Quien debe reponer algún repuesto de su vehículo debe lidiar con la falta de stock, precios por las nubes y en algunos casos esperar hasta seis meses para conseguirlo.
Obviamente que el valor del repuesto varía según el modelo, origen y la categoría del vehículo. Los precios crecieron desde el 57% hasta el 160%, si se comparan las listas de precios de noviembre de 2023 hasta enero.
La Cámara de Comerciantes en Repuestos del Automotor informó que las subas más importantes fueron en las baterías y en repuestos de vehículos importados a los que se le suma un prolongado tiempo de espera en la mayoría de los casos.
A modo de ejemplo, una batería de 65 amperes (modelos pequeños), como el Chevrolet Corsa Classic- está cerca de los $130.000, mientras que, en noviembre de 2023, su precio era de $ 50.000, lo que arroja un incremento del 160%. En tanto, el precio actual de una batería de 75 amperes -para modelos como la Citroen Berlingo- es de $ 230.000. Hace dos meses, valía $ 110.000.
En el caso de los repuestos para modelos importados, no solamente se ajustaron un 50% durante los últimos dos meses -se cotizan a dólar oficial- sino que, además, por el cepo, hay demora de más de seis meses para la entrega de algunos insumos. Tal es el caso de un intercooler para una Ford Maverick que, en noviembre, teniendo en cuenta la mano de obra para su colocación, rondaba los $ 700.000, mientras que, en la actualidad, su precio alcanza el $ 1,1 millón.
Las reparaciones de chapa y pintura, que son comunes a todos los modelos, tuvieron un aumento del 150%. En noviembre de 2023, la reparación de un panel costaba en $ 60.000 y $ 90.000. Hoy en día cobran entre $ 150.000 y $ 200.000.
Frente a un panorama por demás complicado, la Cámara solicitó «establecer un esquema de pagos que permita recuperar a la brevedad la previsibilidad y certidumbre en las relaciones comerciales con los proveedores de insumos productivos del exterior».
Autopartistas, complicados
Los autopartistas, como tantos otros rubros, se quejan de la imposibilidad de acceder a los dólares necesarios para realizar pagos de importaciones a proveedores radicados en el exterior, y consideran la situación como crítica. La Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (Afac) confirmó que la deuda del sector alcanza los 585 millones de dólares.
Según comunicó la organización durante los últimos días de 2023, 95 empresas autopartistas tenían un stock de deuda de u$s 585 millones, de los cuales u$s 523 millones correspondían a una deuda comercial de bienes, mientras que, los restantes u$s 62 millones provenían de la deuda de servicios.
Como consecuencia de esta dificultad, Afac advirtió que “el sector carece de capacidad de reacción a la demanda de las automotrices para producir vehículos, dado que, a la vez, hay una oferta insuficiente para el mercado de reposición. Se suma, además, que algunos exportadores corren el riesgo de perder clientes obtenidos luego de años de generar confianza”.
Ante estas circunstancias, tanto General Motors, como Volkswagen, Nissan y Renault no pudieron reactivar sus producciones -pautadas para los primeros días de enero de 2024- tras las vacaciones del sector. Las cuatro terminales suspendieron sus reinicios productivos por tiempo indefinido, hasta reacondicionar el flujo de insumos.