El Ejército Argentino vestirá un nuevo uniforme de fabricación china, según se conoció en el Boletín Oficial que publicó la operación comercial entre el Ministerio de Defensa de la Nación y la empresa china Norinco por un monto total de u$s 15.803.580.
Según publicó ayer el matutino porteño Ámbito financiero en una nota firmada por el periodista Edgardo Aguilera, el contrato con la firma extranjera –facilitado por un acuerdo de asociación estratégica entre los gobiernos de Buenos Aires y de Pekín– se firmó el 13 de diciembre de 2013 para adquirir 139.210 equipos de vestuario y otras prendas que componen el uniforme personal del soldado.
El 19 de diciembre de 2013, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, se reunió con la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme) para rubricar un convenio de cooperación que impulsa la participación de empresas locales como proveedoras en materia de producción para la Defensa, “iniciativa que se inscribe en una política de impulso al Compre Pyme y Compre Nacional”, según decía la gacetilla de prensa.
“Lo que desconocían los representantes que rubricaron el acuerdo en el Salón Belgrano del Ministerio de Defensa es que seis días antes, el 13 de diciembre, Rossi había firmado el millonario contrato con el grupo privado asiático Norinco que una vez más dejaba fuera del negocio a los fabricantes nacionales”, prosigue la nota del matutino porteño.
Un empresario de la cámara Apyme que asistió al encuentro dijo a Ámbito financiero: “Es una señal de vuelta atrás en el proceso que habíamos intentado de incorporarnos paulatinamente como proveedoras en las compras públicas”.
Según la nota también se registraron quejas entre proveedores habituales que son convocados cada dos años al Simposio de Producción para la Defensa con el propósito de explorar oportunidades de abastecer a las fuerzas.
En aquel acto, Rossi afirmó: “Buscamos potenciar la relación con el sector privado, y lograr que aquellas pymes que puedan convertirse en proveedoras de los desarrollos de la industria para la Defensa tengan un marco de colaboración y de complementación”.
La iniciativa de renovar el vestuario del Ejército fue impulsada por el titular de la fuerza, teniente general César Milani, quien “militó” la operación durante toda la gestión de Arturo Puricelli y coronó el acuerdo comercial a poco de la asunción de Rossi. Milani festejó mucho antes de que se conociese la decisión administrativa avalando el contrato que fue publicada en el Boletín Oficial del 17 de enero.
Lo hizo en agosto, cuando el Decreto Nº 1.170/2013 otorgó 148.000.000 de pesos a la Dirección del Servicio Logístico de la Defensa (DGSLD) para la adquisición de prendas de vestir. Testigos involuntarios contaron que ese día el mandamás del Ejército acudió al despacho de Lucía Kersul, jefa de la DGSLD, y reclamó para sí la partida. La demanda de Milani generó una cumbre con el secretario de Ciencia, Tecnología y Producción, Santiago Rodríguez, encargado de los números grandes del ministerio. Palabras más o menos Rodríguez manifestó que era atribución de su oficina y de la DGSLD a quién asignar el dinero.
El 17 de enero, la Decisión Administrativa Nº 123/2013 le dio el triunfo a Milani: aprobó los contratos para el uniforme del Ejército con cuatro variantes verde oliva para el vestuario de combate y de combate en la selva y arena nutria para los uniformes de combate multicamuflaje y de combate patagónico. El gobierno hasta un día antes de la contratación a los chinos había continuado con su línea de exaltar la industria nacional. El 16 de enero se reunieron en la Casa de Gobierno ministros y representantes de las cámaras de textiles, calzado y marroquinería, en el marco de los encuentros con integrantes de las distintas cadenas de valor productivas de todo el país. “En cumplimiento de la política de precios, aumento del empleo y de las exportaciones, se promoverá la regularización en esos sectores, por lo que se pueden alcanzar los 300.000 puestos de trabajo”, decía el comunicado oficial.
La nota de ámbito destaca que el marco legal que facilitó la venta por contratación directa del grupo chino Norinco de 139.210 uniformes completos, denominados UCA (Uniformes de Combate Argentino) y una cantidad similar de borceguíes,50.000 fundas de cascos, 118.600 medias de algodón, 100.000 medias de abrigo, 57.104 trajes de protección climática y 54.600 equipos de ropa interior polar, lo dio el memorando de entendimiento firmado el 3 de julio de 2012 entre la Argentina y China en el que se promueve la compra o cesión de equipos, armamentos y accesorios; la transferencia de tecnología e información; el estudio, desarrollo y producción conjunta; el intercambio de personal; y la provisión de servicios de apoyo técnico y logístico de armamento.
El instrumento permite acceder a bienes obviando el camino de la licitación pública internacional.