El consumo de fertilizantes en la Argentina registró un récord en 2020 pero aún se fertiliza menos de lo necesario, con un deterioro del suelo y los ecosistemas, y eventuales daños irreversibles, alertaron especialistas del INTA, quienes recomendaron una fertilización racional y eficiente, sin faltantes ni excedentes.
“En la Argentina solo 30% de los nutrientes que se extraen de los suelos cultivados se reponen mediante el uso de fertilizantes”, afirmó Marcelo Beltrán -del Instituto de Suelos del INTA Castelar- en la publicación Inta Informa.
Según Beltrán, “desde hace varios años, los suelos de la región pampeana han sufrido un intenso agotamiento de nutrientes como consecuencia de una prolongada historia agrícola” y, para el especialista, el problema se agrava con el uso de variedades de cultivos de alto rendimiento, que demandan mayor cantidad de nutrientes.
En ese sentido, Alberto Quiroga -del INTA Anguil, La Pampa- agregó: “La intensificación ganadera, con cosecha mecánica de forraje y traslado a corrales, triplicó la tasa de extracción de algunos nutrientes”.
Ambos investigadores reconocen que, desde los ’90 y como consecuencia de procesos de erosión de los suelos y la remoción de nutrientes sin reposición por fertilización, los suelos comenzaron a mostrar síntomas del empobrecimiento en nutrientes y reducciones en los contenidos de materia orgánica.
Por su parte, Hernán Sainz Rozas -del INTA Balcarce- aseguró que «los niveles actuales en toda la región pampeana muestran valores entre 30 y 40% menores respecto a los suelos en condición originaria».
Según un informe de la Asociación Civil Fertilizar, el consumo de fertilizantes en 2020 registró un récord con cinco millones de toneladas, con un incremento superior a 7% interanual, cifras que para Beltrán son «alentadoras, pero aún insuficientes».
“En la Argentina, las relaciones aplicación/extracción en grano de nitrógeno, fósforo, potasio y azufre para los cultivos de grano han mejorado durante los últimos años, pero los balances de nutrientes siguen siendo negativos”, señaló Beltrán.
“Esto implica una pérdida de fertilidad interanual que repercute en los rendimientos, en la sostenibilidad de los sistemas productivos y en la conservación de los recursos naturales”, agregó el investigador de Castelar.
Para ser sustentables, Beltrán consideró importante implementar rotaciones de cultivos que generen un balance positivo de la materia orgánica del suelo en el mediano plazo y, en un contexto de fuerte incremento en el precio de los fertilizantes, planteó la necesidad de desarrollar estrategias de manejo que maximicen su eficiencia de uso.
Para nutrientes de alta movilidad en el suelo, desde el INTA recomiendan realizar un monitoreo de los cultivos a fin de detectar alertas con tiempo y actuar en consecuencia.