El proceso de apertura de las restricciones sanitarias en Israel, en particular la reanudación de clases presenciales, que se inició a mediados de abril, podría volver atrás luego que se detectaron 120 nuevos contagios en un instituto educativo de Jerusalén.
“Hemos decidido que los próximos días serán de prueba, para ver si hay un cambio en la tendencia que requiera modificar las medidas, tales como el cierre de las instituciones educativas”, advirtió anoche el primer ministro, Benjamín Netanyahu, tras finalizar la jornada de descanso del shabat.
Las declaraciones del jefe de Gobierno ocurren luego que se disparara nuevamente el alerta sanitario en un instituto de Jerusalén, el Gymnasia, donde se localizó un “súper-contagiador” que infectó a 120 alumnos y profesores de ese centro educativo que este domingo, primer día laborable de la semana, cerró sus puertas.
Netanyahu pidió al Ministerio de Educación que tome “medidas adicionales” para garantizar que se cumplan las normas en las escuelas, que ordenan el uso de tapabocas y el distanciamiento social, que si bien es obligatorio, no se cumple frente a la pasividad de las autoridades.
Por ello, el gobierno ordenó a la Policía aumentar la inspección y el cumplimiento de las medidas de distanciamiento social aún vigentes, que en su mayoría se aplican en el espacio público para evitar contactos en los comercios, restaurantes y cafés.
El primer ministro israelí reconoció que el cumplimiento de las normas es “muy reducido por decirlo suavemente”, y aseguró que esto va a cambiar con la intervención de la Policía y de inspectores municipales.
“Las reglas son simples: mantener dos metros de distancia, llevar mascarillas en público, lavarse las manos y mantener las reglas de higiene. Si no hacemos esto, no tendremos más remedio que volver a las restricciones a la economía y la esfera pública. Si lo hacemos, podremos continuar abriendo nuestra economía, devolviendo los empleos y restaurando el crecimiento y la esperanza”, advirtió.
El 19 de abril, el gobierno israelí dio por superada la peor fase de la pandemia cuando contaba con 13.000 infectados y 171 muertos, y comenzó a levantar muchas restricciones, desde comercios y gimnasios hasta las escuelas y playas, en un proceso ininterrumpido para recuperar su rutina y actividad económica.
El país cuenta hoy con 17.024 contagiados y 248 muertos, según la Universidad estadounidense Johns Hopkins, y si bien las cifras son moderadas en relación con otros países, la reapertura de los negocios y de la vida pública en las últimas semanas aceleró el aumento de los contagios.
Además del Gymnasia, otras tres escuelas de Jerusalén cerraron hoy sus puertas dado que muchos alumnos tienen hermanos mayores que acudían a ese instituto.
Otro centro de adolescentes, el de Kseife, también está cerrado porque tiene a 70 profesores y personal bajo cuarentena preventiva.