última etapa que bastante gente pedía un disco de Emmanuel Horvilleuer. Tiene que ver, creo, con que hay personas que se identifican con lo que hago inclusive más que con IKV. Es una cuestión de gustos, de enfoques supongo. Yo soy un artista y cuando estoy solo busco por otros lados.
—Con IKV y como solista tenés muchos seguidores de distintas generaciones: chicos que te siguen y muchachos de más de cuatro décadas que se referencian en tus letras ¿Qué tienen tus canciones que los convocan a ambos? —Debe tener que ver con un aspecto lúdico. Para muchos nenes, Kuryaki es la inserción a las malas palabras, a una cosa rítmica. El otro día veía un video de la hija de Dolores Barreiro y Matías Camisani cantanto “Abarajame”. Es un bebé. Me encantó verlo, me divierte. A primera impresión, mi música tiene algo dulce. Ahora pasa con “El hit” (de su próximo disco). Hay una dulzura, como una cosa linda, pero después, para los que son más grandes y un poco más perturbados y perversos, tiene otras cosas también.
—En tus temas seguís hablando de amor, desamor y sexo ¿Con qué perspectivas viene este próximo disco?
—Sigo hablando de las cosas que me mueven a mí. Los tópicos siguen siendo los mismos, se van sumando otras cosas porque los años se encargan de sumar otras miradas. Soy un artista que disfruta de hacer canciones que podrían ser parte del cliché y a la vez jugar a que no lo sean.
—¿Te sentís a gusto en ese borde?
—En el borde sí, en la línea donde yo pueda ser el tipo romántico pero también que pueda decir otras cosas. Me gusta esa cosa romántica pero incomoda a la vez. No pasa así aceitada, mi música y mis líricas tienen espinas; también mí búsqueda.
—Hablás mucho de jugar. Eso te conecta con la niñez, con cierta inocencia y libertades que a veces los adultos no nos damos…
—Me conecta con lo naif. Soy un pibe que trabaja mucho para las canciones: de un lado más craneal, pensándolas y reescribiéndolas. Esa es la parte donde le meto serio, y está bueno porque tiene sus resultados. Pero después de ese laburo craneal, de pronto me pongo a jugar, a joder, y salen cosas que son las que más me terminan pegando. Con “El hit” fue un poco así. Estábamos laburando unas cosas, de pronto puse una música y lo primero que canté fue: “Yo nunca perseguí el hit” (estribillo de la canción en cuestión).
—¿Y es cierto que nunca perseguiste un hit?
—Uno persigue, busca que aparezcan cosas que lo sorprendan y seduzcan y que sienta que hará que otros disfruten, que una audiencia, que gente de pronto cante estribillos que vos hiciste para mí está buenísimo y no deja de ser algo mágico. Muchas veces, para llegar ahí, hay que ir por la conciencia y otras me sorprendo a mí mismo porque jodiendo también surgen cosas que son parte de mi mundo.
—¿Cuándo se conocerá el disco completo?
—Creo que a fin de año, antes de que termine el 2018, habrá un disco nuevo. Estamos todavía en la búsqueda con algunos temas pero tenemos un setenta por ciento del disco.
—¿El concepto está definido?
—Es un “desconcepto”, son canciones. Esta vez estuvimos buscando eso. Tal vez no sigue todo una línea y sí son pequeñas islas, pequeñas situaciones que abordamos y que intentamos que esas situaciones lleguen a su mejor puerto. Ahora sale otra nueva canción que se llama “Somos nosotros” y la idea es tocarla en Rosario junto con “El hit” y una larga lista de temas de estos cuatro discos y medio que hice y que tienen un montón de canciones.
Para agendar
Emmanuel Horvilleur se presenta este viernes, a partir de las 21, en La Sala de las Artes de Suipacha y Güemes. Las entradas estarán a la venta en la boletería de la sala.