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En el Instituto Zona Oeste, un Día Nacional del Olvido

El cuerpo directivo “vetó” que un mural tuviera referencias a Madres y Abuelas y a los desaparecidos.

Todo comenzó cuando al todavía joven centro de estudiantes del Instituto Zona Oeste, la escuela de enseñanza media y terciaria que tiene más de medio millar de alumnos y está en Santa Fe y Sucre, se le ocurrió conmemorar el Día Nacional de la Memoria. Un acto y dos murales, uno fuera del colegio y otro en el patio, era la idea para que el repudio al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 se hiciera notar en forma masiva y participativa. Pero algo falló: insólitamente, el consejo directivo de la institución privada, compuesto por una decena de los cerca de 70 docentes que trabajan allí, “vetó” toda referencia a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y sus pañuelos blancos, al igual que la expresión “Nunca Más” –que fue hasta el título del informe final de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas durante los primeros años de la recuperación democrática– e incluso a los 30.000 desaparecidos, cuya ausencia terminó de caracterizar a la última dictadura como la más sangrienta de todas. Nada de eso formaba parte de la idea de los directivos escolares, para quienes figuras de palomas (obviamente blancas) y la palabra “paz” resultaban suficientes.

La “censura”, disparada además en los días previos a la conmemoración de los 35 años de la irrupción del generalato, el almirantazgo y los brigadieres en la Casa Rosada –y cuando recién se están comenzando a juzgar los crímenes que cometieron en los siete años de usurpación del gobierno–, fue denunciada por alumnos y confirmada por el propio director del establecimiento, el profesor Arístides Álvarez, quien el miércoles encabezó contra la oposición de sus pares el acto de conmemoración. Y además ratificó que este lunes los chicos pintarán “lo que ellos quieren y como ellos quieren”, lo que el miércoles la lluvia no dejó dibujar.

“Yo dejé que la actividad la organicen ellos, que inviten a los vecinos. Y a los chicos mismos los censuraron. Para ellos fue muy duro. Y lo que más me duele es que lo hicieron los mismos docentes, mis compañeros”, lamentaba ayer el director.

La insólita actitud por parte del cuerpo directivo –“Son algunos, no todos”, aclaró el propio Álvarez– contrastó con su propia actitud y la de otros docentes que ni siquiera estaban al tanto de la situación y se sumaron, tras la polémica, al debate que levantó.

Álvarez describió el caso al aire a través del programa “Otra Vuelta”, que se emite por Radio Nacional, y terminó sentando posición con su propia presencia en la multitudinaria movilización que recorrió ayer el centro la ciudad. Desde la marcha misma relató a El Ciudadano que desde hace dos años ocupa el cargo de director –elegido por asamblea, al igual que los otros miembros del consejo directivo– y que nunca antes había semejante oposición.

“La actividad que plantearon los chicos era pintar los murales, y en la calle es invitar a una murga, proyectar el documental El Rosario de Galtieri (del periodista local Néstor Sappietro) y que actuaran un par de bandas musicales conformadas por ellos mismos. Y todo esto fue rechazado”, se quejó.

“Lo peor fue la oposición a que en el mural estén pintados los pañuelos de las Madres y las Abuelas y a que esté la leyenda 30.000 desaparecidos”, se enoja Álvarez. Y refiere que miembros del cuerpo directivo pusieron el grito en el cielo cuando algunos de los chicos presentaron una de las propuestas con la leyenda: “Ni olvido ni perdón”. Ante su sorpresa, “la consideraron agraviante y con mucho rencor”.

El docente remarcó que escuchó “argumentos de lo más deleznable”, para impedir que se concretara la conmemoración. Y que incluso la oposición llegó hasta a que fuera al colegio una murga, porque “no es un día para festejar”.

“Fue muy duro. Hubo una reunión. Yo, por ser director, soy además el asesor pedagógico del cuerpo directivo. Y como el acto es un tema pedagógico les dije que iba a hacer igual el acto. Vino una de las Madres de Plaza 25 de Mayo y dio testimonio. Vinieron representantes del área de Derechos Humanos de Amsafé que hablaron de los docentes desaparecidos, vinieron chicos de un voluntariado universitario. Hicimos un muy buen acto, pese a la oposición. Incluso me envió una nota el director provincial de Enseñanza Privada, Germán Falo, a quien yo había invitado, avalando el acto y disculpándose por no estar presente por cuestiones de agenda”, contó.

Con todo, los chicos del Instituto Zona Oeste ya están preparando sus pinceles para el lunes, y lo que quedó entre los docentes es “un ambiente muy feo”, según la descripción de Álvarez.

—¿Y cuál es la posición de la mayoría de los docentes?, quiso saber este diario.

—No se los consultó: no hubo tiempo. Y no creo que la posición sea contraria. Ocurre que muchos no hablan por temor. Muchas escuelas rosarinas no hicieron nada por el 24 de marzo: después de 35 años, todavía existe el temor.

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