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Empezó en Buenos Aires el juicio a un marinero filipino por matar a otros dos

Es el único imputado por el crimen, en 2012, de dos connacionales en alta mar, cuando el buque de bandera china en el que todos revistaban navegaba de Santos (Brasil) hacia aguas argentinas. Era aparentemente el menos alcoholizado de los tres, y reacciónó por un "agravio" a su familia

Una funda de cuchillo, una botella de vodka vacía, un cuadro, el mobiliario y el piso con manchas de sangre fue el panorama que personal de Prefectura se encontró al realizar una inspección visual en la Sala de Marineros del buque de bandera china Maersk Luz, en el marco de una causa iniciada para investigar un doble homicidio ocurrido en febrero de 2012 en altamar.

Siete años y medio después, el doble crimen llegó a juicio y el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°1 de la Capital Federal decidirá el destino del ciudadano filipino Reich Alvarado Longno, único imputado por las muertes de Leodegario Jr. Luna Lbores y Marlon Guirjem Tingson, también de nacionalidad filipina, y como el presunto asesino, tripulantes del Maersk Luz.

En la audiencia que tuvo lugar este jueves en los tribunales de Comodoro Py 2002 se leyó el requerimiento de elevación a juicio. Como intérprete para Longno ofició el vicecónsul de la República de Filipinas en el país, Miguel Carlo Hornilla, en tanto que por parte del Ministerio Público Fiscal intervienen el titular de la Fiscalía General N°7, Miguel Ángel Osorio, y la auxiliar fiscal Sabrina Cabrera.

El hecho que conforma el objeto procesal del debate oral y público, de acuerdo a la acusación, tuvo lugar el 17 de febrero de 2012 a bordo del buque de bandera de la Región Administrativa Especial Hong Kong de la República Popular China, mientras se encontraba navegando aguas internacionales a unas treinta millas náuticas de la costa de Brasil. Había zarpado del puerto de Santos, en Brasil, y navegaba con destino a la ciudad de Buenos Aires.

En la madrugada de esa jornada, aproximadamente a las 2.30, un marinero que se encontraba realizando un recorrido de vigilancia observó gotas de sangre en la cubierta, por lo que se le dio aviso al capitán, quien al ingresar a la Sala de Recreación vio a Longno con el torso desnudo y manchas de sangre, con un cuchillo en una mano y otros cuatro en su cintura, tras lo cual ordenó que se diera la señal de alarma.

Visiblemente nervioso y agresivo, según los testimonios de los oficiales navales, Longno escapó huyó y se apareció en la Sala de Navegación portando un cuchillo y dos sierras. Alli entabló un diálogo con el capitán, en el cual refirió que quería hablar con su novia y luego arrojarse al mar. Además, le dijo que él era un buen capitán, pero que las víctimas eran “muy lentas”, y que debido a eso “ahora estaban en el cielo”. Tras aproximadamente una hora de tensión logró ser reducido por varios integrantes de la tripulación.

Los cuerpos sin vida de las dos víctimas ambos de nacionalidad filipina- fueron encontrados en la Sala de Recreación donde fue visto por primera vez el acusado. De acuerdo a los peritajes cada uno había sufrido más de treinta lesiones producidas por arma blanca en tórax y abdomen. El imputado habría utilizado al menos cinco cuchillos, una sierra y un serrucho.

Crimen flotante

La causa por el doble crimen tuvo un extenso recorrido judicial, principalmente en virtud de una serie de planteos vinculados a la competencia territorial para juzgar el hecho.

Al formular el requerimiento de elevación a juicio, en noviembre de 2017, el fiscal Federico Delgado repasó los diversos elementos probatorios recolectados en la instrucción, en especial los testimonios coincidentes de los tripulantes que presenciaron la secuencia desde el hallazgo del acusado –ensangrentado y portando armas blancas– hasta su detención.

En este sentido, uno de los testigos sostuvo que  los involucrados habían mantenido una pelea un mes antes de los hechos, durante la Navidad y dijo que cuando tomó contacto con el imputado, con posterioridad a su detención, le contó que los había matado porque habían “agraviado” a su familia. Asimismo, se tomaron muestras de todos los elementos secuestrados de los que se valió Longno para cometer los crímenes. En todos ellos se detectó la presencia de sangre humana, y los perfiles genéticos obtenidos de ellos fueron atribuibles a uno, dos, o tres individuos de sexo masculino, mezclados según cada arma.

Los exámenes químicos y toxicológicos sobre los cuerpos arrojaron que las víctimas Guirjem Tingson y una Labores tenían 3,24 y 2,31 gramos de alcohol en sangre, respectivamente. Además, todavía a bordo, el capitán de la nave había ordenado un análisis de alcoholemia sobre el acusado que arrojó resultados positivos, pero en un porcentaje mínimo, aunque consideró que podía deberse a las cuatro horas que transcurrieron desde los hechos hasta el momento de realización de la prueba.

El Tribunal, integrado por José Antonio Michilini, Ricardo Basílico y Adrian Grunberg, dispuso un cuarto intermedio hasta el próximo jueves 21 a las 9.30, cuando se retomará el juicio.

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