El empresario baleado en Fisherton Andrés Gerardo Lamboy declaró como testigo en la causa que investigó el tráfico de efedrina que culminó con la condena del rosarino Mario Roberto Segovia, considerado “el rey de la efedrina”. Es que figuraba como director de un deposito fiscal llamado South American Docks SA (Sadocks), en el barrio porteño de Barracas, desde donde salieron los 24 kilos de efedrina camuflada en azúcar encontrados luego en una sede de la firma Mercadeo y Logística Comercial Pegasso S.A., de Naucalpan, México. Luego, la Justicia encontró otro cargamento de paquetes de azúcar de la misma marca en el depósito listo para ser exportado a México.
Lamboy contó que fue yerno del ahora condenado Rubén Alberto Galvarini y cuñado del imputado Rubén Darío, quien fue sobreseído en la causa. Señaló que estuvo casado con la hija de Galvarini hasta el año 2008, aunque después se divorció.
Lamboy figuró como director del depósito fiscal Sadocks hasta 2007 a raíz de la disolución de su matrimonio con la hija de Galvarini. Aclaró que nunca trabajó para la firma y que aparecía como director sólo en los papeles. Dijo que sólo se limitaba a firmar las actas de directorio. Consideró que su ex suegro era el responsable de la empresa. Además, agregó que su cuñado manejaba las cuentas bancarias.
Declaró que el imputado Jorge Gómez (que también fue condenado) era el otro dueño de la firma y además era un importador/exportador que se dedicaba al courrier (correo) de mercaderías y fue quien le propuso el negocio del depósito a Galvarini. En cuanto a Segovia, dijo que lo conocía porque trabajó en Sadocks hasta que el llamado Rey de la efedrina se peleó con su ex suegro. Señaló que la empresa nunca exportó mercadería propia dado que era un depósito fiscal.
Galvarini, su ex suegro, fue condenado a 7 años de prisión por el delito de contrabando simple agravado por la intervención de más de tres personas en calidad de coautores y cómplices y por tratarse de mercaderías susceptibles de producir un daño en la salud.
La Justicia además resolvió quitarle la personería jurídica y cancelar la inscripción registral de la empresa de la que Lamboy fue titular, firma que estaba a cargo de su ex cuñado, en orden al delito de contrabando simple agravado por la intervención de más de tres personas en calidades de coautores y cómplices por tratarse de mercaderías susceptibles de producir un daño en la salud.
La condena del Rey
La Cámara Federal de Casación Penal confirmó en julio la condena a 16 años de prisión de Mario Segovia, conocido como El Rey de la efedrina, acusado por el delito de contrabando de droga e importación de sustancias. Así lo decidió la Sala I del Tribunal, y de esta manera Segovia seguirá preso por los delitos de contrabando de estupefacientes agravado y tentativa de contrabando de importación.
Los jueces Gustavo Hornos y Carlos Alberto Mahiques y la jueza Ana María Figueroa rechazaron el recurso de casación que fue interpuesto por la defensa de Segovia.
Una de las condenas contra El Rey de la efedrina fue la dictada el 10 de agosto de 2012 por el Tribunal Oral Federal Nº 4 de San Martín y la otra en 2015 por el Tribunal Penal Económico N°2, ambas por encontrarlo culpable de contrabando de drogas e importación. De la unificación de penas, quedó una condena única de 16 años de prisión que este viernes fue ratificado por la Cámara Federal de Casación Penal al desestimar el recurso de la defensa.
Además, el tribunal impuso una multa de treinta mil pesos; inhabilitación especial de cinco años para el ejercicio del comercio; y una inhabilitación perpetua para desempeñarse como funcionario o empleado aduanero.
Segovia, un ex comerciante y ex piloto de avión que vivía en el barrio Fisherton de Rosario, quedó detenido acusado de ser proveedor de efedrina que se enviaba a México camuflada en paquetes de azúcar. La investigación se inició en el año 2007 tras el envío de 294 kilos de efedrina ocultos en un cargamento de 12 toneladas de azúcar.
El cargamento de efedrina camuflada en azúcar fue encontrado luego en la una sede de la firma Mercadeo y Logística Comercial Pegasso S.A., de Naucalpan, México. Luego, la justicia encontró otro cargamento de paquetes de azúcar de la misma marca en el depósito de South American Docks S.A., en el barrio porteño de Barracas, listo para ser exportado a México.