Esta vez Tecnópolis fue el escenario que reunió a 1.500 empresarios vinculados con el campo para escuchar las primeras conclusiones del Plan Estratégico Agroalimentario 2010-2020, con Cristina Fernández como la principal oradora. Sin embargo, la industria no estuvo ausente: el presidente de Fiat, Cristiano Rattazzi, compartió una de las mesas principales con Carlos Kunkel y Dante Gullo, junto con otros representantes industriales. Es que con la ciencia y la tecnología como eje el gobierno busca articular a todo el arco empresarial como aliado para los próximos cuatro años.
Incluso los empresarios cerealeros como los presidentes de Cargill y Dreyfus estuvieron en el acto, aunque prefirieron no hablar con esta cronista: “Mejor en dos semanas cuando se calmen las aguas”. Es quela Afipaún mantiene fuera del registro de operadores a algunas multinacionales por irregularidades en sus operaciones comerciales. Pero lo cierto es que se hicieron presentes en Tecnópolis para completar una plana de más de 140 cámaras empresariales que serán el principal bastión electoral en la campaña presidencial.
Así como sucedió con la industria también en Tecnópolis a principios de mes, hubo asistencia perfecta de todo el arco empresario vinculado con el agro: exportadores, molineros, corredores de granos, entidades de las cadenas de cultivos, semilleros, acopiadores, productores, frigoríficos, bioenergía y también industriales. Claro que las entidades que componen la mesa de enlace no participaron, aunque sí hubo productores, e incluso brindó un discurso el titular de Agricultores Federados Argentinos (AFA), Carlos Trevisi, en representación del cooperativismo, entidad ligada ala Federación Agrariaque conduce Eduardo Buzzi. La apropiación del cooperativismo por parte del gobierno terminó con el último bastión del santafesino para sostener el enfrentamiento con el kirchnerismo. Por eso hoy, a un año del centenario de la entidad, Buzzi debe encarar divisiones intestinas que buscan una mayor flexibilidad en las posturas políticas, lo que ya se tradujo en la renuncia de dos directores del Comité de Acción Gremial.
Pero el clima de entusiasmo empresarial también dejó un espacio para las dudas. El director ejecutivo de Maizar le dijo a este diario que “a pesar de que por suerte el ministro de Agricultura (Julián Domínguez) está separando la campaña de las resoluciones para el sector, sería una pena que todo sea parte de una negociación de votos”. Pero las declaraciones se realizaban sin la rigidez que indica el manual, ya que antes del acto los empresarios visitaron el stand del Ministerio de Agricultura en Tecnópolis y jugaban con las frutas, el maíz y los olivos moviéndolos virtualmente como niños.
Ya con la mesa de enlace al borde del knock out, en su discurso en Tecnópolis el ministro Domínguez insistió en la necesidad de que “la dirigencia rural mire para adelante y no su propio ombligo”, y matizó esa sugerencia con un elogio: “Tenemos una dirigencia que está para comerse la cancha”. Este escenario de convergencia se tradujo el último jueves en una foto histórica tras el conflicto por las retenciones en 2008: Buzzi, Carlos Garetto de Coninagro y Domínguez en la inauguración de un semillero y un frigorífico de cooperativas en la localidad santafesina de Máximo Paz, el centro de los piquetes ruralistas en medio de la guerra gaucha. Otras épocas. La foto se completa con el gobernador electo de la provincia, Antonio Bonfatti.