Tanto los empresarios como los trabajadores de la carne coincidieron en “el estado de crisis aguda” que atraviesa el sector exportador. El secretario general de la Federación Gremial del Personal de la Industria de la Carne y sus Derivados, José Fantini, y el presidente del Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC), Mario Ravettino, manifestaron que desde hace varios meses “se reducen de manera permanente los planteles de operarios ante la baja actividad y cierre de las plantas frigoríficas exportadoras”, y estiman que “este proceso continuará si permanecen las condiciones en que se desarrolla el negocio en estos días”.
Las exportaciones cárnicas se han reducido sensiblemente en los últimos tiempos y resulta inviable mantener operativas plantas frigoríficas preparadas con los más exigentes requisitos para abastecer el mercado internacional de carnes, con una capacidad ociosa que supera el 40 por ciento de su actividad normal, explicaron a través de un comunicado.
Esta grave situación se da porque los frigoríficos no tienen animales para faenar debido a la caída de 12 millones de cabezas en el stock ganadero, que hoy es de 48,2 millones de vacunos. Esta merma, según los analistas, es producto de la intervención del gobierno, a través del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, en el mercado cárnico, con el objetivo de mantener el precio de este importante producto de la canasta básica.
De hecho, el funcionario condiciona el mantenimiento de las exportaciones cárnicas a la obligación de los frigoríficos de garantizar que se vuelquen al mercado interno medias reses a precios establecidos por el gobierno, de modo de no generar una estampida de precios.
“La situación actual es desesperante: tenemos un 40 por ciento de capacidad ociosa en los frigoríficos y todos los días nos enteramos de plantas que despiden a trabajadores. Necesitamos ser escuchados de manera inmediata por el gobierno porque si esto no se revierte la actividad va a desaparecer en el mediano plazo. El negocio no cierra, no es rentable porque falta hacienda y no hay exportación”, explicó el dueño de un frigorífico exportador. Y agregó: “Moreno no entiende o tenemos que pensar que él no es el que toma las decisiones, sino que cumple órdenes”.
La planta de JBS Swift San José ubicada en Entre Ríos (que la empresa brasileña había adquirido en julio de 2002 luego de la quiebra de Vizental) cerró en septiembre del año pasado y dejó a 450 empleados sin trabajo. En aquel momento, los empresarios sostuvieron que “Moreno y la política K tienen responsabilidad directa en el cierre definitivo del frigorífico”.
Por su parte, Cristina de Kirchner participó en julio de 2008 de la reapertura de otra planta que la empresa tiene en Pontevedra, provincia de Buenos Aires, que hoy también opera parcialmente.