El informe de Unicef “La pobreza monetaria en la niñez y la adolescencia en Argentina”, publicado en junio de este año, arrojó que en Argentina casi 6 millones de niños viven en la pobreza, circunstancia que en su peor expresión afecta más a los varones que a las mujeres excepto en los grupos de 0 a 4 años en los que las niñas llevan la desventaja.
El informe señala que en el país el 29,7 por ciento de las personas está en situación de pobreza. Pero si se recorta el estudio a niños y adolescentes, se tiene que el 47,7 por ciento de ellos está en la misma condición (los hogares en situación de vulnerabilidad incluyen mayor cantidad de integrantes jóvenes). Y el 10,8 por ciento, se ubica en situación extrema.
Sobre el acceso a la canasta básica
“En términos absolutos, hay en Argentina alrededor de 5,6 millones de niñas y niños pobres, de los que 1,3 millón está en situación de extrema pobreza», cuantifica el informe de Unicef. El organismo toma para esta diferenciación si los ingresos alcanzan para cubrir la canasta básica total o la canasta básica alimentaria, respectivamente.
La pobreza y los grupos más afectados
Unicef separó la población de niños en tres grupos de edad. Verificó que la mayor incidencia de la pobreza se da en la franja de 13 a 17 años (51 por ciento), seguido por la de 5 a 12 (48 por ciento) y la de 0 a 4 (45 por ciento).
“Las disparidades entre sexos son menores si se observa la pobreza general, pero si el acento se pone sobre la pobreza extrema, son los varones los que tienen tasas de pobreza más elevadas, excepto en el grupo de 0 a 4 años de edad, donde hay una clara desventaja por parte de las niñas”, abunda el reporte.
Perfiles de pobreza y características de los hogares
A partir de la información disponible se puede analizar cómo incide la pobreza de acuerdo con determinadas características del jefe o la jefa del hogar, que varían mucho entre sí. Este análisis tiene implicancias para las políticas que buscan reducir la pobreza.
Gráfico 1
Se muestra la incidencia de la pobreza monetaria en la niñez según distintas características del jefe del hogar donde residen niñas y niños. Si bien la pobreza afecta al 47,7 por ciento de los niños, niñas y adolescentes, la tasa aumenta al 85 por ciento cuando el niño reside en un hogar cuyo jefe o jefa está desocupado; al 64 por ciento cuando es inactivo y al 65 por ciento cuando es un asalariado informal.
La pobreza infantil también es mayor en hogares donde la jefa es mujer (55,3 por ciento), el jefe o jefa tiene un bajo nivel educativo (72,5 por ciento) o es menor de 25 años (51,6 por ciento)
Pobreza extrema
El gráfico 2 muestra el mismo análisis del gráfico 1 pero referido a la pobreza extrema. “Lo que cambia aquí es la magnitud de las brechas: las diferencias son mucho más pronunciadas que las que se registran para la pobreza en general. Si bien la pobreza extrema alcanza al 10,8 por ciento de los niños, la tasa aumenta al 41 por ciento cuando residen en un hogar con su jefe o jefa desocupado y al 17 por ciento cuando la jefa de hogar es una mujer”, señala el informe y agrega que “las diferencias que muestran los gráficos 1 y 2 subrayan la importancia de profundizar el análisis, más allá de los promedios para identificar el fenómeno de la desigualdad entre distintos grupos poblacionales”.
Gráfico 2
Finalmente, en el cuadro 1 se muestran los riesgos de estar en la pobreza, siempre a nivel descriptivo. Allí puede verse que una niña o un niño que reside en un hogar cuyo jefe es un asalariado informal y que tiene una pobreza 4 veces más elevada que uno cuyo jefe trabaja como asalariado formal. Por su parte, un niño cuyo jefe o jefa de hogar completó hasta 6 años de educación tiene un nivel de pobreza 4 veces más elevado que aquel cuyo jefe tiene más de 12 años de educación.
