Padre e hijo comenzarán a ser juzgados hoy por la mañana ante el Tribunal Oral Federal de Santa Fe por estar señalados como los jefes de una organización dedicada a la venta de drogas en los barrios Tablada, Loyola Sur y Yapeyú de la capital provincial. En una causa conexa que investigó las relaciones entre un jefe de Policía y sus subordinados con vendedores de drogas, un testigo contó la relación que tenían ambos, Pola y Puchinga con El Señor de la Cumbia, quien proveía drogas al Gringo Visconti, un barrabrava de Central asesinado el año pasado.
En la instancia oral que comenzará hoy a las 8.30 “la Pola”, como se lo conoce a Víctor Esteban Almirón, será representado por Claudio Torres Del Sel mientras que su hijo, quien posee el mismo nombre y es conocido como Puchinga, será defendido por Marcos Rodríguez Allende. El fiscal será Martín Suárez Faisal, mientras que el tribunal estará compuesto por los magistrados José Escobar Cello, María Vella y Luciano Lauría.
Fuentes relacionadas con la pesquisa indicaron que una característica de esta banda era la impunidad con la que se manejaban en todos los barrios. “A la vista de todos y a toda hora se dedicaban a la comercialización de estupefacientes. Muy pocas veces se reciben tantas denuncias de tan diferentes lugares”, dijeron los pesquisas.
La investigación
Los dos acusados vivían en la cuadra de Hugo Wast al 6700. En esos lugares vendían la droga a la vista de todo el vecindario. El padre fue apresado en junio del 2015 en un allanamiento a su casa ordenado por el juez federal Francisco Miño. Los policías antinarcóticos secuestraron 1.151 envoltorios de marihuana y una bolsa con marihuana de 3 kilos y medio. El hijo, Puchinga, de 34 años, cayó cuatro meses más tarde cuando salía de otra de sus viviendas en Loyola Sur.
Distribuidores
A su vez, los dos fueron sindicados como quienes abastecían a una red que operó en el centro-norte provincial y que tenía asiento en la localidad de Videla (departamento San Justo). Esta causa tiene a doce personas a la espera del juicio oral que están señaladas como quienes repartían la droga en Vera, Reconquista, San Justo y Romang.
En ese sentido, también tuvieron su mención en la causa que terminó con la condena al ex jefe de la Policía de Santa Fe Hugo Tognioli, por los delitos de encubrimiento a un grupo vinculado al narcotráfico, coacciones a Norma Castaño e incumplimiento de deberes de funcionario público. También fue penado el narco Daniel Francisco Mendoza, alias Tuerto”. En esa investigación, la declaración de un testigo de identidad reservada dejó en evidencia desde 2013 la relación entre resonantes narcos santafesinos, padre e hijo y policías. Allí, menciona las relaciones entre Tuerto Mendoza y Raúl “Beto” Basimiani, el Señor de la Cumbia, con el entonces jefe de Policía y un subordinado, donde queda en evidencia la relación de estos con los vendedores de barrio Yapeyú. “Uno de los lugares que recuerdo (donde se vendía droga) es en la zona de 12 de Octubre y Hugo Wast (por el 6700), ahí hay una serie de seis casitas iguales, que son de la Pola y “uchinga que tienen arreglo con la comisaría de la zona, creo que es la séptima”, expuso el testigo en esa oportunidad.
La pata rosarina
El Señor de la Cumbia de Santa Fe, como se conoce a Basimiani, fue apresado en 2013 por venta de drogas, firmó un abreviado a seis años de prisión y quedó detenido en la cárcel de Coronda. En octubre del año pasado, los uniformados antinarcóticos de la Policía Federal irrumpieron en la celda de Beto en el marco de la Operación Gringo, en mención a Mario Sebastián “Gringo” Visconti, barrabrava de Rosario Central líder de una organización narco, asesinado en mayo de 2016 en Ibarlucea. Los pesquisas también realizaron otros dos allanamientos en la ciudad de Santa Fe, en uno de los cuales apresaron a la esposa de Basimiani. En otro procedimiento incautaron 3 kilos de marihuana y varias dosis de cocaína de las denominadas ravioles o papeles. En esta causa, Beto quedó como proveedor de drogas del Gringo, quien nunca fue condenado por narcotráfico.