Cientos de personas prendieron este viernes velas y rezaron en silencio frente a la iglesia de la ciudad francesa de Niza donde un joven islamista tunecino asesinó con un cuchillo a tres personas, mientras el país reforzó su seguridad en medio de fuertes tensiones con el mundo musulmán por la publicación de caricaturas del profeta Mahoma.
En Túnez, autoridades abrieron este viernes una investigación sobre una reivindicación en Internet del ataque de este jueves en Niza en nombre de un grupo islamista, Organización Mahdi, hasta ahora desconocido, mientras que la madre del atacante, que fue herido de gravedad y está detenido en Francia, dijo que estaba conmocionada por la noticia.
Entretanto, miles de musulmanes protagonizaron este viernes más protestas contra Francia, en algunos casos violentas, en países islámicos de África, Medio Oriente y Asia, indignados con la publicación de las caricaturas de Mahoma en la revista satírica Charlie Hebdo y con la defensa que ha hecho de ellas el presidente francés, Emmanuel Macron.
En Francia, la policía detuvo en la noche de este jueves a un segundo hombre en relación con el ataque en la basílica de Notre Dame de la sureña ciudad mediterránea, informó este viernes una fuente judicial.
El nuevo detenido tiene 47 años y es sospechoso de haber estado en contacto con el atacante la noche antes del atentado, dijo la fuente, que pidió no ser identificada, citada por la agencia de noticias francesa AFP.
El atacante de Niza tenía una copia del Corán, dos teléfonos y un cuchillo cuando entró en la iglesia alrededor de las 8.30 de la mañana de este jueves, según dijo el fiscal antiterrorista de Francia, Jean-Francois Ricard.
Degolló a una mujer de 60 años y al sacristán del templo de 55 años, y apuñaló a una mujer brasileña de 44 años y madre de tres hijos que logró huir a un restaurante vecino pero que murió poco después por sus heridas, agregó, sin identificar a las víctimas.
Medios franceses dijeron que el sacristán se llamaba Vincent Loques y era padre de dos hijos, y que la víctima brasileña se llamaba Simone Barreto Silva, que había estudiado cocina en Niza y ayudaba a ancianos y a otras personas vulnerables.
El autor del atentado fue identificado por medios franceses y autoridades tunecinas como Brahim Aouissaoui, de 21 años,
En una entrevista con el canal saudita Al-Arabiya, la madre del atacante dijo que estaba conmocionada por los hechos.
Residente en la provincia tunecina de Sfax, la mujer, con sus ojos llenos de lágrimas, dijo que se sorprendió con la noticia de que su hijo se encontraba en Francia cuando éste la llamó a su llegada y que no tenía idea de lo que el joven planeaba hacer.
«No hablás francés, no conocés a nadie, vas a estar solo…¿por qué fuiste?», dijo la mujer que preguntó a su hijo durante la llamada telefónica.
Su hermano dijo también a Al-Arabiya que el autor del ataque le había informado a su familia que dormiría frente a la iglesia, y que les envió una foto de la basílica donde mató a sus tres víctimas.
En otra entrevista con AFP, la madre dijo que el joven llegó a Francia el día anterior al ataque y que se había volcado a la religión y aislado socialmente en los últimos años.
«Hace unos dos años y medio que reza. Iba del trabajo a casa, no salía y no se mezclaba con los demás», explicó.
El fiscal Ricard dijo que el autor del ataque alcanzó la sureña isla italiana de Lampedusa, uno de los puntos de entrada a Europa de migrantes irregulares que cruzan el mar Mediterráneo en barcos precarios desde el norte de África.
Luego viajó a la sureña ciudad portuaria italiana de Bari el 9 de octubre, donde se le perdió el rastro.
Los tunecinos, cuya economía se vio muy golpeada por el coronavirus, constituyen el mayor contingente de migrantes que desembarca en Italia cada año.
«No estaba en ninguna de nuestras listas de vigilancia de seguridad, ni francesa ni europea», dijo este viernes sobre el atacante el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, a la radio RTL, subrayando que Francia «está en guerra» con el extremismo islámico.
El ataque fue el tercero en Francia en menos de dos meses atribuido a islamistas radicales, incluyendo la reciente decapitación de un profesor francés por haber mostrado en clases caricaturas de Mahoma, el profeta del islam, un crimen que desencadenó fuertes tensiones entre Francia y países de mayoría musulmana.
Los atentados coincidieron con la publicación de nuevas caricaturas de Mahoma por parte de la revista Charlie Hebdo, que hace cinco años fue atacada por este motivo por islamistas franceses de la red Al Qaeda que asesinaron a 12 personas en las oficinas del semanario en París.
Tras las muerte del profesor Samuel Paty, el presidente Macron, defendió la publicación de las caricaturas como un ejercicio del derecho a la libertad de expresión, pero muchos musulmanes de Francia y del islam, incluyendo gobernantes, están indignados con lo que consideran insultos a su profeta y ataques a su religión.
Este viernes, miles de personas se manifestaron contra Francia en Pakistán, India y Afganistán, Líbano y los territorios palestinos de la Franja de Gaza.
Macron dijo este jueves que se elevará de 3.000 a 7.000 el número de militares desplegados en Francia para prevenir ataques extremistas.
Las escuelas permanecen abiertas en Francia pese a la nueva cuarentena estricta que este viernes entró en vigor por el coronavirus, mientras que los servicios religiosos fueron cancelados.