La Justicia investiga el ataque a tiros que sufrió este martes el domicilio particular del secretario del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (Somu) Pablo Ghietti. Esta balacera ocurrió a sólo 24 horas de que la vivienda de su madre y otra lindera fueran acribilladas el lunes pasado en la cuadra de Garibaldi al 100. Los pesquisas no descartan ninguna línea investigativa, lo que que abarca desde una interna gremial hasta que las agresiones puedan estar relacionadas con integrantes de la banda Los Monos, con base en el sistema extorsivo por intimidaciones que este grupo ha llevado adelante contra otros gremios y comercios.
El ataque contra la propiedad de Entre Ríos al 6300 de este martes no dejó heridos pero sí la marca visible de los plomos en el portón y en el ingreso a la vivienda.
Según primeros testimonios dos personas, hasta el momento no identificadas, se trasladaban por la zona en moto cuando efectuaron múltiples disparos hacia la vivienda: algunos impactaron en el frente.
Desde Fiscalía indicaron que en el otro ataque, ocurrido este lunes 27 de enero en Garibaldi al 100, en horas de la noche y con características similares, dos personas a bordo de una moto dispararon hacia tres viviendas del lugar provocando daños en las fachadas y generando pánico entre las familias que viven en esa cuadra, debido a que algunos de los proyectiles atravesaron las ventanas y se incrustaron en los muebles.
El caso quedó a cargo de la Unidad de Flagrancia en turno cuyo fiscal ordenó medidas al personal del Gabinete Criminalístico para levantamiento de rastros, relevamiento de la escena, toma de testimonios, dijeron voceros del Ministerio Público de la Acusación (MPA), para agregar que el funcionario también ordenó rondas policiales para los habitantes de dichas viviendas.
Además, desde Fiscalía indicaron que continúa la investigación sobre la motivación de los ataques y la vinculación entre los hechos y que por el momento no hay autores sindicados
Cabe recordar que el 10 de enero pasado, por la mañana, dos desconocidos entraron en la sede del Somu, de 3 de Febrero al 300, subieron al primer piso y le preguntaron al prosecretario, Mariano Ortiz, si era “Pablo”, varias veces, en referencia a Ghietti. El dirigente les dijo que no, pero la respuesta de los atacantes fue que era mentira y le dispararon una vez en cada pierna. Los intrusos también llevaron a las empleadas a una oficina, les sacaron los celulares y las dejaron encerradas.
En tanto, a principios de diciembre del año pasado, también por la mañana, le prendieron fuego a una camioneta estacionada en Arijón al 1600 y que utilizaba el secretario general de Somu.
Sistema extorsivo
Fuentes relacionadas con el caso indicaron que no descartan ninguna línea investigativa en los ataques, que va desde una interna gremial o que puedan estar relacionados con la saga de balaceras que protagonizaron integrantes de la banda Los Monos a entidades gremiales o comercios nocturnos bajo la modalidad de la protección mafiosa.
Los ataques sufridos por el máximo dirigente del Somu este mes tienen similitud al sistema extorsivo de recaudación que utilizan los integrantes del clan asentado en la Granada. Los detalles de esta modalidad se conocieron luego que un grupo de motociclistas disparara la noche del 11 de enero pasado contra los balcones del Casino City Center e hiriera de muerte al gerente de la sucursal del banco Nación de Las Parejas, Enrique Encino.
Tras la detención de Maximiliano “Cachete” Díaz y luego de una serie de medidas ordenadas por los fiscales de la Agencia de Criminalidad Organizada y Delitos Complejos se descubrió un sistema de extorsión que tiene como cabecilla a uno de los líderes de Los Monos: Ariel Máximo “Guille” Cantero.
Cachete fue imputado el 15 de enero pasado por proveer la logística para realizar la balacera contra el casino con el objetivo de infundir temor para luego exigir dinero a cambio de protección.
Fue en dicha jornada que el fiscal Luis Schiappa Pietra dio a conocer una red manejada desde la cárcel por Guille Cantero y Carlos “Toro” Escobar, uno de sus lugartenientes, que está dedicada a cometer extorsiones y amenazas que van desde la exigencia de algún dinero no devuelto hasta el pago obligatorio de “un canon de seguridad” a la nueva conducción del Sindicato de Peones de Taxis.
De acuerdo con la Fiscalía, estos aprietes comenzaron el 2 de septiembre último, tras el desplazamiento del secretario general del gremio Horacio Boix, sospechado de malversación de fondos.
Horacio Yannotti, el nuevo titular, denunció que a partir de ese momento comenzó a recibir llamados de un tal Cachete, que le instó a renovar la “intermediación entre los Monos y Boix”, es decir renovar la protección que su antecesor, supuestamente, pagaba.
“Si no hay plata, hay balas”, consta en la denuncia que Cachete le dijo personalmente a Luciano Llobera, un subalterno de Yannotti. Desde entonces se produjeron casi una decena de ataques mafiosos contra viviendas de la cúpula de los representantes gremiales de los Peones de Taxi, incluidas las casas de Yannotti y Llobera.
Irrumpieron en el sindicato de marítimos y le dispararon dos balazos a dirigente
Continúa la investigación por el ataque a balazos a un dirigente del Somu