El Gobierno de Italia espera una mejoría de la situación epidemiológica antes del verano boreal gracias al confinamiento decretado desde el lunes ante el aumento de casos de coronavirus y la prevalencia de las nuevas variantes, sobre todo la británica.
«Medidas más rigurosas y el aumento progresivo de personas vacunadas nos llevan a pensar que tendremos mejores cifras ya en la segunda mitad de la primavera», dijo el ministro de Salud, Roberto Speranza, en una entrevista publicada hoy en el diario La Repubblica.
«El hecho nuevo son las variantes, la inglesa en particular que prevalece en nuestro país (…) y representa 54% de los casos, aunque esperamos una cifra más alta» en el futuro, aseguró en la entrevista.
El pasado viernes se celebró un Consejo de Ministros en el que se decidió que, del 15 de marzo al 6 de abril, las regiones «donde el número semanal de contagios supere los 250 por 100.000 habitantes pasarán a ser consideradas rojas».
Si bien «cada dosis de vacuna inyectada es un paso en la dirección hacia una salida de crisis» -comentó Speranza- los casos en Italia volvieron a repuntar.
Con 102.000 muertos desde el inicio de la pandemia, el país europeo registró ayer 26.000 casos y 317 nuevos fallecimientos en las 24 horas previas.
Las regiones más pobladas del norte de la península, entre ellas Lombardía, con Milán, así como Lacio, con Roma, fueron clasificadas como «zonas rojas», de confinamiento total, a partir de mañana.
Según la clasificación por colores, la zona roja es la más contagiosa e implica el cierre de escuelas, liceos y universidades, así como de bares, cafeterías y restaurantes, excepto para llevar.
Las demás regiones fueron declaradas zona naranja, de contagio intermedio, según el Ministerio.
La isla de Cerdeña es la única zona blanca, es decir sin contagios, luego de haber sometido a toda la población a pruebas anticovid.