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En el juicio, el acusado por el doble crimen de Mendoza no dejaba de maullar

Gil Pereg, acusado de haber asesinado a su madre y su tía en Mendoza en enero de 2019, enfrenta el juicio oral y público y fue desalojado por responder con maullidos a las preguntas del jurado

El ciudadano israelí Gilad Pereg, conocido como el «hombre gato», fue desalojado este martes de la sala de audiencias porque no paró de «maullar» desde que se dio inicio al juicio por jurados al que es sometido por el crimen de su madre y de su tía, de la misma nacionalidad, cometidos en enero de 2019 en la ciudad de Mendoza.

Se cree gato y mató a su madre y su tía que llegaron a visitarlo desde Israel: empieza el juicio

«Señor Gilad Pereg. ¿Éste es su nombre?», fue la primera pregunta que le formuló la jueza técnica Laura Guajardo, a lo que el acusado respondió: «Miau».

Acto seguido, la jueza le dijo: «Antes de ingresar le advertí que sea en silencio y con decoro, de lo contrario habrá que retirarlo a una sala contigua», a lo que el imputado volvió a responder con un «miau».

«Basta señor, por favor. Trasládenlo», ordenó la magistrada, por lo que Pereg fue retirado de la sala de audiencias por efectivos de la policía provincial y alojado en una habitación contigua.

 

Tras ello, el fiscal del caso, tomó la palabra en su alegato de apertura y pidió al jurado que no se deje «engatusar» y que «ladre más fuerte».

El acusado de matar a su madre, Phyria Saroussy (63), y a su tía, Lily Pereg (54), a quienes enterró en el predio en el que estaba su casa, llegó maullando a la sala de audiencias y no dejó de hacerlo incesantemente hasta que fue desalojado.

Vestido con un short estampado, una remera roja y sandalias, el «hombre gato» ingresó poco antes de las 9 de este martes al recinto del Polo Judicial de Mendoza, procedente del hospital psiquiátrico El Sauce, donde se encuentra detenido.

Pereg (40) comenzó a ser juzgado por un jurado popular conformado por una ama de casa, una diseñadora industrial, una peluquera, una psicóloga, dos mecánicos, dos metalúrgicos y un joven desocupado, entre otros, quienes deberán definir si es culpable del doble crimen o es inimputable.

A iniciarse la jornada, los 12 miembros del jurado fueron instruidos sobre sus deberes por la jueza técnica, quien luego dio paso a los alegatos de apertura del Ministerio Público Fiscal (MPF), representado por Fernando Guzzo y Claudia Ríos.

En su exposición, el fiscal Guzzo expresó: «Pido al jurado que no se dejen engatusar y que ladren más fuerte».

Tras ello, la fiscal Ríos solicitó un veredicto «unánime» para que Pereg sea declarado «culpable» y que su madre y su tía «tengan justicia», mientras que la querella, a cargo de la abogada Claudia Vélez, manifestó que el acusado «estaba en pleno uso de sus facultades mentales y sabía lo que hacía».

Los alegatos de apertura continuaban esta mañana con la defensa del «hombre gato», a cargo de Maximiliano Legrand y Lautaro Brachetta, quienes pidieron a los integrantes del jurado que «no acepten la única versión de pedido de condena y encierro penitenciario», que tengan en cuenta que aunque sea declarado inimputable Pereg seguirá encerrado en un centro de salud mental y que «se comporten como humanos y no ladren como perros» como pidió el fiscal.

Entre testimonios y pericias, el jurado popular deberá analizar desde ahora hasta el próximo 3 de noviembre (fecha prevista para que se dicte el fallo) el informe del psiquiatra forense Mariano Castex, quien tras entrevistar a Pereg ya detenido, aseguró que el acusado «está loco, tiene delirio de transformación corporal y es inimputable».

De acuerdo con la investigación, en enero de 2019, la madre y la tía de Pereg habían arribado a Mendoza para visitar al ahora imputado, quien residía en un predio con una casa muy precaria que estaba llena de gatos y algunos perros en estado de abandono.

Las hermanas israelíes fueron vistas con vida por última vez el 12 de ese mes en ese domicilio, ubicado en la calle Roca al 6000, de Guaymallén, y 14 días después la Policía Científica encontró sus cuerpos mutilados y tapados con piedras y tierra en un sector del mismo predio.

Tras ser descubierto el doble crimen, Gil Pereg quedó detenido y durante su estadía en la cárcel mostró comportamientos extraños y aseguró ser «un gato», lo que reiteró en diversas oportunidades y audiencias.

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