Facundo “Macaco” Muñoz, un joven de 28 años que fue juzgado y absuelto por el asesinato del líder de la banda de Los Monos, Claudio “Pájaro” Cantero, comenzó a ser juzgado este martes como parte de una organización acusada de la distribución y venta de estupefacientes desde la cárcel de Piñero y en un complejo de canchas de fútbol, en un procedimiento que se conoció como Operación Guaraní.
Muñoz cumple una pena de 14 años en la prisión provincial por un homicidio en el que fue condenado junto con quien era su presunto jefe, el ex barra brava de Newell’s y sindicado narco Luis “Pollo” Bassi.
Según el requerimiento de elevación a juicio, cuya lectura se realizó este martes en la primera jornada del juicio que dirige el Tribunal Oral Federal (TOF) 3 de Rosario, a Muñoz se le atribuye manejar el comercio de estupefacientes desde la cárcel de Piñero, donde cumple condena.
El fiscal del juicio, Federico Reynares Solari, acusó a Macaco de “dirigir las actividades de entrega, distribución, fraccionamiento y comercialización de estupefacientes desde su lugar de detención”.
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La causa que llevó a juicio a 12 personas como integrantes de una banda que traía marihuana desde Corrientes para su venta al menudeo en Rosario, con eje en un complejo de canchas de fútbol, se inició como desprendimiento del caso conocido como Los Patrones.
Por ese expediente –que fue a juicio el año pasado– fue condenado a 15 años de reclusión el actual jefe de Los Monos, Ariel “Guille” Cantero, y otros miembros de la organización por tráfico de estupefacientes.
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Según voceros del caso, el vínculo entre ambas investigaciones es un hombre condenado en Los Patrones que proveía drogas a varias bandas de Rosario y la zona.
La investigación del juicio que se inició este martes dio con los principales miembros de la banda: Juan Jesús Esquivel, Pablo Ramírez, Máximo Biscoglio, Matías Herrera, Marlén Aguirre Mansilla, Nicolás Canteros, Mauro Quinteros, Luis Romano, Silvia Di Morelle (alias Gorda Bolona y ya mencionada en otras investigaciones), el mencionado Muñoz, Hugo Flores y Jorge Galeano, todos imputados por las figuras de comercio y transporte de estupefacientes.
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De las escuchas del caso la Policía Federal, que realizó la pesquisa, determinó que un joven llamado Nicolás Canteros adquiría en Corrientes marihuana en grandes cantidades para revenderlas en Rosario.
El sitio operativo donde se realizaba la logística era un complejo de canchas conocido como Jugá de Primera, ubicado en la zona norte de Rosario.
También participaba de esa actividad la pareja de Canteros, Marlén Denise Aguirre Mansilla, y otras dos personas identificadas como Matías Carlos Herrera y Mauro Matías Quinteros, que aparecen en las intervenciones telefónicas.
Herrera es primo de Macaco Muñoz, quien según el fiscal impartía a Canteros “directivas sobre la forma de llevar a cabo la presunta actividad de comercialización de estupefacientes”, desde el pabellón 13 de la unidad penal de Piñero. También es el dueño del boliche Alabama, de Riccheri casi Brown, cuyo frente fue atacado a tiros el 20 de abril último en una saga de balaceras atribuidas a ajustes de cuenta narco.
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En las escuchas incluidas en el requerimiento de elevación a juicio se da cuenta de la presunta compra de drogas por “20” u “80 kilos”, lo que para los acusadores habla de la magnitud de drogas que traficaba una parte de la banda.
En mayo de 2017 Muñoz fue condenado por la Justicia ordinaria de Santa Fe junto con Pollo Bassi (ambos habían estado acusados y terminaron absueltos, junto con Milton Damario, en el homcidio del Pájaro Cantero) por el crimen de Juan Pablo Colasso el 14 de noviembre de 2012, un joven de esa localidad lindera con Rosario.
Colasso había sufrido dos ataques a tiros en los días previos y la noche anterior el frente de su domicilio fue baleado.
El 14 de noviembre salió a la puerta de su casa con un chaleco antibalas y una escopeta, pero una ráfaga de metralleta lo derribó y luego fue ejecutado con dos tiros en la cabeza, según la investigación.
Bassi y Muñoz también enfrentaron juntos el juicio por el asesinato del Pájaro Cantero, en mayo de 2013, en el que fueron acusados como autores pero absueltos por el beneficio de la duda.
Dos hermanos y los padres de Bassi y Muñoz fueron asesinados más tarde, en hechos que aún permanecen impunes.