Julio y fuego, una fija. El gobierno de la provincia de Corrientes prohibió quemas de pastizales en todo el territorio, aun las que habían sido autorizadas por las áreas de control. La razón es que se extendieron incendios forestales en las últimas horas y se movilizó a un número no determinado de brigadistas que tratan de evitar que se sigan propagando. Los focos se declararon en campos del centro-norte cercanos a la ruta nacional 12, que une al territorio mesopotámico con Misiones y Entre Ríos y a toda la región con Buenos Aires por la línea del río Paraná, y también en zonas a la misma altura cercanas al río Uruguay.
Pasado un arco de bajas temperaturas e incluso fuertes heladas, el territorio provincial pasó a tener días templados y hasta cálidos en las últimas dos semanas, pero atravesado en ambos casos por un período de sequía. Pero el anuncio de lluvias para este fin de semana puede haber sido un detonante para que desde el jueves se iniciaran focos en campos, que se descontrolaron. Uno de los puntos de origen de llamas se registró a la altura de Manuel Derqui, a unos 100 kilómetros al sur de la capital provincial y no había información de cuántas hectáreas había afectado. Y los reportes del Servicio Nacional de Manejo del Fuego, que se emitían en forma diaria, dejaron de elaborarse desde el 9 de diciembre de 2023, con el cambio de gobierno.
“Se prende el fuego, la gente no controla y termina provocando daños a alambrados y propiedades. Todavía existe una falta de cultura respecto al manejo de fuego que hay que trabajar”, lamentó el director de Defensa Civil de Corrientes, Eulogio Márquez. Y ratificó que las quemas quedaban prohibidas hasta nuevo aviso, inclusive aquellas que ya habían recibido una autorización previa.
Por el momento, la prohibición no tiene fecha de finalización, aunque los funcionarios señalaron que la duración dependerá de las condiciones climáticas.
Del otro lado del Paraná, en Santa Fe también en los últimos días se desataron quemas en el noroeste, a la altura de Reconquista.
En las últimas semanas organizaciones de defensa del ambiente habían advertido sobre la acumulación de biomasa altamente inflamable como consecuencia de la finalización de la prolongada sequía causada por el fenómeno La Niña, que dio paso a lluvias y crecida de ríos que renovaron una cubierta vegetal que ahora está nuevamente afectada por haber atravesado un período sin lluvias y con temperaturas muy bajas.