Gustavo Cardinali es un conocido empresario de la ciudad bonaerense de Tandil, dueño de la empresa de transporte de cargas que lleva su apellido y de la hormigonera Markal. Este domingo, vecinos del country Sierras de Tandil donde vive alertaron que estaba violando las medidas de aislamiento y cuando la Policía lo interceptó, detectó que trasladaba hasta el barrio privado a una trabajadora doméstica en el baúl de su auto.
El personal de seguridad privada del country no había advertido la situación. Los reglamentos del barrio obligan a inspeccionar los vehículos de los visitantes, no de los residentes.
Varios móviles policiales se llegaron hasta el ingreso del barrio privado tras la denuncia. Entonces, Cardinali intentó justificar su accionar y negó haber ingresado a su empleada en el baúl. Dijo que la había trasladado en el asiento trasero, pero que los hombres de la seguridad no la habían visto por los vidrios polarizados de su vehículo.
En medio del procedimiento, los agentes policiales se comunicaron con la Fiscalía, que no ordenó la detención del hombre. Se le podría aplicar el artículo 205 del Código Penal según e cual «será reprimido con prisión de 6 meses a 2 años el que violare las medidas adoptadas por la autoridad competente para impedir la introducción o propagación de una epidemia».
Tras el aislamiento obligatorio, el infractor del decreto de aislamiento será citado por la Justicia. «Va a tener un gran problema», estimó uno de los referentes policiales del operativo.
La trabajadora doméstica fue trasladada hasta su domicilio por los oficiales de la seccional primera de Tandil.
Cardinali es conocido en la ciudad y la región. Además de su actividad empresaria, como integrante del equipo de polo que lleva el nombre de una de sus compañías: Markal.
