Economía

Informe de la cámara sectorial

En el primer cuatrimestre, el consumo de carne vacuna equivalente anual fue el peor en 13 años

La proyección a todo 2024 de los datos entre enero y abril arrojan 42,6 kilos por habitante. Es un 18,5% menos que lo estimado en el mismo período de 2023. Si la tendencia sigue, a fin de año se tendrá el peor dato desde 1920, que fue de 46,9 kilos. Bajó producción y demanda local, subió exportación


Según un reporte difundido por la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra), en los primeros cuatro meses de 2024 el consumo equivalente de carne vacuna fue 42,4 kilos por habitante/año. Es un retroceso del 18,5% sobre igual período de 2023 o una retracción de 9,6 kilos, ya que entre enero y abril del año pasado el consumo por habitante fue de 52 kilos equivalente por año. El dato surge de una serie estadística de Ciccra que releva datos desde 2011. Y es el peor dato de la serie de 13 años. El anterior peor registro proyectado al año del primer cuatrimestre fue en 2021: 46,8 kilos.

Al margen de la pérdida del poder adquisitivo de la población, el consumo de carne bovina fue perdiendo terreno frente al crecimiento de otras carnes. El año pasado, el consumo de carne vacuna cerró en 52,4 kilos por habitante, según Ciccra. El de pollo por habitante se posicionó en 49,3 kilos, con un crecimiento de dos kilos sobre 2022. El cerdo también estuvo en alza y ya está, considerando la performance de abril último, en 21,7 kilos. En diciembre de 2023, estaba en 21,1 kilos por habitante por año.

Los datos sobre la caída del consumo de carne vacuna por habitante prenden una luz de alarma para lo que pueda ocurrir el resto del año. La cámara frigorífica tiene registros desde 1915 y, hasta el momento, el nivel más bajo de consumo de carne vacuna de todo un año fue en 1920, con 46,9 kilos por habitante. Si la tendencia de este año sigue, el de este año será entonces el menor en más de un siglo. El mayor consumo en ese largo período se dio en 1956, con 100,8 kilos por habitante por año.

 

Menos producción y consumo interno, más exportación

Para llegar a los datos sobre el comportamiento en el mercado doméstico, Ciccra evaluó variables como lo que se produjo y lo que se destinó a exportación. Sobre la producción, indica: “En el cuatrimestre enero-abril del corriente año, la industria frigorífica vacuna argentina produjo 988.000 toneladas equivalente res con hueso de carne. Esto representó una baja de 7,7% interanual, que se tradujo en una retracción de 82.400 toneladas res con hueso de la oferta de carne vacuna”.

Ciccra consignó que en el primer cuatrimestre del año se exportaron 324.500 toneladas res con hueso, un 22,1% más respecto de igual período de 2023. Según la entidad, en este marco el consumo aparente de carne vacuna del primer cuatrimestre ascendió a 663.400 toneladas res con hueso, una merma del 17,5%.

Además de que la caída se produjo por la pérdida de poder adquisitivo, Miguel Schiariti, presidente de Ciccra, dijo a este medio, haciendo una comparación, que hoy “con un kilo de asado se compran 2,8 kilos de pollo y 1,5 kilos de cerdo”.

El sector viene con una baja faena que tiene vinculación con la última sequía, ya que en aquel momento, a diferencia de ahora, se aceleró una liquidación de vientres por parte de productores ubicados en zonas que no podían mantener a las vacas por la falta de agua y pastos.

Al respecto, la cámara señaló: “En total se faenaron 1,072 millones de cabezas de hacienda vacuna en abril de 2024. En comparación con la faena de marzo se observó una mejora de 3,8%, corrigiendo la serie por el número de días laborables. En cambio, al comparar con abril de 2023 la faena fue 9,1% menor, caída que llegó a 15,3% si se corrige la serie por el número de días laborables”.

La entidad analizó: “En abril, la actividad de la industria frigorífica vacuna registró una leve mejora con relación a marzo, pero continuó siendo muy inferior a la de igual mes del año previo. Tal como lo venimos destacando en los últimos informes, la caída interanual se explicó por la liquidación de vientres que forzó la intensísima sequía registrada en 2021-23, lo que se tradujo en un menor número de vientres a preñar. A ello se agregó el impacto negativo de la falta de agua y alimento sobre los índices de preñez/parición, lo que provocó una menor zafra de terneros durante el corriente año”.

El mismo día que el Indec informó un 8,8% de inflación para abril pasado, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva) informó que el precio de la carne vacuna subió por debajo de ese indicador, un 4,5%. Se encareció menos que el 8,5% del pollo, aunque quedó a distancia de la deflación del 0,2% del pechito de cerdo.

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