Ni el dólar, ni las trabas a las importaciones, ni el financiamiento. Sin dudas la presión sindical es lo que más desvela a los empresarios de cara a 2012. Ya descontando un triunfo de Cristina de Kirchner en las elecciones del próximo fin de semana, la expectativa de los hombres de negocios está puesta en que el gobierno pueda poner coto a lo que consideran «el desmedido reclamo de algunos sectores» y ya empezaron a hablar de topes para la paritaria del año próximo.
Tibiamente, como cada año, el tema salarial vuelve al ruedo. Desde la tradicional encuesta que realiza D Alessio IROL en el Coloquio de IDEA, puede verse que al 64% de los empresarios les preocupa la discusión salarial del año próximo. Inclusive algunos empezaron a afinar el lápiz y aseguraron que en muchos sectores si se repite la pauta salarial de 2010, que en promedio estuvo entre 28% y 30%, se va a ver seriamente afectada la competitividad.
Un alto representante de una importante automotriz admite en voz baja que «el costo laboral ya empieza a hacer mella en la competitividad» y relata que uno de sus productos emblemáticos «cuesta más caro hacerlo en la Argentina que en Estados Unidos».
«Todos los empresarios están mostrando preocupación por la pérdida de rentabilidad en especial por lo que es el incremento de costos por encima de lo que ha sido los aumentos de precios», aclara el economista Dante Sicca, quien agrega que «la Argentina tiene una mano de obra cara y escasa y su costo es similar al de San Pablo». En cuanto a la posibilidad de mejorar la rentabilidad y también el bajar salarios vía una devaluación como ocurrió en el 2001, Sicca aclaró que es fue posible con un 24% de desocupación, al tiempo que advirtió que «el que esté pensando en una devaluación que baje salarios está viviendo en otro país».
Desde otro gran fabricante de autos, se mostraron preocupados también porque los sindicatos «sobredimensionan» las reducciones de turnos que hubo por la menor demanda de Brasil. «Hoy muchas plantas están trabajando con doble turno, si ese doble turno ocasionalmente se discontinúa no quiere decir que hay una crisis de empleo en el sector. En el año hubo otros parates, pero ahora parece que hay intención de que sean tapa de diarios y en eso los sindicatos tienen mucho que ver», relata el ejecutivo de la automotriz.
Otro tema que entra en juego de inmediato a la hora de discutir salarios es la suba del costo de vida y muchos empresarios ya empiezan a advertir que con pautas salariales como la última le va a ser imposible al Gobierno combatir la inflación. «Creo que la clave para el año próximo está en moderar las expectativas inflacionarias de todos los actores. Y esto sólo puede darse con si la expectativa de mejora salarial no se ubica por encima del 20%. Cualquier pauta que lo supere va a condicionar fuertemente a que el objetivo de bajar la inflación pueda cumplirse», asegura Gabo Nazar, Presidente de Cardón, dando un panorama desde el mundo textil.
Los empresarios ya descuentan que desde los sindicatos van a obviar el número inflacionario del Indec y van a sentarse a la mesa de negociación con los informes de las consultoras privadas en mano. «Seguramente las demandas salariales van a intentar acompañar la inflación, es decir en el orden del 20 al 25%», relata Arturo Acevedo, presidente de Acindar (ver nota aparte). Además, añade que «el ambiente sindical está un poco exacerbado y esto influye en todas la empresas, sería deseable mejorar un poco esa relación».
En el mismo sentido habló Oscar Andreani, Presidente del grupo logístico Andreani, quien aseguró que «hoy la economía necesita un poco aplacar todos los reclamos sindicales para el año próximo». Aunque aclaró que no hay que descuidar que la inflación come gran parte de los ingresos e instó a los empresarios a no descuidar esa situación. «Hay que seguir dando empresarialmente todos los beneficios que como empresa uno le pudiera seguir dando. Porque la situación, a partir de la faz inflacionaria, sin lugar a dudas se le pone cada vez más difícil a la gente poder llegar a fin de mes», destacó.
En ese sentido, el presidente de la Unión Industrial Argentina Ignacio De Mendiguren dijo que «el tema de la puja distributiva es uno de los temas estratégicos a resolver, y creo que nosotros junto a los trabajadores no tenemos que aspirar a la mejora nominal de los salarios, sino a la mejora del poder adquisitivo. De nada sirve tener más pesos en el bolsillo y poder comprar menos cosas».
En cuanto a la manera de negociar salarios, el titular de la UIA insistió con encontrar mecanismos macro más allá de las paritarias. «Las paritarias han funcionado, hemos firmado más de 850 por año, pero ante todo lo que está pasando en el mundo para 2012 hace falta fijarle un marco a la puja distributiva. Yo creo en los acuerdos-marco más grandes que una paritaria», destacó. Y señalo que este tipo de acuerdos pueden ser muy buenos para las Pymes porque sabrán que la puja va a estar dentro de marcos convenidos libremente con el sindicato. Y que no se llevará a cabo en función de otros gremios o al posicionamiento de ciertos sectores de base que quieren sobrepasar a sus dirigencias».
