Este viernes se realizó en la ciudad de Santa Fe la audiencia para debatir las nuevas tarifas del servicio de gas a partir de los números que barajan las distribuidoras. Fue con un una concurrencia de apenas 80 personas, que así y todo resultó mayor la que deslució la convocatoria previa, del martes, para analizar los valores del fluido en boca de pozo, el primer componente de la cadena de valor. En esa oportunidad, desde Rosario siguieron –por streaming en la sede de Gobierno de la UNR– la audiencia central en Buenos Aires apenas los expositores locales: el defensor del Pueblo de Santa Fe, Raúl Lamberto, y el titular de la organización de defensa del consumidor Cesyac, Juan Marcos Aviano. Este último dirigente resumió a El Ciudadano su visión del desenlace del proceso de reducción de subsidios estatales al servicio: “En 2019, vamos a pagar el gas más caro del mundo”.
La audiencia de la ciudad de Santa Fe tuvo como principal exponente a la distribuidora que tiene la concesión del servicio en toda la provincia y varios partidos del norte bonaerense: Litoral Gas. También expusieron sus pares Transportadora Gas del Norte, Gas Nea –distribuidora en Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco y Formosa–, y la subdistribuidora Redengas de Paraná, junto al Defensor del Pueblo de la capital entrerriana.
El debate de este viernes estuvo centrado en las estimaciones de facturación final de las distribuidoras en base a sus propios factores y el precio del gas que compran en el mercado mayorista argentino, punto que se discutió dos días antes. “Los oradores de las empresas del sector se quejan de que las tarifas son bajas, ya que apenas obtienen un beneficio del 9 ó 10 por ciento”, relató Aviano. Agregó que, pese a las altas cifras de las facturas que debe pagar el usuario, su rentabilidad no lo es tanto porque tienen una alta carga de impuestos, transporte y el propio costo del fluido en boca de pozo. El titular del Cesyac se preguntó: “¿Si no les gusta, por qué no devuelven las licencias?”.
El gobierno nacional mantiene su postura de reducción progresiva de subsidios al servicio, y ratificó la emergencia energética nacional que, además, incluye a la electricidad y los combustibles.
El próximo aumento del gas entrará en vigencia el 1º de diciembre. Se trata de la segunda etapa de las subas aprobadas en abril. Pero como ese plan incluía un incremento del 11 por ciento para octubre que el Ejecutivo pasó para después de las elecciones, se agrega al que se discute en estos días, con lo que el salto será de entre el 45 y el 58 por ciento promedio para hogares y comercios en todo el país.
“Estamos de acuerdo con la declaración de la emergencia energética nacional, pero no con las políticas tarifarias de los servicios públicos, en particular con las del gas”, fijó posición Aviano.
Hasta la asunción presidencial de Mauricio Macri, el Estado nacional subsidiaba el 81 por ciento del costo del gas en boca de pozo. El espacio político Cambiemos impulsó desde sus primeros días de gestión una política opuesta, basada en el retiro por etapas de ese aporte público al servicio. Ahora subvenciona el 45 por ciento del precio. Y lo que dejó de aportar, lo hacen los usuarios, particulares o corporativos. En la revisión de abril, el Ministerio de Energía que conduce Juan José Aranguren definió que el subsidio iba a retroceder hasta el 38 por ciento en diciembre y al 31 en abril de 2018.
“En 2019, vamos a pagar el gas más caro del mundo”, sintetizó Aviano el proceso. “Las distribuidoras hablan de sus costos de su rentabilidad, pero nos mienten. A mí no me importa si ganan el 9 o 10%, lo que importa es el aumento en la boleta del consumidor, que será de 40 por ciento en promedio” desde diciembre. Lo que se suma a las alzas previas, que alcanzan al 600 por ciento en lo que va de la administración Cambiemos.
En diciembre no se sentirá tanto
Según Marcos Aviano, con la llegada del calor no repercutirá significativamente el aumento en las boletas de gas ya que el usuario utiliza más el suministro eléctrico a través de artefactos como el aire acondicionado o ventiladores. “Se va a sentir cuando llegue el otro aumento en abril, cuando llegue el invierno y se utilicen los calefactores además del uso de la cocina, entre otros artefactos”.
“A nuestro entender vamos a tener boletas pardas entre luz y gas”, espetó aunque aclaró que al día de hoy el consumo de gas sigue siendo más económico que el consumo eléctrico.
Hasta que el bolsillo aguante
Hasta ahora el usuario medio, es decir familias medias de trabajadores que llegan hasta fin de mes pueden afrontar los gastos según palabras de Aviano, pero él cree que en el 2018 con el planteo de los incrementos en la actividad económica y los bajos salarios laborales, “la gente no podrá soportar pagar esos nuevos aumentos”.
“El llamado a Enargás es que no aumentos por encima del IPC (índice del precio del consumidor) así son coherentes con la justicia y razonabilidad que ellos pretenden”, sostuvo.
Educación al consumidor
Según Marcos Aviano, hay que facilitar la inscripción a las audiencias públicas. “Con las llegada de las nuevas tecnologías, Enargás debería tener otro tratamiento: se podría isncribir vía web, por mail, hacerlo más fácil; ya de por sí el tratamiento de las cuestiones regulatorias siguen siendo engorrosas para que la gente lo entienda”, concluyó.