El gobernador Antonio Bonfatti ratificó ayer que avanzará en una reforma tributaria, reconoció que hay alarma en su gabinete por la marcha de la economía y defendió la suba de impuestos –que aún negocia con la Legislatura y que abarcaría al Inmobiliario Rural y Urbano, además de la eliminación de algunas exenciones de Ingresos Brutos– al trazar una comparación entre la provincia y una empresa privada. “¿Qué negocio puede funcionar si todos los años se incrementan los salarios y los insumos pero el producto sigue al mismo precio? En algún momento eso termina por estallar”, resumió Bonfatti.
Según el mandatario, con los retoques impositivos buscará “un equilibrio” en las cuentas públicas. “Este país y esta provincia tienen una estructura tributaria muy injusta”, opinó. Y agregó que entre 2003 y 2007 –bajo la presidencia de Néstor Kirchner y con Jorge Obeid por segunda vez al frente de la Casa Gris– hubo “mucha liquidez financiera”, lo que le permitió al ex mandatario justicialista cumplir sus cuatro años de gestión sin aumentar los impuestos.
Bonfatti se quejó además por “la herencia del neoliberalismo” y afirmó que las exenciones vigentes desde la década del 90 “desfinanciaron a la provincia”. En un claro mensaje a los legisladores que tratarán el proyecto una vez que lo termine de elaborar el Ministerio de Economía, el mandatario socialista añadió: “Ellos son conscientes de la situación”.
Bonfatti dio una conferencia de prensa después del acto oficial por el Día Internacional de la Mujer. Repasó varios temas de actualidad pero hizo hincapié en la necesidad de avanzar hacia una reforma tributaria que permita equilibrar las finanzas, tanto de la provincia como de las comunas.
“Venimos planteando desde hace mucho tiempo que no existe Estado ni democracia sin impuestos y llevamos ocho años sin modificar los impuestos en Santa Fe”, sostuvo. “Los cuatro años en los que hubo muchos ingresos en la provincia fue producto del cambio de la convertibilidad. En ese tiempo no se aumentaron los impuestos porque había mucha liquidez. En los cuatro años subsiguientes (2007-2011, la gestión de Hermes Binner) intentamos una recomposición de los tributos y apenas logramos una pequeña modificación en el impuesto Inmobiliario. Eso ha desfinanciado a una provincia que tiene cada día más responsabilidades y más servicios que brindar. Y nosotros tenemos que encontrar un equilibrio en estas cosas”, agregó.
“Los derechos de la gente –salud, educación, vivienda, rutas, acueductos– se garantizan con prestaciones que necesitan dinero para poder llevarse adelante”, siguió Bonfatti. “Santa Fe sólo cuenta con tres gravámenes: Inmobiliario, Patente e Ingresos Brutos. Y no tiene más posibilidades”.
Si bien no entró en detalles sobre las características de la reforma, hasta el momento hay acuerdo con la oposición para avanzar en un aumento significativo del Inmobiliario Rural. Las otras posibilidades que explora el gobierno son subir el Inmobiliario Urbano –en un porcentaje menor al Rural– y gravar con Ingresos Brutos a la construcción –cuando facturen por encima del millón y medio de pesos– y a una quincena de aceiteras.
En su evaluación de la situación económica actual, el gobernador fue crítico: “El país y la provincia tienen una estructura tributaria muy injusta. Argentina es uno de los pocos países con un 70 por ciento de impuestos indirectos. Por ejemplo el IVA: el que más tiene es el que menos paga y el que menos tiene es el que más paga. Antes, el impuesto Inmobiliario, que es el más justo porque está dirigido al patrimonio, representaba entre el 25 y el 30 por ciento de la recaudación provincial; hoy representa sólo el 15 por ciento. Se paga más de Patente que de impuesto Inmobiliario”.
