El Mercado Popular La Toma agrupa a 50 unidades productivas y a 12 cooperativas. Da trabajo a 200 personas. El espacio de Tucumán al 1300 reabrió a fin de enero y cumple tres años como parte de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep). “Este año mejoramos el sistema de atención al público y el cobro para la comercialización, además de sumar un área de fraccionamiento propia para abaratar algunos precios”, explicó a El Ciudadano, Celcio Moliné, responsable del lugar. Además, argumentó que los consumidores tienen menos capacidad de compra y se hace más notoria la necesidad de este tipo de espacios de precios justos.
“Los pequeños productores están sufriendo las políticas de ajuste del gobierno nacional, el aumento de tarifas y de combustible. Esos costos son fundamentales porque los que abastecen el mercado no tienen capacidad de logística, es decir, que transportan pocos productos y eso impacta mucho en su composición de precios”, opinó.
Las ofertas
Por el Mercado Popular pasan más de 400 personas por día para hacer las compras. Este número se mantiene desde el año pasado y se espera que se incremente la cifra en marzo.
El espacio instalado en la planta baja del Centro Cultural La Toma está abierto de lunes a viernes de 9 a 20 y los sábados de 9 a 13. Hay frutas y verduras agroecológicas, hortalizas, panificados, pollo, lácteos, productos de cosmética, yerba, cereales, conservas y productos regionales de Mendoza y La Rioja, fraccionados de semillas, frutos secos y granola. También hay milanesas veganas, vegetarianas y productos congelados de todo tipo, pescados de río y de mar, mariscos, pastas artesanales e integrales y cerveza artesanal, entre otros.
En espacio cuenta con siete empleados, 50 unidades productivas y 12 cooperativas: Biscotti, de pastas integrales y artesanales; Mejunje, de panificación; Los Profesionales, de repostería; Cervecería Cajonardi; Cervezas del Llano; Sattva, productos veganos y vegetarianos; Prunelle y los Pescadores de Fisherton, entre otras.
Lo nuevo
“Este año empezamos con la misma lógica: desarrollar un comercio justo para que el productor venda de manera directa y pueda fijar los precios que comercializa. Eso permite acortar la cadena de comercialización. El productor vende de manera directa y el consumidor no tiene los intermediarios que generan la inflación”, dijo Moliné. “Venimos trabajando desde hace tres años para sostener un comercio justo para los ciudadanos y los productores locales que necesitan estos espacios de comercialización. Es un espacio único en Rosario”, concluyó el responsable del Mercado Popular.