Según datos de la Secretaría de Salud Pública, los siniestros de tránsito representan una de las causas más frecuentes de muerte en menores de 35 años. A nivel nacional pierden la vida unas 7.000 personas por año, es decir 20 por día, y es la principal causa en menores de 35 años.
Juan Manuel Becerra es uno de los integrantes del equipo de servicios de Salud Pública de la Municipalidad. En diálogo con El Ciudadano dio detalles de lo que se vive en materia de inseguridad vial.
—¿Cuál es el promedio diario de personas que atiende el Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria?
—Alrededor de cien asistencias, el 50 por ciento corresponden a colisiones en vía pública (siniestros viales). Y de ellas, en el 65 por ciento de los casos al menos, hay una moto involucrada.
—¿Al Heca cuántas personas ingresaron el año pasado?
—Alrededor de 4 mil pacientes de diversa gravedad sólo por siniestros viales. Y comparado con 2010 se registró un incremento de asistencias por colisiones en vía pública de casi 15 por ciento.
—¿En qué grado influye el factor humano?
—Se está tratando de hablar de inseguridad vial porque el factor humano es muy alto. No se habla más de una cuestión accidental, sino incidental e intencional, como por ejemplo cuando no se respetan las señales de tránsito, o por desconocimiento.
—¿Hay algunos días en especial en los que se producen más siniestros?
—Sábados, domingos y vísperas de feriados en el horario de 0 a 8. Y en los días de lluvia se producen en la primera media hora, que es el tiempo que le lleva a la persona adaptarse a la forma de manejo.
—¿Dónde ocurre la mayoría de los siniestros?
—El 49,5 por ciento en cruces de calles y el resto se distribuye entre rutas de zona rural y urbana.
—¿Cuál es la edad promedio de las víctimas?
—Oscilan entre los 20 y 35 años, con un claro predominio de sexo masculino.
—¿Cuáles son las principales causas?
—Las humanas, sin duda, como distracción con celulares, fumar, manejar a alta velocidad, con fatiga, no respetar las señales de tránsito, el consumo de drogas o alcohol. Por ejemplo, enviar un mensaje de texto lleva ocho segundos, de cinco a diez marcar un número y el 80 por ciento de ese tiempo se transita la calle sin prestar atención. O sea casi la totalidad de la cuadra. También hay una carga extra de violencia al manejar, que tiene que ver con que la gente está nerviosa, tensionada.
—¿Cuántos siniestros diarios ocurren en Rosario?
—Alrededor de 50, la mayoría con heridas leves. No se trasladan todos los pacientes. En ese caso será para practicarle algunas radiografías. En el caso de pacientes graves, víctimas de siniestros de tránsito, y sobre todos de motos, las primeras 48 horas son las más caras porque al paciente hay que realizarle tomografía, resonancia magnética, estabilizarlo, reoperarlo. Las lesiones más graves son la de motociclistas y se le suma la conducción temeraria, que es la conducción que hace el que va en moto haciendo zigzag, sin respetar las normas de tránsito. Los motociclistas tienden a pasar semáforos en rojo y en contramano, sobre todo en los barrios.
—¿Se está usando más el casco?
—En los últimos años hay una mayor presencia del uso del casco. Estos cascos tienen fecha de vencimiento, si tiene golpes no sirve, tiene que estar perfectamente abrochado, lo cual hace que disminuya lentamente la muerte del minuto cero.
—¿La sociedad toma conciencia de lo importante que es llevar casco puesto en la moto y usar cinturón de seguridad en el caso de un automóvil?
—Si nos remontamos diez años, nadie usaba casi nada, no se conocían las señales de tránsito. El radar de control de velocidad, los operativos de casco y el costo de las multas son efectivos. El órgano más sensible del ser humano, entre otros, es el bolsillo.
—¿Qué medidas toma la Secretaría de Salud?
—Se va a empezar a trabajar con las víctimas de accidentes de tránsito con los familiares de las víctimas, en las escuelas. La combinación auto-moto sigue siendo la más frecuente, pero cuando se habla de víctimas fatales es la moto el vehículo más involucrado. Según los alemanes, un cambio de hábito en el manejo lleva entre nueve y doce años.