Para Luis Razeto Migliaro, el fundamento de la economía de solidaridad es que su introducción de niveles crecientes en las actividades económicas incrementa la eficiencia micro y macroeconómica, además de generar un conjunto de beneficios sociales y culturales que se vuelcan a la sociedad en su conjunto. (http:// www.economiasolidaria.org/).
Para Lorena Putero, economista egresada de la UBA, especialista en Economía Social y Solidaria en la Universidad Nacional de General Sarmiento, docente de la Universidad Nacional de Quilmes e investigadora del Centro Cultural de la Cooperación y del Centro de Investigación y Gestión de la Economía Solidaria (CIGES), la proliferación de las experiencias de producción, distribución y consumo de la Economía Social y Solidaria adquieren mayor relevancia en el contexto de gobiernos populares, ya que comparten principios centrales como la preocupación por el trabajo y el concepto de que los problemas son económicos y no sólo sociales.
Para esta autora, en Argentina funcionan más de 16 mil cooperativas que generan más de 280 mil puestos de trabajo directos, 500 mil monotributistas sociales y al menos 50 mil núcleos de agricultura familiar.
En Rosario, la Municipalidad promueve el desarrollo de formas productivas y de comercialización para la inclusión de todos los sectores sociales, a través de la creación de redes sociales. Una tarea que lleva adelante la Subsecretaría de Economía Solidaria de la Secretaría de Promoción Social y se ejecuta por medio de diversos programas. (http://www.rosario.gov.ar/sitio/desarrollo_social/empleo/econ_solidaria_presentacion.jsp).
Yunus, Nóbel de la Paz
En octubre de 2006, Muhammad Yunus y la institución por él creada, el Banco Grameen, eran galardonados con el premio Nobel de la Paz “por su lucha por una economía justa para las clases pobres”. Lo que algunas décadas atrás parecía una idea imposible, se vio así reconocida con el Nobel de la Paz.
Muhammad Yunus es un economista indio, creador del microcrédito y fundador del Banco de los Pobres. Yunus incorpora a la economía el concepto del microcrédito.
Una historia que bien vale la pena recordar. Todo comenzó el día en que Yunus decidió ayudar a unos cuantos campesinos que vivían cerca de la Universidad de Chittagong y que, tras una gran hambruna que asoló a varios países de Asia, en 1974, estaban pasando por graves dificultades. Elaboró una lista de 42 personas seriamente endeudadas que, en total, debían menos de 27 dólares. Cada uno de ellos recibió la cantidad que adeudaba sin otra condición que la de concentrarse en su trabajo y la de devolver el dinero cuando pudiera.
Fue tal su éxito que lo llevó a crear, dos años después, el Banco Grameen, con la intención de prestar dinero a personas que no tenían acceso a los créditos bancarios tradicionales, ya que no reunían los requisitos necesarios para garantizar el reembolso de la suma prestada. El banco se creó para conceder créditos a las personas más desfavorecidas, convirtiéndolas en accionistas de la entidad.
El banco Grameen, una entidad sin fines de lucro, que salvó de la miseria a cientos de miles de personas de la economía informal, funciona en la actualidad con más de 22.000 empleados y otorga préstamos a 2,3 millones de personas, de los que el 94 por ciento son mujeres pobres, siendo la tasa de devolución de los mismos del 97 por ciento. (http:// www.grameenarg.org.ar/home.asp).
Parte del éxito se debe a la llamada “garantía solidaria” que consiste en prestar el dinero a las dos mujeres más pobres de un grupo de cinco que se juntan para solicitarlo, y las demás no reciben su préstamo hasta que las dos primeras hayan devuelto los suyos, con lo que se crea una especie de red de apoyo-presión. Si uno deja de pagar, todos pierden la posibilidad de recibir nuevas ayudas. El préstamo medio es de 75 dólares y el máximo de 300.
En palabras del propio economista, “si los más pobres no tienen acceso a su primer dólar, no van a ser capaces de generar otro”.
La perspectiva “biocéntrica”
“A Yunus lo tomo, ya que estoy incorporando la parte de las relaciones en las etapas tardías del proceso económico: la comercialización y finanzas, donde Muhammad Yunus aporta al concepto de finanzas solidarias. Es un referente que busca un camino de economía alternativa que incorpore a los excluidos y baje el nivel de injusticia. Es un modo de proveer a la paz mundial, al compensar las carencias que provoca el sistema hegemónico. Es muy simbólico”, sostiene Yaniré Perdomo Boga, Licenciada en Economía, egresada de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Universidad de la República (Udelar), República Oriental del Uruguay, luego de dar una conferencia en el Concejo de Ciencias Económicas, en nuestra ciudad.
Perdomo Boga, vino a la ciudad a presentar su nuevo libro: “Economía biocéntrica. El retorno al origen”, en el que exponen los puntos de vista del principio biocéntrico aplicado a la economía, enfatiza que “la economía biocéntrica fue la primera economía”, y afirma: “Convencionalmente, la economía es en los niveles académicos, la administración de recursos escasos para satisfacer necesidades ilimitadas; la propuesta de la economía biocéntrica, en primer lugar, filtra esa definición quitándole sus adjetivos: escasos e ilimitadas; y la define como la administración de recursos para satisfacer necesidades. Este es un primer filtro que nos permite vincular la definición a lo que son las etapas del proceso económico, cuyas primeras etapas son la producción y el consumo con los cuales el ser humano estuvo siempre vinculado”.
Para la autora, los modelos que constituyen la teoría económica convencional se sustentan en principios antropocéntricos. La ciencia económica ha sido colocada en un sitial privilegiado sobre otras ciencias humanas, sobre las personas, sobre la naturaleza, sobre la vida.
El planeta ya no soporta la búsqueda de “crecimiento económico” al estilo convencional, la imitación del modelo que han adoptado los países “desarrollados”.
“Mi propuesta de la Economía Biocéntrica se enfoca en el retorno al origen; es una economía fundamentada y guiada por el Principio Biocéntrico (Toro Araneda, Rolando), en oposición a los principios que de manera hegemónica guían el sentir, pensar y actuar de la civilización actual. No debemos olvidar que la Economía Biocéntrica fue la primera economía que presta atención a la relación armoniosa entre recursos y necesidades focalizando el comportamiento económico en un individuo productor y consumidor responsable”.
Para la autora, el propósito de su libro es contribuir a un cambio de visión y de conciencia que opere como estímulo para la acción transformadora. Según la perspectiva biocéntrica se accedería a los recursos a través del trabajo digno, recurriendo a energías solidarias para satisfacer necesidades acordes a los deseos de un sujeto que deja de ser un consumidor para transformarse en “prosumidor”, productor consumidor responsable.
Es un lugar común referir a la economía como la ciencia de la escasez…
“En realidad si nos detenemos en su etimología, la palabra economía está integrada por ‘oikos’ y ‘nomos’. Lo que nos remite a ‘casa administrada’; la ‘casa ordenada’; la ‘casa organizada’ donde se armoniza el balance entre recursos y necesidades”, afirma Perdomo Boga, quien estudió en Brasil economía popular y solidaria en el que fue su primer acercamiento a la economía alternativa en el ámbito académico. “Son como tres líneas de las que me nutro: de la economía solidaria; la visión holística y aportes a la economía de los ecologistas”, concluye Perdomo Boga.