La semana que pasó permitió escuchar voces pesimistas y optimistas por parte de empresarios en distintos sectores productivos, algunas de ellas amplificadas en la prensa con más fuerza que otras.
Por un lado, un foro organizado por la ultraliberal Fundación Libertad en Rosario fue el espacio elegido por sectores empresariales para criticar las políticas del gobierno nacional y vaticinar un panorama sombrío para el país.
Se trata de empresarios de distintos rubros pero con un denominador común: todos ellos tienen una pata en la economía real y otra en la especulación financiera.
Entre ellos, Cristiano Ratazzi, de Fiat Argentina –a pesar de participar de un sector protegido por políticas públicas en la década del 90 y beneficiado por el boom económico en los últimos diez años– lamentó que en la Argentina “el mediano plazo es el lunes o el martes” y que en el país es “tremendamente popular todo lo que tenga que ver con apropiación, atropello y expropiación”.
“Las reglas tienen que ser la de los países a los que les va bien. No tenemos que competir con Sudán o con Venezuela a ver quién tiene mayor inflación”, remarcó.
A su vez, uno de los puntales en las críticas empresariales al gobierno nacional, el presidente de Shell, Juan José Aranguren, reclamó “restaurar la confianza”.
El presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Miguel Etchevehere, aseguró que con las actuales políticas “no quedarán productores agropecuarios”.
En tanto, en el “lejano oeste” del país, en Neuquén, se desarrolló la segunda edición del Cluster Shale 2013, donde mil asistentes apuntaron a generar “asociaciones competitivas en torno al nuevo horizonte de la industria petrolera que se abre con Vaca Muerta”, según palabras de los organizadores.
Allí, el gobernador Jorge Sapag aseguró que “la vaca está más viva que nunca”.
“La inversión de YPF a nivel nacional es de 4.000 millones de dólares y el 90 por ciento de esa suma es para Neuquén, sin contar lo que van a invertir otras empresas”, afirmó el mandatario en declaraciones periodísticas.
Y apuntó contra sectores que “están hablando de desinversión, cuando nunca se invirtió tanto en exploración y desarrollo y este año va a ser un año récord”.
Entre los expositores estuvo Héctor Domínguez, gerente de proyectos no convencionales de Schlumberger, la empresa líder en tecnología, gerencia de proyectos y soluciones de información en la industria petrolera –emplea a 120 mil personas en todo el mundo–.
El ejecutivo destacó que empresas multinacionales como Shell, Chevron, Halliburton, Wheatherford y Schlumberger, junto con la local Pluspetrol, conformaron a principios del año pasado el Consorcio Vaca Muerta, mediante el cual se estudia la formación geológica.
Domínguez explicó –según publicó el diario <La Mañana> de Neuquén– que las operadoras comparten datos de perforaciones para poder entender mejor los modelos de reservorios, lo que permitirá a las compañías de servicio “bajar los costos de los pozos mediante la aplicación de fracturas más eficientes”.
“El consorcio es un primer paso, hay que sumar más jugadores”, indicó Domínguez.
El presidente de la Fundación Alejandría, Rubén Etcheverry, organizador del encuentro, dijo que el evento “superó las expectativas”.
Además de elogiar la calidad de las exposiciones destacó el éxito de las denominadas rondas de negocios y los workshops: “Nos encontramos con reuniones de 40 personas que no podían terminar, porque había muchos temas para hablar y desarrollar”.
A su vez, Neil Hartley, gerente de proyectos exploratorios en Argentina de ExxonMobil, bregó por el acceso a la información entre los operadores en la zona: “Hay que asociarse y compartir los datos”.
Dos semanas atrás, el presidente de YPF, Miguel Galuccio, visitó la zona de Añelo, que concentra la mayor cantidad de perforaciones y destacó que “el boom del shale ya empezó”.
Allí, 56 empresas –muchas locales– ya ocuparon los lotes del nuevo parque industrial, hay varios hoteles en construcción y se comenzaron a instalar nuevos comercios.
En ocasión de la nueva edición del Cluster Shale hubo protestas de ambientalistas contra la técnica del fracking.
Ante las críticas de esos sectores, el gobernador Sapag aseguró que una fractura bien hecha “no tiene que afectar los acuíferos” que se presentan en los primeros 500 metros del subsuelo.
Aseguró que la provincia tiene la decisión “de no usar agua del subsuelo, sino de represas y ríos porque el 95 por ciento del agua que genera la provincia se va al mar y utilizar un pequeño porcentaje de ese caudal no es un agravio a la naturaleza”.
Se difundieron así distintas miradas empresarias sobre la actualidad y el futuro productivo de la Argentina, del que dependerán los acuerdos que puedan alcanzar los distintos sectores para no dilapidar oportunidades en un contexto global siempre desafiante.