“Gobernar es ayudar a crecer y eso es lo que queremos, la libertad para que cada uno pueda elegir dónde trabajar, dónde estudiar y donde vivir”, ensayó el presidente Mauricio Macri desde Catamarca, donde inauguró la pavimentación de un tramo de la ruta 46, que une las localidades de Andalgalá y Belén. En el día después del más contundente paro general de los cinco que la CGT lanzó contra las políticas de su administración, el jefe del Estado no dio señal alguna de estar dispuesto a revisar medida alguna: por el contrario, insistió en el rumbo: “Si queremos, realmente, sacar de la pobreza a tantos argentinos que hoy la sufren, éste es el camino, con estos valores”, proclamó.
Y, en paralelo, su ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, ratificó que la proa del gobierno nacional va a hacia la reforma laboral: “Para cambiar la estructura que hizo que esta Argentina no creciera”, explicó. La respuesta sindical no se hizo esperar: el titular de La Bancaria y de la combativa Corriente Federal de Trabajadores, Sergio Palazzo, sostuvo que el “contundente” paro general “no es la última medida que se toma contra el gobierno” y ya habló de una posible huelga por 36 horas. Y el titular del gremio de la Sanidad y cosecretario de la CGT, Héctor Daer, que está lejos de ser parte del sindicalismo más beligerante, reiteró su pedido al gobierno de rever las políticas que lleva adelante: “Estamos cada vez peor”, enfatizó y también mencionó la chance de una nueva medida de fuerza si no hay ninguna señal.
“Hay que salir a la calle y seguir con medidas de protesta”, remarcó Palazzo, cuyo entramado es aliado al de Hugo Moyano en el Frente Sindical para el Modelo Nacional ( FSMN). “No está cerrado ningún conflicto. Si el gobierno no va a resolver los problemas, va a haber más medidas”, advirtió el bancario.
El miércoles 29 se plantó el quinto paro general de la CGT frente a la gestión de Macri, y el sexto si se cuenta la huelga del 30 de abril, que también fue contundente aunque no paró el transporte ni algunos fuertes gremios industriales. No fue convocada por la central obrera sino por el FSMN, las dos CTA, entidades empresarias y organizaciones sociales.
Esta semana confluyeron todas las organizaciones sindicales, y Daer destacó la reacción “pacífica” del movimiento obrero frente al plan económico que impulsa la Casa Rosada. El dirigente sostuvo que las medidas del gobierno no acarrearon ninguno de los beneficios que enuncia el presidente, y en cambio “fueron erosionando toda la actividad económica, la actividad productiva, trayendo consecuencias devastadoras en el tejido social”. No sólo el sindicalista sino las estadísticas oficiales concuerdan con el panorama que describió: “Caída del salario, caída del empleo y un aumento tremendo de la pobreza”.
En este contexto, Daer lanzó una línea que el gobierno no parece querer –ni poder– recoger, esto es tomar “acciones inmediatas” para “frenar esta decadencia social, política y económica”.
Por su parte, el barrionuevista Carlos Acuña, también cosecretario de la central obrera, ratificó que la CGT se mantiene abierta al diálogo buscando encontrar respuestas a los problemas más apremiantes.
La respuesta llegó en forma de partitura: Macri repitió nuevamente que “todo cuesta”, pero “hay un enorme futuro” para el país “en esto de hacer las cosas todos los días, dialogando y trabajando en equipo”.
“Sino volvemos a caer en la tentación de buscar atajos, soluciones mágicas, parches. Ese es el camino que ya probamos durante décadas y no funcionó, insistió el jefe del Estado y concluyó que su gobierno realiza obras “que se licitan de forma transparente” y que ahora el presupuesto “alcanza para hacer muchas más” que en las gestiones anteriores.
Garavano la pasó mal
“Yo te doy 17 lucas a vos, a ver si llegás a fin de mes”, le espetó un trabajador, angustiado por su situación laboral, al ministro de Justicia, Germán Garavano. En el marco del acto por el aniversario del Museo de la Memoria de la ex Esma, los trabajadores pidieron al funcionario, a cargo del sitio, una solución a su grave situación salarial, que no les alcanza “ni para cargar la Sube” para ir a sus labores. Por respuesta, Garavano los acusó de estar “haciendo política”, y al trabajador directamente le replicó: “El que te puso en esa categoría fue el gobierno anterior”. Y abandonó el lugar.